29 d’octubre del 2015

La independencia de Cataluña llegará a fuerza de déjà vus. Ya está a 12 minutos de la independencia a la espera de una rendija de oportunidad.


Descripción y análisis de la estrategia de secesión de Artur Mas.


Jordi Noguer - Barcelona (Especial para INCAT).-

Año 1968. A Franco todavía le quedaban 7 años, largos, de vida. Un chiquillo de 20 años escribía una canción premonitoria llamada ‘L’Estaca’. Se inspiraba en las conversaciones de adolescente con Siset Llansa, un peluquero que había sido regidor, por ERC, durante la Segunda República. Dos personas lanzaban un mensaje muy claro y entendible: ningún muro aguanta eternamente, si todos colabora a hacerlo caer.


4 de junio del 2009, Arenys de Munt. Tres años atrás se había votado el Estatuto en referéndum (2005). Todavía faltaba un año para que el Tribunal Constitucional lo sentenciara a muerte. La CUP local, encabezada por Josep Manel Ximenis, le tomaba la palabra a la canción de Llach y presentaba una moción para organizar una inocente consulta vecinal para saber si la gente del pueblo quería la independencia de Cataluña. La moción fue aprobada y, bajo la organización del alcalde Carles Mora, el 13 de septiembre de aquel año, 2.659 personas, un 41% de la población, respondían a lo que, hasta entonces, había sido un gran tabú. El 96’2% de los votantes expresó su voluntad independentista. La estaca recibía la primera sacudida. Al otro lado del Ebro… eran tildados de locos.


Años 2010, 2012, 2013 y 2014. Centenares de miles de personas llenaban calles y carreteras, manifestación tras manifestación. La estaca recibía cuatro andanadas populares colosales. Al otro lado del Ebro… ahora se reían y se encomendaban a una supuesta mayoría silenciosa.

9 de noviembre del 2014. El presidente Mas organizaba una consulta popular, jurídicamente intrascendente como la de Arenys de Munt, pero de ámbito autonómico, esta vez. 2.344.828 catalanes volvían a hacer una cosa tan peligrosa cómo es votar. 1.897.274 conciudadanos, un 80’98% de los votantes, lo hacían para decir Sí a la Independencia. Al otro lado del Ebro… ahora ya atacaban con malas artes, vía dossieres Liechtenstein.


27 de septiembre del 2015. Semanas después de otra diada nacional memorable, un 77% del censo catalán acudía, masivamente, a unas elecciones autonómicas convertidas en plebiscitarias. 1.966.768 personas, un 48’18% de los votantes, votaba Sí a la independencia. Al otro lado del Ebro… esta vez ya atacaban tan fuerte y sucio cómo podían y sabían. Según Gandhi, esto indicaba que la victoria tenía que estar cerca.

Ya lo veis: una mariposa en forma de dos personas, había derivado en una masa de dos millones de independentistas, en sólo seis años. Cataluña, pasaba a estar, ahora sí que se puede calcular, a 12 minutos de la independencia.



El método de secesión del astuto Artur Mas et alii
 
La secuencia de hechos ocurridos los últimos seis años, conocidos por todo el mundo, esconde una astucia remarcable. Es el ‘golpe de estado’, democrático, a cámara lenta, que dice Guerra. Es una revolución sin fuego de un día, y 70 años de humo, que dice Felipe.

Quebec y Escocia también han estado igual de cerca, pero Llach, Ximenis, Mas y tantos otros, quizás inconscientemente, han diseñado un proceso a prueba de derrotas parciales. Por suerte para los independentistas, los del otro lado del Ebro nunca permitieron hacer un referéndum vinculante, que obligaría a la parte perdedora a no incordiar durante 20 años, como les pasó en Quebec y en Escocia. En Cataluña, en cambio, el referéndum nunca interesó. Porque no tocaba, todavía, como diría Pujol. Era mejor ir ganando adeptos, año tras año, haciendo manifestaciones y votaciones que cada vez implicaran a más y más gente.

El 9N sirvió para contar los independentistas. El 27S ha servido para calibrar la mayoría silenciosa. Pero ninguna votación implicaba dejar de incordiar durante 20 años, si no se ganaba con suficiente contundencia. La venganza catalana de antaño, se ha convertido en la astucia catalana.

Además, como que los poderes del Estado, a cada votación, han ido elevando el nivel de juego sucio y el tono de las amenazas, si en un próximo referéndum vinculante, o en unas nuevas elecciones plebiscitarias, estos poderes repiten la misma estrategia, a todo el mundo le sonará a déjà vu. Esta forma de actuar quizás funcione en un referéndum, pero combatir unas elecciones con amenazas, en vez de propuestas, es dar una gran ventaja al contrincante.


Los independentistas lo tienen claro

Si los poderes fácticos vuelven a jugar la carta de los dossieres falsos contra Mas y compañía, harán caso omiso;

Si vuelven a tildarles de nazis, les sonará a insulto muy gastado;

Si Merkel o Cameron les vuelven a decir ‘adios’, les dirán que queda feo integrar refugiados de una guerra y, al mismo tiempo, expulsar a los catalanes por, simplemente, anhelar ser periferia europea sin hacer escala en España;

Si los militares vuelven a meter baza con una nueva cartita, les sonará a rancia rabieta de nostálgicos;

Si los bancos vuelven a hablar de fugas de capitales y corralitos, les recordarán que el BBVA, el Sabadell y el propio Gobernador del Banco de España ya lo han desmentido, simplemente porque este escenario, a los bancos, les conviene tan poco como a los catalanes;

Si vuelven a boicotear el voto exterior, que en el 27S sólo ha podido ejercer un 7% del censo de catalanes en el extranjero (un 64% de los cuales, para pronunciarse a favor del Sí), se las ingeniarán para que el 23% de expatriados que no han podido votar en esta ocasión, sí puedan hacerlo la próxima vez y se superen los dos escaños que ahora se han esfumado, injustamente;

Si amenazan a la gente mayor con rebajas de pensiones, les replicarán que, legalmente, ya ha quedado claro que si no hay un acuerdo con España, las pensiones, las tendrá que pagar el gobierno español, simplemente porque los trabajadores catalanes siempre han cotizado en España (y, de paso, se les echará en cara que, entre 1995 y 2010, Cataluña tuvo un superávit de cotizaciones/pensiones de 24.000 millones de euros, mientras que en España hubo un déficit de 86.000 millones de euros).

El auge del independentismo se debe a la conversión de los indecisos, a fuerza de organizar votaciones y manifestaciones masivas, combinadas con el déjà vu percibido a cada nuevo juego sucio o ataque de los contrarios. Cabe remarcar que se ha llegado hasta aquí sin romper ningún plato, ni motivo para asustar a ninguna empresa. Dado que no se puede adivinar cuándo será efectiva la independencia, los inversores siguen invirtiendo en Cataluña, como han hecho siempre. Desaprovechar oportunidades de negocio, por un futurible que quizás no llegue nunca a producirse, con la única motivación de boicotear a los catalanes, no entra en la cabeza de ningún directivo serio.

Esta es la gran jugada de astucia de Artur Mas con el 9N y el 27S. Quemas las cartas maliciosas de los adversarios, neutralizas los partidos de las medias tintas, como Unió o Podemos-ICV, y preparas, psicológicamente, a la gente y las empresas, para cuando haya la votación definitiva. Incluso, haces que la Unión Europea, la ONU, etc., vayan asimilando que algún día les tocará adaptarse a una nueva realidad. Más aún, después del debate Margallo-Junqueras, que reconocía, implícitamente y a la vista de todo el mundo, la posibilidad de que Cataluña se independice; extremo que se había negado por activa y por pasiva, hasta ese momento.

Gracias al 27S, ahora sabemos que los independentistas y unionistas están empatados en votos. Hasta ahora, sólo sabíamos que había un empate en agresiones y contra-agresiones. El punto de inflexión fue el 10 de octubre del 2012, cuando el ministro de educación Wert dijo la célebre frase: “Nuestro interés es españolizar a los niños catalanes”.

De ahora en adelante, sea en un referéndum pactado, que muy probablemente nunca llegará, o bien en unas próximas elecciones en el Parlamento, nuevamente plebiscitarias, los unionistas tendrán que salvar todos los match points que se les vayan presentando. Los independentistas, en cambio, sólo con ganar una vez, pero con suficiente contundencia, ya obtendrán la independencia, para siempre jamás. Tarde o temprano, se abrirá una rendija de oportunidad. Y la tienen que aprovechar, dado que, es fácil que una vez Cataluña sea independiente, tapen bien tapado el agujero abierto, para evitar que el País Vasco, Escocia o alguna otra nación sin estado europea pueda repetir el método catalán de independizarse a fuerza de déjà vus.-

Les grans estructures d’estat, marginades: natalitat i família. 3% d'innovadors, 16% de primers difusors, inversió i estalvi requereixen correcta proporció entre generacions



Catalunya no atorga suficient importància a un risc que destrueix les perspectives de futur, el dels desequilibris de la població a causa de la baixa natalitat.

El creixement econòmic també està en funció del creixement de la població, de la seva densitat i estructura d’edats, a més d’altres condicions lligades al progrés tècnic i el capital humà, i aquesta relació està totalment menystinguda. En societats amb taxes de fertilitat per sota de la de reemplaçament, de 2,1 fills per dona en edat fèrtil, com succeeix a Europa i de manera especial a Catalunya, les variables indicades de la població són decisives a llarg termini. La vella teoria de és millor pocs fills perquè si dos poden estudiar 20 anys i quatre només ho podrien fer 10 (perquè resultaria massa car donar-los més estudis) pot ser un raonament discutible, però que posseeix una càrrega de raonabilitat. Però quan el raonament s’aplica a un sol fill ja no té sentit, perquè en cap cas estudiarà 40 anys, i ja no diguem quan no es tenen fills. La decisió actual de tenir-ne molt pocs o cap, poc té a veure amb els seus estudis, i si amb la preferència de preservar els seus ingressos i temps per part del pares. Però això, que pot optimitzar els seus guanys i recompenses individuals, genera uns efectes molt negatius per la societat. En altres paraules, per sota d’un determinat llindar de fills, entre dos i tres, la possibilitat que la seva reducció millori la  renda futura, resulta simplement impresentable.

La població actua sobre el creixement sobretot a partir de la innovació, la creativitat i la productivitat que incideixen sobre el progrés tècnic, sobre la disponibilitat del capital humà adequat a aquell requeriment, i també per l’efecte generacional en el temps, l’efecte dinàstic en la inversió a llarg termini, molt vinculat a la investigació, d’una banda, i la despesa en infraestructures que tenen períodes de retorn molt llarg. També influeix en la taxa d’estalvi i la capacitat inversora, així com en el consum.

El factor discriminant de la forma com la població actua és l’edat, és a dir, disposar d’una estructura de població d’acord amb les necessitats de productivitat, innovació, inversió i estalvi. Això és així a causa dels següents factors:

 

Pgen el metro reciclnt un mpoll de refresc





En termes relatius, els innovadors són entre el 2 i 3% de la població i els primers difusors de la innovació de l’ordre del 16% del total. D’aquest conjunt depèn en bona mesura el progrés tècnic. Una població menor tindrà menys persones d’aquestes característiques. Però no només això, sinó que, sobretot, dependrà de la seva edat, de la quantitat d’individus que tinguem entre els 25 i 35 anys, que és on es concentren aquelles capacitats. Si en cada generació aquest grup es redueix, es perdrà potencial innovador.

Pel que fa a la productivitat el període clau, se situa entre els 30 i 40 anys, on es troben els màxims, amb pendents de caiguda suaus en els anys posteriors, que es prolonga entre 4 i 10 anys en funció del tipus de tasca i experiència. Els majors nivells salarials i, per tant, d’estalvi i inversió, se situen entre els 45 i 54 anys, i a partir dels 60 tendeixen a reduir-se arribant a una taxa d’estalvi negativa.

Entre els 25 i 40 anys es desenvolupa el màxim endeutament; entre els 35 i 50 el rendiment màxim (que l’FMI situa entre els 40 i 65), i dels 40 als 55 l’estalvi màxim.

La població entre els 25 i 40 anys serà clau per a la innovació i la productivitat i, per tant, per al creixement a llarg termini. Aquesta població ha de mantenir una relació adequada amb el segment posterior fins als 55 anys perquè hi hagi l’estalvi necessari.

Per tant, en la mesura que una població envelleix i destrueix una articulació favorable al creixement de l’estructura d’edats, perd capacitats i també desequilibra les relacions econòmiques relacionades amb l’estructura d’edat. El 2020 la mitjana d’edat a Catalunya serà de 44,4 anys, pràcticament igual a l’europea, i haurà deixat enrere el període de major capacitat innovadora i productiva. Tindrà encara una notable -en termes relatius- capacitat d’estalvi, que s’anirà reduint en la mesura que vagin “pesant” més les cohorts de població de més de 65 anys. La perspectiva és, per tant, reduir el creixement i generar un cert desequilibri financer, tot i que la globalització tendeix a anivellar aquest fenomen.

D’altra banda en un procés temporal que arriba fins al 2060 la despesa, sobretot en pensions, atencions a la vellesa i sanitat tendirà a augmentar en conjunt, i per a Catalunya no menys de 9 punts percentuals de PIB, amb la base de les xifres del 2009, i per tant i en relació a la despesa actual. Però aquest ritme no serà progressiu sinó que creixerà sobretot a meitat de la dècada vinent i fins ben entrada la posterior.
El resultat, quan hàgim superat la crisi en la dècada que ve entrarem a causa de la població en un nou procés crític. D’una banda, menors perspectives de creixement del PIB a causa dels desequilibris en l’estructura d’edat per manca de naixements; l’altra, un augment de la despesa a causa de l’edat cada vegada més gran de la població. Aquesta equació només té resposta des de la família. Ella és el factor estratègic a curt i llarg termini per harmonitzar en la millor mesura possible les exigències contradictòries que es deriven de l’evolució de la població. Ella és l’única institució que permet fer més amb menys, a condició que les polítiques públiques es concebin a partir de la seva centralitat estratégica.

 http://www.catdialeg.cat/les-grans-estructures-destat-marginades-natalitat-i-familia/

28 d’octubre del 2015

La Unió Europea pot invocar l'article 7 si Espanya aplica el 155 de la constitució



La UE té l'obligació de defensar els drets i els valors democràtics si un estat membre amenaça de violar-los · Anteriorment, ja ha invocat algunes vegades aquest recurs


En el debat desfermat a Espanya sobre l'aplicació extraordinària de l'article 155 de la constitució contra la Generalitat de Catalunya, no es té en compte que la Unió Europea podria aplicar una mesura semblant contra l'estat espanyol. 

La UE pot invocar l'article 7 del Tractat de la Unió Europea en el cas que consideri que l'aplicació de l'article 155 enclou una violació dels drets i les llibertats dels ciutadans catalans, per tal com són també ciutadans europeus.

L'article 7 del Tractat de la Unió Europea permet de suspendre els drets d'un estat membre si la Unió considera que amenaça els drets i els valors democràtics

L'any 2003 la Comissió Europea va lliurar al consell i al parlament aquest document marc, que especifica com es pot invocar l'article 7 del tractat i en quins casos es pot reclamar la intervenció de la Unió Europea sobre un estat membre.

El document aclareix que la intervenció europea es pot fer contra l'acció d'un estat membre en qualsevol cas i supòsit, no únicament en àmbits regulats per les institucions europees. Afirma rotundament que si els drets democràtics perillessin en una àrea de jurisdicció estrictament estatal --la constitució pròpia en fóra el cas paradigmàtic--, la Unió Europea tindria l'obligació d'intervenir-hi. També queda clar que ni tan sols és necessari que hi hagi una actuació de l'estat concernit, sinó que la Unió pot actuar fins i tot si considera que hi ha una amenaça important.

Per a activar aquest mecanisme cal que ho demani una tercera part dels estats membres, del Parlament Europeu o de la Comissió Europea.


Aplicacions anteriors 
L'article 7 del tractat ja ha estat invocat per les autoritats europees, sense arribar --llevat del cas d'Àustria--, a aplicar-se les penes que preveu, entre les quals la més greu seria la suspensió dels drets de vot i representació de l'estat membre afectat

Ara com ara, en quatre ocasions la Comissió Europea ha recorregut a l'amenaça de fer ús de l'article 7 i en totes quatre ha fet reaccionar l'estat membre, que normalment ha ajustat les mesures polèmiques que volia aplicar a allò que li demanava la Unió Europea.

El cas més famós va tenir lloc l'any 2000, quan a Àustria es va proposar de formar una coalició de govern que incloïa el Partit de la Llibertat (FPO), d'ideologia nazi i dirigit per Jörg Haider. La Comissió Europea va reaccionar contra aquesta possibilitat i va dictaminar un seguit de sancions efectives contra Àustria. Després de mesos de negociacions i de l'elaboració d'un informe sobre les polítiques del govern austríac, les sancions van ser aixecades, perquè es va entendre que s'havien rectificat els problemes més greus, relacionats amb el tractament dels refugiats, els immigrants i les minories nacionals.

El segon cas fou l'enfrontament de la Unió Europea i Hongria el 2012, quan aquest país va redactar una nova constitució i d'una llei de mitjans que atemptava clarament contra la llibertat d'expressió. La Comissió de Venècia del Consell d'Europa va identificar els principals problemes que tenia aquesta nova constitució i, tot seguit, la Comissió Europea va iniciar els procediments de sanció prevists en l'article 7.

Pocs mesos després, a Romania, va esclatar una crisi política amb l'elecció del primer ministre Víctor Ponta. La Unió Europea va veure amb preocupació un seguit de maniobres que involucraven tant el parlament com els tribunals i va amenaçar d'aplicar l'article 7 contra aquell país. Tanmateix, més tard es van elaborar uns informes que indicaven que la situació s'havia anat reconduint satisfactòriament.

Una mica abans, hi havia hagut el cas, a França, de l'expulsió de gitanos romanesos i búlgars pel govern de Sarkozy. L'executiu francès havia especificat que l'expulsió era de membres de la minoria rom (gitana). La Unió Europea va reaccionar indicant que aquella decisió era incompatible amb els valors democràtics de la Unió. No es posava en qüestió el dret d'un estat membre d'expulsar emigrants il·legals, però sí que es considerava que expulsar en massa membres d'una ètnia o d'una minoria nacional era completament contrari als valors democràtics europeus. El govern francès va rectificar i, tot i que ha continuat expulsant immigrants il·legals, ha tingut molta cura de no identificar-los com a membres de cap minoria.

27 d’octubre del 2015

Proposta de resolució del nou Parlament constituit ahir: creació d'un nou estat català en forma de república

Constitució del Parlament de Catalunya sortit de les urnes del 27 Sep 2015


Constitució del Parlament de Catalunya.  26.oct.2015

Constitució del Parlament de Catalunya.  26.oct.2015

 Constitució de la XI Legislatura al Parlament de Catalunya.  26.oct.205
Carme Forcadell, elegida Presidenta del Parlament



AVUI  27 OCTUBRE 2015, AL MATEIX PARLAMENT:

Entra al registre de la cambra la següent proposta de resolució: (teniu el texte de nou punts transcrit més avall)
 



Altres medis han donat la notícia:

> Acord de Junts pel Sí i la CUP per «no supeditar» el Parlament al Constitucional - DECLARACIÓ PARLAMENT

La declaració pactada no inclou el terme desobediència però considera "deslegitimat i sense competència" l'alt tribunal espanyol 

El text insta el futur Govern a "complir exclusivament aquelles normes o mandats" que emanin del Parlament i a blindar-se davant les "decisions" de les institucions estatals
Es proclama "solemnement" l'inici del procés per tal de crear "l'estat català independent en forma de república"


Els nou punts de la declaració per iniciar el procés cap a la independència

Junts pel Sí i la CUP han entrat aquest dimarts, 27 d'octubre, al matí una proposta de resolució per tal de declarar que s'inicia el procés per crear la república catalana. El document consta de nou punts que podeu llegir a continuació.

"Proposta de resolució.

"El Parlament de Catalunya:

"Primer. Constata que el mandat democràtic obtingut a les passades eleccions del 27 de setembre del 2015 es basa en una majoria d'escons de les forces parlamentàries amb l'objectiu que Catalunya esdevingui un estat independent i amb una àmplia majoria sobiranista en vots i escons que aposta per l'obertura d'un procés constituent no subordinat.

"Segon. Declara solemnement l'inici del procés de creació de l'estat català in­dependent en forma de república.

"Tercer. Proclama l'obertura d'un procés constituent ciutadà, participatiu, obert, integrador i actiu per tal de preparar les bases de la futura constitució catalana.

"Quart. Insta el futur govern a adoptar les mesures necessàries per fer efectives aquestes declaracions.

"Cinquè. Considera pertinent iniciar en el termini màxim de trenta dies la tramitació de les lleis de procés constituent, de seguretat social i d'hisenda pública.

"Sisè. Com a dipositari de la sobirania i expressió del poder constituent, reitera que aquest Parlament i el procés de desconnexió democràtica no se supeditaran a les decisions de les institucions de l'Estat espanyol, en particular del Tribunal Constitucional, a qui considera deslegitimat i sense competència arran de la sentència de juny del 2010 sobre l'Estatut d'Autonomia de Catalunya vo­tat prèviament pel poble en referèndum, entre d'altres.

"Setè. Adoptarà les mesures necessàries per obrir aquest procés de desconnexió democràtica, massiva, sostinguda i pacífica amb l'Estat espanyol de tal ma­nera que permeti l'empoderament de la ciutadania a tots els nivells i en base a una participació oberta, activa i integradora.

"Vuitè. Insta el futur govern a complir exclusivament aquelles normes o mandats emanats d'aquesta Cambra, legítima i democràtica, a fi de blindar els drets fonamentals que puguin estar afectats per decisions de les institucions de l'Estat espanyol.

"Novè. Declara la voluntat d'inici de negociacions per tal de fer efectiu el mandat democràtic de creació d'una estat català independent en forma de Repúbli­ca i, així mateix, ho posa en coneixement de l'Estat espanyol, de la Unió Europea i del conjunt de la comunitat internacional."
 http://www.naciodigital.cat/noticia/97080/junts/si/cup/acorden/parlament/no/se/supeditara/al/constitucional


També a:


Independencia de Catalunya (2010/15) Relatos del proceso. -1-"Desmadre a la catalana" por John Carlin - Elecciones del 27S. v.2

(Read the article in English:  http://www.collectiuemma.cat/article/2212/the-catalan-animal-house)



 "Lo sorprendente es que más catalanes no hayan votado a favor de la independencia", sostiene John Carlin.


EL PAÍS  -  28-09-2015  -  JOHN CARLIN


Lo sorprendente es que más catalanes no hayan votado a favor de la independencia. El 50 por ciento y pico que no dio su voto a los partidos independentistas en las elecciones parlamentarias del domingo ha demostrado una encomiable paciencia dada la sordera de Madrid y, en particular, del partido de gobierno español.

Claro, ayuda que la coalición por el sí hace pensar a veces en una alianza entre los Borgia y los desaforados universitarios de la película “Animal House”, conocida en castellano como “Desmadre a la Americana”. Pero por esto no debemos menospreciar la calma y racionalidad – o “seny”, como dirían en catalán – de los que evitaron sucumbir a la tentación de mandar al resto de España a freír buñuelos. Habrán hecho sus cálculos económicos, habrán sentido temor por lo desconocido pero también habrán entendido que romper con España es para siempre mientras que la permanencia del Partido Popular de Mariano Rajoy en el gobierno es solo temporal.

Si yo fuera catalán me hubiera costado actuar con tanta pausa. Admiro a mis amigos catalanes que lo pudieron hacer. Entiendo a los que no.


He vivido 15 de los últimos 17 años en Catalunya. Cuando llegué en 1998 el movimiento secesionista parecía reducirse a tres señores mayores sentados en una mesa en las Ramblas de Barcelona con una bandera catalana independentista– “la estelada” -- como mantel. No se les hacía mucho caso. Se les empezó a hacer tras la crisis económica de 2008, que a su vez destapó una crisis de legitimidad moral; cogieron carrera en 2010 con la sentencia del Tribunal Constitucional de España contra el estatuto de autonomía catalana; y el 11 de septiembre de 2012 salió un millón de personas a las calles de Barcelona a pedir la independencia.



   (10 julio 2010: Manifestación en protesta por los recortes del Tribunal Constitucional español del nuevo Estatut. El Estatut fue aprobado en el Parlament de Catalunya, aprobado en refendum el 2006, enviado a las Cortes españolas en Madrid donde suprimieron artículos y finalmente, después de cuatro años, recortado de nuevo por el Tribunal Constitucional, cuya la sentencia fue publicada en junio del 2010, y publicada en el BOE el 9 de julio 2010.  La forma: como fue publicado en el BOE el nuevo Estatut, con un comentario altanero y despreciativo. Y el fondo!, convirtió  esta manifestación en el detonante del proceso de independencia. Cito a Xavier Antich:

"Pensaron que bastaba una sentencia del Tribunal Constitucional (junio 2010) para convertir en papel mojado el Estatut del 2006, con la confianza de que la ciudadanía de Catalunya aceptaría, sin más problemas, esta amputación de su voluntad libremente expresada en las urnas."

"""Pero antes de un mes (julio 2010), una manifestación convocada por Òmnium, con el apoyo de 1.400 asociaciones y de todas las universidades catalanas, y encabezada por los tres presidentes de la Generalitat y por los tres del Parlament, con los máximos responsables de CDC, UDC, ERC, ICV, UGT y CCOO, ocupaba Barcelona bajo el lema “Somos una nación. Nosotros decidimos”. 
"En España, pocos entendieron que aquel Estatut había sido el último intento del catalanismo que todavía pensaba que podía ser posible una acomodación de Catalunya en un Estado que reconociera su singularidad, con esa propuesta tan de mínimos que no fue aceptada ni por ERC. Pocas voces, en España, formularon con tanta contundencia lo que aquel gesto del TC significaba como lo hizo el catedrático de derecho constitucional de la Universidad de Sevilla, Javier Pérez-Royo: “la Sentencia del Tribunal Constitucional sobre la reforma del Estatut de Autonomía de Catalunya formalmente fue una sentencia, pero materialmente fue un golpe de estado”.

"Algunos pensaron que la sentencia acabaría con el problema, pero, antes de un año, se inició el proceso de constitución de la Assemblea Nacional Catalana, una iniciativa sin paralelismos en Europa, con la Declaración de la Conferencia Nacional para el Estado propio (abril 2011). Se iniciaba un desplazamiento, lento pero irreversible, de la centralidad política en Catalunya.""" (Xavier Antich - 26.10.2015)***

Había un  ambiente de furia contenida que nunca antes había visto, había un ambiente muy crispado, mucha tensión. Hubo un colapso en la cabecera de la manifestación, pues había tanta afluencia de público, que ni la cabecera podía caminar.  Estuve una hora y media sin poder avanzar en esta confluencia de Passeig de Gràcia y Diagonal. Tanto en esta manifestación como en la de la Diada del 2012 había muchos mensajes escritos espontáneamente en tela o cartón por los manifestantes; verán algunas fotos un poco más adelante de este artículo. Cuca de Llum)
...


¿Cuál fue la respuesta del PP? ¿Escuchar lo que este sector de la sociedad catalana decía? ¿Pensar en la significativa mayoría de catalanes que aún no compartía el deseo de abandonar España? ¿Dialogar? ¿Mostrar respeto? En resumen, ¿hacer política? No. El partido de gobierno fomentó – y se hizo eco de -- la rabiosa indignación de la turba española. Rajoy y sus aledaños no dijeron “malditos catalanes, que se vayan a la mierda”, pero trasladaron perfectamente el mensaje, recibido bien clarito en Catalunya, que eso era lo que pensaban. La soberbia ha caracterizado las palabras, las acciones y las inacciones del PP desde 2012 (o desde antes, en tiempos de Aznar, si somos honestos) al día de hoy. Rajoy se queda quieto como una momia pero sus ojos expresan desdén.

 
  Manifestación del 11 septiembre 2012. Foto Cuca de Llum.

Manifestación del 11 septiembre 2012.

Manifestación del 11 septiembre 2012. Foto Cuca de Llum.


 Manifestación del 11 septiembre 2012. Passeig de Gràcia - Gran Via.






Los buenos amigos que he hecho en Cataluña han sido, en su mayoría, antinacionalistas. Más que ofenderme, el nacionalismo me aburre. Pero he notado cambios desde 2012. Amigos que antes habían considerado que el proyecto de independencia catalana era un disparate comenzaron a decir que entendían por qué había gente que lo apoyaba. Otros, entre ellos empresarios que sabían que se perjudicarían económicamente si Catalunya dejara España, me dijeron que estaban cada día más hartos del trato que recibían del gobierno español y que, daba igual si perdían dinero, había llegado la hora, por una cuestión elemental de dignidad, de optar por la independencia.

Pero el desprecio del PP hacia los catalanes no existe en un vacío. Lo detectan aquellos de mis amigos catalanes que de vez en cuando viajan a Madrid; lo detecto yo en mis frecuentes visitas a la capital y a otras partes de España. Tarde o temprano alguien hará un comentario despectivo sobre “los catalanes”, metiéndolos a todos en el mismo cajón, deshumanizándoles. En estos momentos pienso en mis amigos catalanes de carne y hueso, cada uno de ellos infinitamente variado en su manera de ser y de pensar, y me indigno. Me pasó la semana pasada en la calle O’Donnell. Un madrileñito cabreado soltó la – para mí -- incendiaria frase “los catalanes” durante un discurso que me daba sobre el tema de la independencia, y tuve que hacer un esfuerzo para no decirle exactamente lo que pensaba de él. Él me dijo lo que me dicen muchos, que soy de fuera y no entiendo nada. Lo que me recordó a lo que me escupían a menudo sudafricanos blancos cuando discutíamos sobre el apartheid: “es que tú no entiendes a nuestros negros”. El contexto es diferente, pero la deshumanización es igual.

Por supuesto que el sector independentista catalán tiene su cuota de culpa, idiotez y altanería en todo esto, pero de ello ya se ha escrito mucho en los medios. La cuestión es que le ha incumbido al gobierno central demostrar la madurez y el pragmatismo para arreglar el asunto, partiendo de la premisa adulta de que el mundo es como es, no cómo quisiéramos que fuera. Por una sencilla cuestión de eficacia política, el punto de inicio de todo debería haber sido el respeto, justo lo que más les ha faltado a Rajoy y compañía. Hoy lo que vemos como consecuencia es un panorama político español y catalán bochornoso, una gran merienda de monos.

Todo se podría haber evitado con el diálogo. Yo hubiera ido más lejos. Hubiera seguido el ejemplo del gobierno conservador británico y, adiós a los legalismos constitucionales en los que se refugia Rajoy, hubiera creado los mecanismos para que se llevara a cabo un referéndum en Catalunya. En tal caso no estaríamos donde estamos, en el caos y la incertidumbre. Habría paz social con Catalunya dentro de España. Pero, claro, igual no entiendo nada.


((Xavier Antich - 26.10.2015)*** El artículo citado en el pie de foto de Xavier Antich pueden encontrarlo en: http://www.elnacional.cat/es/el-nuevo-relato-puterio-y-abominacion/?utm_source=Twitter&utm_campaign=ac&utm_medium=Social ))
Fuente del artículo:
Publicado por primera vez en la Cuca de Llum el 6.oct.2015.
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Nota:  En esta blog hemos recomendado desde hace muchísimo tiempo el libro de John Carlin sobre Mandela:

El periodista John Carlin fue corresponsal en Sudáfrica durante diez años; el libro se lee con facilidad. Para mi, Mandela se convierte en un referente que pone en cuestión la verdadera noción de "imposible". 
"El Factor Humà" de John Carlin, Ed. La Campana. 374 pàgines. -   Por supuesto existe en castellano.

Independencia de Catalunya. Relatos del proceso (2010/15) -2- “¡Puterío y abominación!” por Xavier Antich. 26.oct.2015




A veces parece que algunos no han entendido nada.
O quizás es que lo han entendido perfectamente. 
Y ya no saben qué inventarse.





Pensaron que bastaba una sentencia del Tribunal Constitucional (junio 2010) para convertir en papel mojado el Estatut del 2006, con la confianza de que la ciudadanía de Catalunya aceptaría, sin más problemas, esta amputación de su voluntad libremente expresada en las urnas. 

Pero antes de un mes (julio 2010), una manifestación convocada por Òmnium, con el apoyo de 1.400 asociaciones y de todas las universidades catalanas, y encabezada por los tres presidentes de la Generalitat y por los tres del Parlament, con los máximos responsables de CDC, UDC, ERC, ICV, UGT y CCOO, ocupaba Barcelona bajo el lema “Somos una nación. Nosotros decidimos”. En España, pocos entendieron que aquel Estatut había sido el último intento del catalanismo que todavía pensaba que podía ser posible una acomodación de Catalunya en un Estado que reconociera su singularidad, con esa propuesta tan de mínimos que no fue aceptada ni por ERC. Pocas voces, en España, formularon con tanta contundencia lo que aquel gesto del TC significaba como lo hizo el catedrático de derecho constitucional de la Universidad de Sevilla, Javier Pérez-Royo: “la Sentencia del Tribunal Constitucional sobre la reforma del Estatut de Autonomía de Catalunya formalmente fue una sentencia, pero materialmente fue un golpe de estado. Algunos pensaron que la sentencia acabaría con el problema, pero, antes de un año, se inició el proceso de constitución de la Assemblea Nacional Catalana, una iniciativa sin paralelismos en Europa, con la Declaración de la Conferencia Nacional para el Estado propio (abril 2011). Se iniciaba un desplazamiento, lento pero irreversible, de la centralidad política en Catalunya.

Pocos entendieron que aquel Estatut había sido el último intento del catalanismo que todavía pensaba que podía ser posible una acomodación de Catalunya en un Estado que reconociera su singularidad

Pensaron que el crecimiento del independentismo era un soufflé de ingeniería política, operado maquiavélicamente por un político (Mas) y un partido de gobierno (CiU) para presionar el gobierno del Estado con el objetivo de conseguir mejoras en la financiación de Catalunya. 

Pero dos manifestaciones consecutivas, con pocos equivalentes en Europa y con un año de diferencia, ocuparon las portadas de los medios de comunicación de referencia en el mundo. El “problema catalán”, del que había hablado Ortega y Gasset en los años treinta, se instalaba, para quedarse, en las agendas informativas de todo el mundo. La Diada de 2012, bajo el lema, ya inequívoco, de “Catalunya, nuevo Estado de Europa”, con una multitud muy superior a la del 2010, ocupó todo el centro de Barcelona, del final de Paseo de Gracia al inicio de la Vía Laietana. Y en la Diada de 2013, bajo el lema de “Vía catalana hacia la independencia”, una cadena humana recorrió el país, de punta a punta, entre el Pertús y Alcanar.


Pensaron que la confesión de Pujol (julio 2014) acabaría con el proceso que estaba convirtiendo el independentismo en la nueva tendencia política hegemónica a Catalunya y que, por puro desánimo, la revelación haría desistir aquellas multitudes que, desde el 2010, reiteradamente y con tozudez, salían a la calle para reclamar la secesión de España de manera festiva y sin un sólo cristal roto. Pero la Diada de 2014, tricentenario de la abolición de las instituciones catalanas por Felipe V de Borbón, bajo el lema “Ahora es la hora”, una multitud hizo de nuevo una demostración pública de musculatura, ocupando 11 kilómetros de las dos avenidas mayores de Barcelona, la Diagonal y la Gran Vía. Y fue el propio Parlament de Catalunya, poco después (noviembre 2014), el que puso en marcha, por iniciativa propia, una Comisión de investigación sobre el fraude y la evasión fiscales y las prácticas de corrupción política, presidida por
David Fernàndez, diputado por la CUP; una iniciativa absolutamente inimaginable en el Parlamento del Estado.

Pensaron que el crecimiento del independentismo era un soufflé de ingeniería política, operado maquiavélicamente por un político (Mas) y un partido de gobierno (CiU)

Pensaron que negándose a autorizar el referéndum que el Parlament pedía, de forma muy mayoritaria (84 votos a favor, 21 en contra), conseguirían que el pueblo de Catalunya, del cual el Parlament es el representante (“El
Parlament representa al pueblo de Catalunya”, Estatut, artículo 55.1), desistiera de su voluntad, reiteradamente manifestada, de poder realizar esta consulta a la ciudadanía para conocer su voluntad. Pero la consulta participativa sobre la independencia del 9 de noviembre de 2014 obtuvo 1.897.274 votos a favor de que Catalunya sea 

un Estado independiente, 234.848 a favor de que Catalunya se convierta en un Estado y 105.245 votos negativos respecto a estas dos opciones, en una iniciativa que bien puede considerarse, objetivamente, como el acto más masivo en Catalunya de desobediencia civil de las instrucciones del Estado.


Pensaron que, con la perspectiva de unas elecciones en el Parlament, convocadas con vocación plebiscitaria sobre la independencia de Catalunya, en sustitución del referéndum que el Estado español se negaba reiteradamente a hacer, podían convencer mayoritariamente a la ciudadanía sobre las bondades de que Catalunya siga formando parte de
España, a partir de una campaña basada en los anuncios apocalípticos de todas las catástrofes y plagas bíblicas que podían caer sobre Catalunya en el caso de que decidiera votar formaciones partidarias de la independencia y que quisieran, efectivamente, iniciar un proceso de secesión del Estado español: salida de Catalunya de la Unión Europea, del euro y de todos los organismos internacionales; fuga de Catalunya de todas las instituciones bancarias y de las principales empresas; bancarrota durante varias generaciones, incapacidad de
acceder a crédito, hundimiento del sistema de pensiones… Pero las elecciones del 27 de septiembre de 2015, a pesar de las profecías de apocalipsis, registraron un resultado inequívocamente mayoritario de las
formaciones que defendían explícitamente la independencia de Catalunya (72 escaños de 135).



26.oct.20I5. Constitución del Parlament de Catalunya salido de la urnas del 27 Septiembre 2015   



Pensaron que la confesión de Pujol (julio 2014) acabaría con el proceso que estaba convirtiendo el independentismo en la nueva tendencia política hegemónica en Catalunya
A veces parece que algunos no han entendido nada. Uno tras otro, cada relato que se ha elaborado para condicionar la voluntad de la ciudadanía de Catalunya y para prever sus movimientos futuros, ha quedado radicalmente desmentido de los hechos. Sobre todo, porque partía del equívoco fundamental, amparado en una radical ignorancia de la realidad catalana, de que el deseo de independencia era una maquinación de ciertas élites políticas con intereses puramente tácticos.

Ahora piensan que podrá funcionar el relato falaz de que Catalunya es un país corrupto y podrido, en el que las mafias de todo tipo regulan hasta el último rincón de la vida social, y donde políticos y empresarios, funcionarios y ciudadanos, empresarios y trabajadores, banqueros y pensionistas, son una caterva de delincuentes que, por activa o por pasiva, por iniciativa propia o por silencio cómplice, han robado fondos públicos y privados sin medida y con voracidad, inmersos sin posibilidad de escapatoria en una espiral vertiginosa de corrupción compulsiva y patológica. Ahora piensan que, habiendo fallado todos los otros, el único relato que puede funcionar es que el apocalipsis ya está aquí y su nombre es Catalunya: una sociedad enferma, incapaz de gobernarse a sí misma, indigna, viciosa y viciada.
Pensaron que podían convencer mayoritariamente a la ciudadanía sobre las bondades de que Catalunya siga formando parte de España a partir de una campaña basada en los anuncios apocalípticos de todas las catástrofes y plagas bíblicas

Y eso no lo piensan pocos: sólo hace falta haber leído y escuchado durante esta última semana los medios de comunicación escritos, radiofónicos y televisivos de referencia en el Estado y las declaraciones de sus analistas y tertulianos, así como las declaraciones de los máximos
líder políticos españoles (¡y algunos catalanes, faltaría más!), para calibrar la magnitud de los despropósitos, barbaridades, insultos y mentiras con que, a partir de la más obscena rumorología y de la sospecha más generalizada e indiscriminada, se pretende construir de manera burda la equivalencia entre la voluntad de independencia y la rutina de la corrupción: Catalunya –dicen– quiere ser independiente para legitimar un sistema esencialmente corrupto.

A veces parece que algunos no han entendido nada. Incapaces de entender que esta sociedad reclama, de manera muy mayoritaria, si no unánime, que, si hay corrupción, hace falta que se investigue y que la ley se aplique sin la lasitud y la complicidad endogámica, ni las amnistías (fiscales y de todo tipo), que tan habituales son en el Estado español, son igualmente incapaces de entender que es este deseo de salir de un marco institucional que ha favorecido corrupciones a todos los niveles (de Flick y Filesa a Gürtel, Bárcenas y los ERE de Andalucía o el caso Millet) lo que ha constituido, precisamente, uno de los principales motores del independentismo en Catalunya.

Ahora piensan que, habiendo fallado todos los otros relatos, el único que puede funcionar es que ‘el apocalipsis ya está aquí y su nombre es Catalunya’: una sociedad enferma, incapaz de gobernarse a sí misma, indigna, viciosa y viciada.
Es como si se hubiera generalizado en el Estado español, con respecto a Catalunya, el síndrome del tío Doc, aquel viejo achacoso y sucio de Luz de agosto, la novela de William Faulkner, que se pasó cincuenta años enfermo de ira, desde que su hija se quedó embarazada en contra del consentimiento paterno, vociferando y aullando con gritos fanáticos y obsesivos, como si fuera un poseso, cada vez que abría la boca, sólo dos palabras, y encima repetidas, lanzadas contra el mundo para descalificarlo: Bitchery and abomination! Abomination and bitchery! (“¡Puterío y abominación! ¡Abominación y puterío!”). Estos días es como si el tío Doc se hubiera reencarnado en centenares de analistas y opinadores, tertulianos y políticos que, sólo de oír la palabra “Catalunya” o “independencia” o “procés”, empiezan a gritar, con la mandíbula desencajada y los ojos abiertos de par en par, “¡Puterío y abominación! ¡Abominación y puterío!”, como si con Catalunya se encontraran ante una hibridación esperpéntica y delirante mezcla de Sodoma y Gomorra, el Chicago de Al Capone y la Nueva York de los Corleone, con la ciudadanía de Catalunya convertida en un rebaño de imbéciles que no sólo se lo mirarían como si no entendieran nada, sino que estarían profundamente de acuerdo con este estado putrefacto de cosas.

A veces, realmente, parece que algunos no han entendido nada. O quizás es que lo han entendido perfectamente. Demasiado, incluso. Y ya no saben qué inventarse.


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