23 de maig del 2015

Los usuarios de energía solar rechazan pagar el impuesto de autoconsumo

 Imagen de La Vanguardia.

 
El impuesto es tan caro que les saldría más barato estar conectados a la red


La Vanguardia| 24/01/2014 |(noticia antigua pero da muchos datos. Cuca de Llum)

Andrés Montesinos, un electricista de Valencia, es uno de los centenares de españoles que en su día decidieron montar en su casa su propia instalación fotovoltaica de autoconsumo. Creían que las nuevas normativas iban a soplar a su favor. Sin embargo, la legislación aprobada por el Gobierno el pasado mes de diciembre los deja en la cuneta. La ley introduce el llamado impuesto al sol -peaje de respaldo-, una tasa que graba el autoconsumo instantáneo con energía solar. El gravamen es tan elevado que en la práctica les sale más a cuenta usar la energía de la red que hacer uso de energía limpia.

Como Montesinos, muchos ciudadanos más apostaron por soluciones de autoconsumo fotovoltaico en el ámbito doméstico, convencidos de que la nueva legalidad se adecuaría a las ventajas que ofrece la tecnología hoy en día. Pero no ha sido así. El impuesto al sol ha destruido sus cálculos económicos. Por eso, el enfado de ellos es tal que muchos han decido mantener su instalación en la alegalidad. No la darán de alta en el registro oficial, como pide la ley. No están dispuestos a obedecer una ley que juzgan injusta y en abierta oposición a su deseo de proteger el medio ambiente. "Llegado el momento diremos: 'señor fiscal, nos autoinculpamos'; y será lo que Dios quiera...", dice.

La casa de Montesinos es un laboratorio para aprovechar la energía fotovoltaica, con la que lograr ser plenamente autosuficiente. Una parte de las instalaciones está organizada para cargar las baterías solares y hacer uso de ellas cuando le conviene, mientras que otra parte le permite un consumo instantáneo desde su tejado solar. Esta segunda parte le permitiría vender a la red general la energía sobrante (ahora la entrega gratis cuando hay excedentes). Los autoconsumidores están indignados. Daban por hecho que se iba a regular su actividad en la línea emprendida en otros países europeos, que han apoyado la energía limpia.

Cálculos que no funcionan
Sus cálculos eran que, además de ahorrarse el costo de comprar electricidad a la red (ahora, 13 céntimos de euro el kilovatio hora de consumo) podrían vender la energía sobrante (a unos 11 céntimos/kWh). Pero sus estimaciones se han venido abajo, como un castillo de naipes, puesto que la ley del sector eléctrico (de 28 de diciembre pasado) introduce el peaje de respaldo a la producción y consumo instantáneo (unos siete céntimos de euro/kWh, que deben pagar a las compañías eléctricas). Además, el precio de venta de la energía sobrante es la mitad de lo previsto (unos 5 céntimos/kWh: lo mismo que percibe el pool eléctrico). Todo esto echa por tierra sus planes. Y si todo esto no fuera poco, facturar la electricidad exige darse de alta en un registro oficial, hacer declaraciones periódicas a Hacienda y pagar una representante en el mercado eléctrico.

"Te tratan como si tuvieras una nuclear en tu casa", dice Mario Sánchez-Herrero, socio director de Ecooo, una de las entidades que apoyan la campaña de desobediencia (con la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético). "El peaje de respaldo que se nos exige pagar es un 27% más caro que comprar la electricidad de la red. Y eso que la que compramos es una energía sucia y contaminante", se queja Montesinos.

Al no darse de alta en el registro (para huir de todo el esquema burocrático creado), Montesinos está entregando gratis la electricidad a la red. Sabe que la ley amenaza con multas de 60 millones de euros por no darse de alta en el registro. Como muchos otros afectados, piensa llevar su protesta hasta el final porque no entiende que se le penalice, cuando con su laboratorio casero reduce su huella ecológica (compensa el transporte y demás). "Se han inventado el peaje de respaldo para hacer inviable económicamente la energía limpia", resume Mario Sánchez-Herrero.