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17 de desembre del 2009

"El túnel del AVE Sants la Sagrera" (1a parte), por Mariano Ribón, conferencia celebrada en la Sagrada Familia, 24-03-2009



CONFERENCIA SOBRE EL TUNEL DEL AVE SANTS LA SAGRERA


CELEBRADA EN EL TEMPLO EXPIATORIO
DE LA SAGRADA FAMILIA



MARIANO RIBON SANCHEZ

INGENIERO DE CAMINOS, CANALES Y PUERTOS
24 Marzo 2009
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PUEDEN VER EL VIDEO DE LA CONFERENCIA:



DURACION TOTAL: 1 hora 51 minutos 20 segundos
Presentación Sr Cardenal: de 000 a 4,40
Conferencia Sr Ribón: de 4,41 hasta 1,15
Preguntas de los Vecinos: de 1,16 hasta 1,51
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Vídeo preparado por David Vallespí.
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Existe una gran variedad de medios de transporte.
Unos sirven para unas misiones y otros para otras.
Los aviones y los trenes son ideales para acercar a los pasajeros a las ciudades.
Los autobuses urbanos y los metros son idóneos para trasladar a los usuarios a los barrios.
Los coches particulares y los taxis sirven, lo mismo que las piernas, para llevarnos a las puertas de las casas.

La mayoría de las veces, prácticamente siempre, que se utiliza uno de estos medios para un fin distinto al más adecuado para él, se producen muchos inconvenientes y muy pocas ventajas, si es que se produce alguna.


Estudiemos, por ejemplo, el AVE, en parte construido y en parte en proyecto, que ha de unir Madrid con Barcelona y la Frontera Francesa.
Es evidente que los usuarios que no tengan Barcelona como destino inicial o final, se sentirán molestos por la disminución de velocidad que ha de sufrir el tren al atravesar la ciudad y por tener que soportar, como es probable, más de una parada en ella.

Los clientes que residan en Barcelona tampoco se sentirán satisfechos.
La mayoría de los usuarios del AVE lo hacen para realizar alguna gestión en otra ciudad, visitar a parientes o amigos o cualquier otra misión que no suele requerir más de uno o dos días.

Lo más cómodo para ellos y lo que más suelen agradecer, es la existencia de un gran aparcamiento cerca de la estación con una capacidad, al menos como la del Aeropuerto del Prat, para poder llegar en su coche, dejarlo allí mientras permanezcan fuera y cogerlo, al volver, para trasladarse a su casa.
Estos aparcamientos requieren mucho terreno por lo que una estación de AVE no debería ubicarse en un casco urbano, a no ser que estuviera conectada a una excelente red de metros que permitiera llegar, desde ella, a todos los barrios de la ciudad.


Su emplazamiento debería cumplir, al menos, otros tres requisitos:
1º Estar situada a una distancia prudencial, a unos 10 kilómetros como máximo, del núcleo urbano.
2º Disponer de un aparcamiento de taxis y de un servicio de autobuses para que pudieran usarlos quienes no hubieran podido o no hubieran querido, utilizar un coche particular.
3º Estar comunicado con la Red del Metro Urbana mediante un ramal exclusivo y especial.
El proyecto existente, además de incurrir en el desacierto de ubicar el trazado por el centro de Barcelona, adolece de carencias importantes que originan que las obras que hay que realizar resulten temerarias.
Citaremos algunas:


Todo ingeniero sabe que, para proyectar y construir una obra delicada, es imprescindible realizar un estudio minucioso de las estructuras de los edificios cercanos.

Este trabajo, indispensable para realizar un proyecto fiable, no se ha efectuado ni en muchos edificios ni en el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia.
La verdad es que se solicitó permiso para realizarlo en el Templo, pero la Junta Constructora del mismo lo negó al constatar que su objetivo era, solamente, detectar hipotéticos defectos, dejar constancia de ellos y rechazar, más tarde, posibles reclamaciones sobre ellos.
El proyecto se redactó, en consecuencia, sin que se efectuara este estudio y, por tanto, de forma irresponsable y temeraria.

Afortunadamente, técnicos de ADIF y el Equipo Técnico del Patronato, dándose cuenta del disparate que representaba construir el túnel sin haber efectuado un análisis concienzudo de la repercusión de las obras, tanto en la estructura actual del Templo como en la que tendrá cuando esté terminado, reanudaron las conversaciones y acordaron que se realizara.


Se admitió, por ambas partes que, a pesar de la buena voluntad de todos, existía el peligro de que, si el riesgo de siniestro resultaba próximo a uno inadmisible, los técnicos de ADIF defenderían, para evitarse los trastornos de un cambio de proyecto, que la solución era correcta y el Equipo Técnico del Patronato que no lo era porque, al menor fallo o imprevisto, se produciría un desastre.


Se acordó, en consecuencia y con muy buen criterio, que una empresa independiente de la solvencia y el prestigio de INTEMAC, dictaminara, tras efectuar los trabajos de inspección y auscultación pertinentes, si las obras podían ejecutarse, tal como están previstas, con la debida seguridad para el Templo.


INTEMAC ha iniciado los trabajos y ha dado un plazo de siete meses para terminarlos aunque, con el estudio de la viabilidad y efectividad de la pantalla de protección de pilotes, es probable que pueda adelantar conclusiones interesantes.


El proyecto ha considerado, solamente, los efectos sonoros de las vibraciones. No ha tenido en cuenta su incidencia en la estabilidad de las estructuras.

Las producidas por el paso de los trenes del Ave por Barcelona pueden ser muy peligrosas.

Las vibraciones se trasmiten desde el punto en que se originan a los distintos elementos de las estructuras y, si entran en resonancia en ellos, pueden causar su ruina.

Existen cantantes que pueden romper copas de cristal con su voz.

Está rigurosamente prohibido que una tropa atraviese un puente marcando el paso, pues no sería la primera vez que uno se derrumbara por ello.

El puente del estrecho de Tacome, en el estado de Washington, y más de y más de un kilómetro de la calzada superior de la autopista californiana de Mintz, se derrumbaron en 1940 y 1989, respectivamente, porque alguno de sus elementos sufrió vibraciones que entraron en resonancia.

El que un elemento entre en resonancia depende del camino que tenga que recorrer la perturbación para llegar a él, del material de que está compuesto, de su longitud, de su sección y de las tensiones a que está sometido.

Los trenes del AVE van a pasar, si se mantiene el trazado previsto, increíblemente cerca del Templo de la Sagrada Familia.

El que un elemento entre en resonancia depende del camino que tenga que recorrer la perturbación para llegar a él, del material de que está compuesto, de su longitud, de su sección y de las tensiones a que está sometido.

Los trenes del AVE van a pasar, si se mantiene el trazado previsto, increíblemente cerca del Templo de la Sagrada Familia.
La estructura de éste tiene un sinfín de columnas, de treinta tipos geométricamente distintas, todas extremadamente esbeltos, construidas con materiales diferentes y que irán sufriendo tensiones variables, a medida que se vayan construyendo, las zonas que aún falta ejecutar.

El peligro de que alguna de ellas entre en resonancia no es, pues, despreciable y existe la circunstancia agravante de que, como la estructura está concebida como un antifunicular, el desplome de un elemento podría causar la ruina de todo el conjunto.

Los prestigiosos ingenieros industriales Don Rafael Casals y Don Santiago Cardenal han efectuado un minucioso estudio de este complicado tema y las conclusiones a que han llegado, que no son nada tranquilizadoras, las han puesto a disposición de INTEMAC.

La imagen representa un esquema en el que pueden apreciarse las zonas construidas, en verde, y el edificio terminado, que deberá alcanzar los 172 metros de altura. En rojo, la proyectada pantalla de pilones, "protectora" de la Sagrada Familia de la intervención que supone el túnel del AVE.



Gaudí era un genio.
Posiblemente, el mayor que haya dado la arquitectura.

Quiso dar la máxima espiritualidad al Templo de la Sagrada Familia y lo consiguió, gracias a su maravillosa intuición, dotándola de la mayor esbeltez que permitían las leyes naturales, pero desconocía que se iba a construir un túnel de un tren de alta velocidad junto a su obra y, por tanto, no lo tuvo en cuenta.
Eso hace que sea una temeridad y un disparate mantener el trazado por donde está previsto.
La ligereza de las estructuras del Templo es tan acusada que la mayoría de los visitantes se quedan desconcertados cuando entran en su nave principal y no entienden como pueden mantenerse en pie ni las columnas ni las ramificaciones que sostienen las bóvedas.


La explicación está en que consiguió, mediante un funicular de cargas, que todos los elementos estructurales trabajasen a compresión.
No existen, teóricamente, elementos sometidos a flexiones.
Es evidente que, a pesar del admirable trabajo de Gaudí, los vientos han de producir flexiones en algunos elementos.

Los prestigiosos arquitectos Margarit y Buxadé se están ocupando, con una dedicación y un cariño digno del mayor elogio, en calcular las armaduras de los distintos elementos para que no se produzcan pandeos y se soporten, debidamente, todos los esfuerzos.



Es imposible asegurar que una obra no se vaya a caer, pero puede y debe proyectarse de modo que, antes de caerse, avise con fisuras y grietas, dando tiempo a que las personas que estén en su interior o en sus inmediaciones abandonen el lugar y a efectuar las reparaciones necesarias para evitar un derrumbe.

Los hormigones razonablemente armados avisan antes de caerse.

Los hormigones en masa o poco armados tienen una rotura frágil y rápida.

Las estructuras de los bloques de viviendas son estructuras normales, con cuantías de armaduras del orden de 80 kilogramos por metro cúbico de hormigón y, en consecuencia, avisan antes de caerse.

La estructura del Templo de la Sagrada Familia es pobre en armaduras en algunos puntos, ya que está diseñada para que solo se produzcan compresiones y, en consecuencia, tendría una rotura frágil e instantánea que no daría tiempo a que las personas que se encontraran en su interior se salvaran.



Todo el que proyecta o construye una obra cree estar absolutamente seguro de que no se caerá.
No la proyectaría ni la construiría en caso contrario, pero el riesgo cero no existe.

Siempre que se proyecta o ejecuta una obra, hay que aceptar una probabilidad de fracaso y, basándose en ella, adoptar un coeficiente de seguridad.
Se consigue adoptando unos coeficientes de seguridad para las sobrecargas y la resistencia de los materiales, que deben variarse en función de la calidad de la inspección que se va a ejercer sobre la obra y de los daños que originaría el fracaso.

La que suele adoptarse para obras normales es de 1 / 50.000.

Es una probabilidad pequeña, equivalente a que toque el gordo de la lotería jugando un solo número y se corresponde, bastante bien, con la realidad.

Una de cada 50.000 obras, aproximadamente, se cae.

La probabilidad de que se produzca un siniestro, al construir un túnel, es mucho mayor.

Los ingenieros Guy Lance, de la Universidad de Londres y John Anderson, de la de Glasgow, han efectuado un informe sobre las incidencias sufridas, desde 1970, en túneles de todo el mundo.

Se han construido 2.017 túneles con una longitud total de 8.750 kilómetros y se han producido 19 incidentes graves, casi uno por cada cien túneles.

La proporción es considerablemente mayor, porque hay muchos países, empresas e ingenieros que silencian y ocultan sus fallos.

Del porcentaje de incidentes de túneles construidos o en construcción en Barcelona, más vale no hablar.

El subsuelo es muy traicionero.


El Colegio Oficial de Geólogos de Cataluña ha efectuado una "Valoración del Conocimiento Geológico" existente para opinar sobre si puede construirse el Túnel Sants-Sagrera sin poner en peligro el Templo de la Sagrada Familia.

Llega a la conclusión, después de una serie de consideraciones, de que el paso del AVE por la calle Mallorca es viable siempre que se cumplan tres condiciones fundamentales:
Un conocimiento exhaustivo del terreno y de sus propiedades, una correcta solución constructiva y una perfecta ejecución de la obra que no comprometa la seguridad.

Tengo 76 años y he dedicado toda mi vida a la ejecución de obras civiles.
Me jubilé a los 72 pero, merced a una norma que me lo permite y a que existen personas que valoran mi experiencia, continúo trabajando.

No he conocido una sola obra de cierta importancia en la que se haya tenido un conocimiento exhaustivo del terreno y, mucho menos, que se haya ejecutado de forma perfecta.


El informe está bien hecho pero, como no es políticamente correcto afirmar, abiertamente, que no es razonable construir el túnel por donde está previsto, lo hace de forma solapada.

Llega a la conclusión de que el proyecto es viable si se construye de forma que no se comprometa la seguridad.

De Pero Grullo, pero no aclara si eso es posible.

Yo afirmo, rotundamente, que no.

Es más, el informe propone que se ejecuten otros 5 sondeos.

Es perder el tiempo y el dinero.

Den el resultado que den, no debe mantenerse, so pena de una gran irresponsabilidad, el trazado previsto.

Aclararé los motivos y sus causas.

La probabilidad, en sí misma, no tiene demasiado significado.

Lo verdaderamente importante es la esperanza matemática.
La esperanza matemática es la probabilidad multiplicada por la pérdida o la ganancia.
La probabilidad de perder en el juego de cara o cruz es de un medio pero, como se paga el doble, si se gana, la esperanza matemática es uno y el juego es justo.

La probabilidad de acertar un número en una ruleta es de 1 / 37, pero como el acierto se paga multiplicando por 36 la apuesta, la esperanza matemática es 36 / 37, casi uno y el juego es justo porque el casino debe ganar algo.

El coeficiente de seguridad debe fijarse, en consecuencia, en función del perjuicio que originaría el fracaso de la obra.
Es muy duro y repugna valorar, económicamente, la pérdida de una vida pero no hay más remedio que hacerlo, si se quiere proyectar y construir con rigor.
Es frecuente cuantificarla en tres millones de euros.

Un ingeniero que proyectara un restaurante giratorio en lo alto de un rascacielos y asignara un coeficiente de seguridad de tres a la resistencia del acero del eje de giro, sería, para mí, un mal ingeniero.
El ahorro obtenido por no asignarle uno de diez, por ejemplo, no compensa, en absoluto, el mayor riesgo de que se produzca un verdadero desastre por causa de un incendio, un terremoto, una ráfaga de viento, un atentado o cualquier otra circunstancia.

( la 2a parte de la conferencia en el artículo siguiente)


"El túnel del AVE Sants la Sagrera" (2a parte), por Mariano Ribón, conferencia celebrada en la Sagrada Familia, 24-03-2009



El valor urbanístico de Barcelona tiene un valor casi infinito. Es, a juicio de la mayoría de los que la visitan, una de las ciudades más atractivas y bonitas del mundo. No se debe correr el menor riesgo de afectarlo negativamente y la única forma de conseguirlo es en no jugar con fuego y modificar el trazado del túnel del AVE para que no pase por el interior de la ciudad.

Construir un AVE por el interior de Barcelona no tiene más ventaja que la de proporcionar comodidad a quienes tengan un acceso fácil a las estaciones de Sants o La Sagrera y, en cambio, presenta numerosos y graves inconvenientes. Citaremos algunos:
La Sagrada Familia vista desde La Pedrera. Esta es la calle Provença por donde el actual trazado ha previsto pasar el túnel del AVE a 30 m de profundidad. La calle tiene 20 metros de fachada a fachada. El túnel del AVE ha de tener 12 metros de diámetro, vean foto de cabezal de tuneladora más adelante.


El subsuelo de Barcelona no sólo es blando y saturado de agua. Está constituido, en la mayor parte del trazado, por unos grandes lentejones de arcillas margosas, de color marrón verdoso, y otros, más pequeños, también de arcillas margosas, de color gris negruzco, embebidos en arenas.

Se ha representado, en esta imagen, un corte geológico del terreno existente bajo el Templo de la Sagrada Familia. Las arenas están representadas en color amarillo y las arcillas margosas en color verde.


Está surcado, como se pone de manifiesto la imagen siguiente, por numerosas e importantes corrientes subterráneas que van desde las zonas montañosas al mar.


Los lentejones de arcillas margosas que están secos y se inundan, se entumecen, aumentan de volumen y suelen producir grietas en los edificios que tienen encima o están cerca.


Los lentejones de arcillas margosas que están saturados de agua y se secan, se retraen, disminuyen de volumen y suelen producir grietas en los edificios que tienen encima o están cerca.



La retracción de los lentejones facilita que las arenas sean arrastradas por las corrientes subterráneas,
y aumenta, de forma muy importante, la probabilidad de afecciones y la importancia de las mismas.


Es, por tanto, imperativo evitar actuaciones que propicien que lentejones secos se inunden o que otros, saturados de agua, se sequen.



Si se construye el túnel del AVE, con una sección circular de unos 12 metros de diámetro, mayor que la altura de una casa de cuatro pisos, por el centro de la ciudad, se creará una especie de presa que interferirá la circulación de las corrientes subterráneas y propiciará que algunas zonas, de aguas arriba, se inunden y otras, de aguas abajo, se sequen.







Esta imagen del cabezal de una tuneladora de 9 metros de diámetro proporciona una idea del tamaño que tendrá la que se empleará en el túnel Sants – la Sagrera, que lo tendrá de 12 metros.

Muchas casas se verán afectadas, sufrirán daños y se agrietarán. Los desperfectos podrán repararse en la mayoría de los casos pero originarán grandes molestias a los inquilinos y si éstos están bien asesorados, y cada día lo están mejor, los conflictos y los costes de las reparaciones pueden llegar a desbordar todas las previsiones.



Se originarán grietas y desperfectos, a largo plazo, en muchos edificios, debido a las subsidencias, que son asientos que sufren los terrenos afectados por obras, por una compactación lenta que se produce después de terminados los trabajos y que suele prolongarse durante varios años.



Pondrá en peligro la estabilidad de edificios singulares que son, y algunos lo serán más cuando estén terminados, de los más maravillosos y admirados del mundo.



La Pedrera también resultará muy afectada por el túnel del AVE, que pasará a menos de 3 metros de sus cimientos.

El caso del Templo de la Sagrada Familia resulta, especialmente, espeluznante.


El peligro es tan manifiesto que el Proyecto de Construcción ha dispuesto que se construya una pantalla de 230 metros de longitud, formada por una serie de pilotes encamisados de 41 metros de longitud, metro y medio de diámetro y separados a una distancia de dos metros entre ejes, entre el túnel y el Templo, para protegerlo.

La figura representa una sección en la que puede verse el túnel, la pantalla de protección y los pilotes del Templo.

No hace falta ser un lince, ni un ingeniero destacado, para darse cuenta de que la construcción de la pantalla es mucho más peligrosa que la del propio túnel.

Está más próxima a los pilotes de cimentación de la Fachada de la Gloria, a 1,95 metros, que el mismo túnel que, aunque temerariamente cerca, está a 4,21 metros.

Debe tenerse en cuenta que los pilotes de la Fachada de la Gloria, no son lisos, como están representados en el plano, sino que presentan, como todos los pilotes no encamisados, irregularidades y protuberancias, a veces muy importantes, que les acercarán, aún más, al túnel o a la pantalla.

La técnica del pilotaje está mucho menos avanzada que la de las tuneladoras.
Las obras ejecutadas con tuneladora se suelen ajustar, casi milimétricamente a las proyectadas, pero es muy difícil, prácticamente imposible, ejecutar pilotes que se desvíen menos de un 3% de su posición teórica.

La construcción de la pantalla entraña, pues, un innegable peligro de dañar alguno de los pilotes de cimentación de la Fachada de la Gloria, con las gravísimas consecuencias que se pueden imaginar.


El 3% de 41 metros representa 1 metro y 23 centímetros , por lo que es muy probable que, dado que la separación teórica de las generatrices de los pilotes de la pantalla es de 50 centímetros, surjan problemas serios en su ejecución.

La pantalla de pilotes, que se propone, como medida protectora, es una obra más agresiva, que producirá más vibraciones, será objeto de más incertidumbres y causará más asentamientos en el entorno que el mismo túnel.



Agravará de forma importante el efecto presa, favorecerá la conversión de regímenes de circulación de las rieras subterráneas de lentos a rápidos y, para colmo, estará mas cerca del Templo que el propio túnel.


Es un ejemplo claro de que, a veces, resulta peor el remedio que la enfermedad.

La pantalla de pilotes, valorada en unos cinco millones de euros, se proyectó porque se consideraba absolutamente necesaria una protección para construir el túnel sin peligro para el Templo.

Es evidente que, si se llegase a la conclusión de que dicha pantalla no es viable, tendría que variarse el trazado o disponer otra defensa alternativa que proporcionase una seguridad suficiente y que, de momento, no se ha encontrado.


Aumentará, de forma considerable, el caos circulatorio que, como otras muchas ciudades, sufre Barcelona con demasiada frecuencia.


La construcción de un túnel de un diámetro de doce metros, mayor que la altura de una casa de cuatro pisos, atravesando Barcelona, dificultará la instalación de nuevos servicios que, con toda seguridad, harán falta en un futuro más o menos próximo.

Podría defenderse que los servicios podrían instalarse, como las rutas de los aviones, a distintas alturas, pero no es posible.

Las zonas situadas por encima del túnel están, prácticamente, saturadas y algunos servicios, como las alcantarillas, no pueden llevarse por debajo de él porque, al estar a un nivel inferior al del mar, no podrían desaguar sin unos sistemas de bombeo prohibitivos por costosos.


Ocasionará serias molestias a muchos vecinos, primero durante la construcción y más tarde por los ruidos y las vibraciones que se producirán en algunos pisos, al paso de los trenes.

Los medios de comunicación y los políticos socialistas han silenciado siempre las noticias que podrían originar rechazo a la construcción del AVE por el interior de Barcelona y no han dejado de publicar, modificándolas, a veces de forma tendenciosa, las que favorecían el trazado del proyecto


El pasado lunes, 7 de abril del 2008, se celebró una jornada monográfica, organizada por el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Barcelona en el Trade Center de dicha ciudad, con objeto de dar a conocer las experiencias más recientes, vividas durante la construcción de túneles en zonas urbanas y problemáticas de Europa.

Don Jordi Hereu, Alcalde de Barcelona, inició la sesión dando la bienvenida a todos y efectuando las presentaciones.

Peter Jakobs, Director General de la División de Túneles de Europa Occidental y Jan Dingliger, jefe del proyecto de una línea de Metro de Colonia que pasa a unos 100 metros de su Catedral, disertaron sobre su construcción.

Johan W. Bosch, profesor de la facultad de Ingeniería Civil y de la Universidad Técnica de Delft, habló de una línea de Metro de Amsterdam que está en construcción y se prevé terminar el año 2013. Ha de pasar bajo La Estación Central que tiene algo más de 100 años de antigüedad.


Piergiorgio Grasso, Presidente de Geodata, explicó el modo en que se piensan sortear las dificultades que presenta la ejecución del túnel de alta velocidad que ha de conectar Milán y Nápoles, atravesando el casco antiguo, medieval, de Bolonia.


Keith Bowers, Director de London Underground, destacó los problemas que presenta la construcción del túnel para el tren de alta velocidad unirá las estaciones londinenses de Waterloo y Paddington. Ha de pasar por debajo del Támesis.

Jean Louis Picquand, Miembro del Consejo Nacional de Puentes y Calzadas del Ministerio de Transportes y Obras públicas de la República Francesa y Adrián Martínez, Director del Departamento de Ingeniería Civil de Egis Rail, revelaron detalles sobre la construcción de diversos túneles efectuados bajo las ciudades de Marsella y Lyón.

Markus Thewes, Profesor del Instituto de Construcción de Túneles, Tuberías y Gestión de Obras de Bochum, dio una pequeña charla sobre reducción de riesgos geotécnicos, mediante el uso de tuneladoras.

Félix Amberg, presidente de la Sociedad Suiza de Túneles, explicó las dificultades que tuvieron que vencerse para construir el túnel que lleva al aeropuerto de Zúrich y que pasa por debajo de las pistas de aterrizaje y despegue.
El terreno era muy blando y estaba saturado de agua.


Alfred Haack, Profesor de Stuva, recomendó algunas medidas de protección contra el fuego, las vibraciones y los ruidos en túneles urbanos ferroviarios.


Todos los conferenciantes estuvieron de acuerdo en que la ingeniería actual dispone de los conocimientos y las técnicas necesarias para realizar, con éxito, proyectos suburbanos muy complejos, incluso bajo monumentos importantes y en terrenos blandos y saturados de agua.
No pasaron de ahí.


Fueron presionados y preguntados varias veces para que opinaran sobre si podía garantizarse la seguridad del Templo de la Sagrada Familia mientras se ejecutaban las obras del AVE junto a él.

Se negaron, en rotundo, a contestar.

Manifestaron que no conocían el proyecto y que no podían definirse.

El Equipo Técnico del Patronato se ha ofrecido a facilitarles los datos que necesiten.

Los trabajos descritos en la Jornada sobre túneles urbanos, celebrada en Barcelona, no tienen nada que ver, en cuanto a peligrosidad, con el paso del AVE tan cerca del Templo de la Sagrada Familia.

No es lo mismo construir un túnel de Metro a 100 metros de la Catedral de Colonia que construir el túnel del AVE a menos de 5 metros del Templo de la Sagrada Familia.
No es lo mismo construir un túnel de Metro bajo una estación de 100 años de antigüedad que construir el túnel del AVE a menos de 5 metros del Templo de la Sagrada Familia.

El señor Hereu abandonó el auditorio nada más efectuar la presentación, por lo que no pudo oír ninguna de las ponencias.

Don Ramón García Bragado, concejal de Urbanismo de Barcelona, se fue durante la segunda intervención.

Sin embargo y, sorprendentemente, tanto ellos como otros miembros del Ayuntamiento y varios representantes de la prensa y de otras instituciones, manifestaron, públicamente, que las conclusiones de la jornada representaban una aprobación implícita del trazado del túnel del Ave por la calle Mallorca.

Es, absolutamente, falso.

Cada obra tiene sus peculiaridades y puede requerir actuaciones muy distintas de las que requieren otras que parecen análogas.

Muchos diarios publican, con frecuencia, noticias que dan a entender que el proyecto de trazado existente es inamovible y que, incluso, ya se ha iniciado la construcción de la línea en algunos puntos.

Son informaciónes tendenciosas, que desalientan a los que se oponen al proyecto y les desaniman a seguir luchando.

Las obras que se están realizando están relacionadas con servicios afectados y con tramos que no afectan al trazado definitivo.

El trazado definitivo está supeditado al informe técnico que está realizando INTEMAC y a la resolución de la Audiencia Nacional.


Varias personas intentaron que algunos periódicos publicaran, para que las cosas quedaran claras, la siguiente nota preparada por Don Mariano Ribón Sánchez, ingeniero de caminos, canales y puertos:

"Varios diarios, entre ellos El País, El Periódico de Cataluña, La Razón y El ABC publicaron, el 17 de Enero del 2009, que técnicos de ADIF y el equipo técnico del Patronato de la Sagrada Familia estaban estudiando, de forma conjunta y en perfecta armonía, la conveniencia de mantener el trazado del túnel Sants- La Sagrera por donde está proyectado.

"Es absolutamente normal.

"Todos persiguen lo mismo:
"Que no se produzcan desastres con motivo de las obras y saben que sería una temeridad y una terrible irresponsabilidad construir el túnel sin haber efectuado un estudio concienzudo, tanto de la estructura actual del Templo como de la que tendrá cuando esté terminado.

"Es evidente que, a pesar de la buena voluntad de las dos partes, existe el peligro de que, si el riesgo de que se produzca un siniestro está próximo al que puede considerarse inadmisible, los técnicos de ADIF determinarían que la solución actual era correcta, para evitarse los trastornos de un cambio de proyecto y el equipo técnico del Patronato que era inaceptable porque, al menor fallo o imprevisto, se produciría un verdadero desastre.

"En consecuencia, acordaron, con muy buen criterio, que una empresa independiente de la solvencia y el prestigio de INTEMAC, dictamine, tras efectuar los trabajos de inspección y auscultación necesarios, si las obras pueden ejecutarse, tal como están previstas, con la debida seguridad."

El "Proyecto Básico de Plataforma y Estudio De Impacto Ambiental, del túnel de la calle Mallorca, Tramo Sants-La Sagrera", planteaba una alternativa que discurría por la calle Valencia entre la Avenida Diagonal y la calle Castillejos, evitando el paso junto al Templo de la Sagrada Familia. Se rechazó porque pasaba por debajo de unos bloques de viviendas existentes en los tramos de conexión entre las calles Valencia y Mallorca.

Las conclusiones de la jornada monográfica sobre túneles celebrada el pasado 7 de Abril del 2008, fueron, como hemos dicho, que existen conocimientos y técnicas suficientes para realizar, con éxito, proyectos suburbanos muy complejos, incluso bajo monumentos importantes y aunque los terrenos sean blandos y estén saturados de agua. Ningún ponente se atrevió, en cambio, a manifestar que podía garantizarse la seguridad del Templo de la Sagrada Familia si se efectuaban las obras del AVE que hay previstas junto a él.


Parece, en consecuencia, lo más sensato, incluso sin tener en cuenta las trampas mortales que constituyen las salidas de emergencia, proyectar el trazado por cualquier sitio menos por el que está proyectado.


El señor Hereu anunció que se va a crear una comisión externa, integrada por expertos de distintos países, para que efectúe un seguimiento de la obra.
Parece una medida encaminada a decir, si ocurriera alguna desgracia, que había hecho todo lo posible para evitarla.

Que no había podido hacer más. Pero podría haber hecho mucho más.

Podía haber hecho que se cambiara el trazado.

La Generalitat creó, el mes de diciembre pasado, el Comité de Túneles y Obras Singulares para realizar esa misma función.

El que haya varios organismos de control no aumenta la seguridad de una obra. Se podrían crear diez más y la seguridad no aumentaría.

Lo más probable es que se entorpeciesen unos a otros y dificultasen la buena marcha de los trabajos.

He visto fracasar muchas empresas por haber sido encargadas a dos o más personas.

El señor Hereu ha manifestado que el objetivo de la medida es apartar la discusión del ámbito político y centrarla en el técnico.

El ámbito técnico, el económico, el legal el mediático e, incluso, el político están pidiendo, a gritos, que se cambie el trazado.

Desde el punto de vista técnico hemos dado bastantes razones.

Desde el punto de vista económico deben considerarse varios factores:

El profesor Keit Bowers manifestó, en la jornada del 7 de Abril, que los terrenos suelen bajar unos 25 milímetros, como media, tras el paso de una tuneladora y se mostró orgulloso de que solo hubieran bajado 6, en las obras que se habían realizado en Londres.
Reconoció que se produjeron grietas en numerosos edificios y que se tuvo que pagar, con generosidad, la reparación de los daños.

Los daños serían inmensamente mayores, si se produjera un siniestro en Barcelona que en cualquier zona del Vallés por la que pudiera llevarse el AVE.

El coste de la pantalla no es, ni mucho menos, despreciable y su ejecución requiere bastante tiempo y el tiempo, en una obra, representa dinero.

Siempre que se produce un daño relativamente importante o un siniestro, se suspenden los trabajos hasta que se descubren las causas y se calibra si es conveniente o necesario, por motivos técnicos, políticos o sociales, repararlo y tomar nuevas medidas, antes de continuar.

Todo ello representa tiempo y, en consecuencia, dinero.

Los perjuicios que se causan a terceros hay que compensarlos.

Todos los camiones, hormigones, bloques de piedra y materiales acceden a las obras del Templo de la Sagrada Familia por la calle Mallorca.

Habría que suspender algunas tareas mientras se construyese la pantalla de protección y abonar los salarios de las personas que trabajan en ellas.

Son arquitectos, escultores, canteros, ferrallistas, albañiles, encofradores e, incluso, peones que llevan muchos años en la obra y están muy especializados porque las obras del Templo de la Sagrada Familia son, absolutamente, distintas a las demás.
Constituiría un despropósito imperdonable el despedirles.

Sería muy difícil, prácticamente imposible, volver a reunir un equipo tan excepcional y bien acoplado como el que existe ahora.

Desde un punto de vista legal se evitarían los problemas que podría causar el artículo 35 de la Ley de Regulación del Patrimonio Cultural del Parlamento de Cataluña que dice:
"En los entornos de los inmuebles de interés nacional se prohibe cualquier movimiento de tierras que conlleve cualquier alteración grave sobre la morfología y la topografía del territorio."

La fachada del Nacimiento de la Sagrada Familia.

El Templo de la Sagrada Familia no solo es un Monumento de Interés Nacional sino que la UNESCO ha concedido, a la Cripta y a la Fachada de la Natividad, la calificación de Patrimonio de la Humanidad por su valor cultural, universal y excepcional.
Es imposible negar, con seriedad, que la sustitución de arenas y arcillas margosas por un túnel de hormigón de 12 metros de diámetro, constituye una alteración grave de la morfología del territorio.


Desde un punto de vista mediático y político, parece evidente que, si surgieran problemas en una zona rústica, podrían pasar desapercibidos y no tener gran trascendencia, pero que si se produjeran daños de importancia en una serie de viviendas de Barcelona o en el Templo de la Sagrada Familia, los periódicos de todo el mundo lo publicarían en primera página, sería uno de los mayores escándalos ocurridos en mucho tiempo y la mayoría de los ciudadanos no lo perdonaría nunca.

Existen varias alternativas al trazado actual pero la que lo sitúa por El Vallés presenta tantas ventajas, con respecto a las otras, que no merece la pena perder el tiempo en analizar las demás.

La construcción de la línea del Ave Madrid-Barcelona-Frontera Francesa por El Vallés, ubicando la estación en algún punto de la zona, realizando un ramal de metro, desde allí, hasta La estación de La Sagrera y utilizando el tramo del AVE, ya construido, como otro tramo de metro, presentaría, entre otras, las siguientes ventajas:

Evitaría las angustias, los desasosiegos y, en algunos casos, las depresiones que están sufriendo muchos vecinos por temor a que las obras dañen seriamente sus casas o sus negocios.
Resultaría más barato porque, aunque habría que construir algunos kilómetros más, se podrían realizar, en gran parte, a cielo abierto y con muchísimas menos dificultades de trabajo, de acopio de materiales, de transporte y de todo tipo, que en el núcleo urbano de Barcelona.
No se produciría ningún malestar, entre los viajeros cuyo destino final no fuera Barcelona, por la disminución de velocidad que sufriría el tren mientras atravesara Barcelona.
Los pasajeros no suelen dar importancia a unos minutos más de viaje si el tren circula con normalidad, y va cumpliendo sus horarios, pero se impacientan y se inquietan si detectan que circula a una velocidad substancialmente menor a la que consideran normal.
El viaje por las cercanías de Barcelona sería mucho más agradable si se realizara por el Vallés que por el interior de un túnel.
Las consecuencias de un accidente o un acto terrorista, serían muchísimo más graves en un túnel que a cielo abierto.
Está claro que los trenes que tuvieran a Barcelona como inicio de trayecto o destino final, podrían, o mejor dicho, deberían, utilizar las estaciones de Sants o la Sagrera para salir o llegar.

Las obras ejecutadas podrían aprovecharse para construir un metro, de dimensiones normales, por donde las autoridades municipales consideraran más conveniente.

Al fin y al cabo, un AVE que circula por el subsuelo de una ciudad a 30 ó 50 kilómetros por hora no es más que un metro sobredimensionado.
Estas consideraciones y otras muchas, que sería prolijo enumerar, deberían llevar a los políticos con capacidad para ello, a cambiar el trazado del AVE que hay previsto.


Los ciudadanos, no solo se lo agradecerían con toda su alma sino que, probablemente, les premiarían con sus votos en futuras elecciones y las generaciones venideras les reconocerían el mérito de no haber dificultado la instalación de nuevos servicios ni haber puesto en peligro, sin una necesidad perentoria, a las maravillas urbanísticas que posee Barcelona, a sus habitantes y a sus viviendas que, además de espectaculares y pintorescas, son tan sagradas, para ellos y para la mayoría de nosotros, como el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia.


Las imágenes representan una fachada y un patio interior de manzana, característicos del Ensanche de Barcelona.
Debemos luchar, con toda nuestra alma, para que no se ponga en peligro ni la riqueza urbanística de Barcelona ni la seguridad y el bienestar de sus habitantes.

Barcelona, 17 de Febrero de 2009.


9 de novembre del 2008

Conferencia de Dn. Mariano Ribón "AVE y Sagrada Familia" 23-10-08, en la sede del Colegio de ingenieros de Caminos de Catalunya



















Conferencia “ AVE Y SAGRADA FAMILIA “, impartida por el ingeniero de Caminos Dn. Mariano Ribón en el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Cataluña. (23-10-08)
(Profesional que ha hecho grandes obras y muy complejas utilizando pilones de protección como las tres chimeneas de la térmica de San Adrián del Besós; la Central Térmica de Mata de la que se conservaron las famosas tres chimeneas del Paralelo; la Central Térmica de Badalona con sus torres rectangulares de 80 m. de altura; la Central Térmica de Cercs que tiene varias construcciones singulares; el Pozo de Bombas de la Central Nuclear de Vandellós I, de 50 m de diámetro y 14m de profundidad)
Tras una brillante presentación a cargo de Dn. Jordi Bonet, arquitecto director de las obras de la Sagrada Familia, Dn. Mariano Ribón expuso:
El riesgo cero no existe.

Todo el que proyecta o ejecuta una obra tiene que aceptar una probabilidad de fracaso y, en base a ella, adoptar un coeficiente de seguridad.

La probabilidad que suele adoptarse es de 1 / 50.000.

Es una probabilidad pequeña, equivalente a que toque el gordo de la lotería, jugando un solo número, y se corresponde, bastante bien, con la realidad.

Una de cada 50.000 obras, aproximadamente, se derrumba.

La probabilidad de que se produzcan siniestros durante la construcción de túneles es mucho más alta.
Los ingenieros Guy Lance, de la Universidad de Londres y John Anderson, de la de Glasgow, han efectuado un informe sobre las incidencias sufridas, desde 1970, en túneles de todo el mundo,.
Se han construido 2.017 túneles con una longitud total de 8.750 kilómetros y se han producido 19 incidentes graves.
Significa que se han producido 0,94 incidentes graves, casi uno, por cada cien túneles.
La proporción es considerablemente mayor, porque hay muchos países, empresas e ingenieros que silencian y ocultan sus fallos.

El subsuelo es muy traicionero.

El Colegio Oficial de Geólogos de Cataluña ha efectuado una “Valoración del Conocimiento Geológico” existente para opinar sobre si puede construirse el Túnel Sants-Sagrera sin poner en peligro el Templo de la Sagrada Familia.

El informe está bien realizado pero como no es políticamente correcto afirmar abiertamente, que no es razonable construir el túnel por donde está previsto, lo dice de forma solapada.

Llega a la conclusión de que el proyecto es viable, si se construye de forma que no comprometa la seguridad, de Pero Grullo, pero no aclara si esto es posible

Yo afirmo, rotundamente, que no.

El informe propone que se ejecuten otros 5 sondeos.

Es perder el tiempo y el dinero.

Den el resultado que den, no debe mantenerse, so pena de una gran irresponsabilidad, el trazado previsto por la calle Mallorca.

Aclararé los motivos y sus causas.

La probabilidad, en sí misma, no basta para tomar decisiones.

Lo verdaderamente importante es la esperanza matemática.

La esperanza matemática es la probabilidad multiplicada por el valor de la pérdida o la ganancia.

El coeficiente de seguridad debe fijarse, en consecuencia, en función del perjuicio que originaría el fracaso de la obra.

Un ingeniero que proyectara un restaurante giratorio en lo alto de un rascacielos y asignara un coeficiente de seguridad de tres a la resistencia del acero del eje de giro, sería, para mí, un mal ingeniero.

El ahorro obtenido por no asignarle uno de diez, por ejemplo, no compensa, en absoluto, el mayor riesgo de que se produzca un verdadero desastre por un incendio, un terremoto, una ráfaga de viento, un atentado o cualquier otra causa.

El Templo de la Sagrada Familia tiene un valor casi infinito.

Es, a juicio de la mayoría de los que la visitan, más de tres millones de personas al año, la obra de arquitectura más sublime y maravillosa del mundo.

La mayoría de los que le ven suelen quedarse maravillados, anonadados, embelesados.
No se cansan de admirar su grandiosidad y esbeltez y, antes de irse, están deseando volver.

No debería correrse el menor riesgo de afectarle negativamente y la única forma de conseguirlo es en no jugar con fuego y modificar el trazado del túnel para no pasar cerca.

Todo el que proyecta o construye una obra cree estar absolutamente seguro de que no se caerá.

No la proyectaría ni la construiría en caso contrario.

Sin embargo, hay obras, más de las que se cree, que se derrumban y se arruinan.
El pasado lunes, 7 de abril del 2008, se celebró en el Trade Center de Barcelona, una jornada monográfica organizada por el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Barcelona, con objeto de dar a conocer las experiencias más recientes, vividas durante la construcción de túneles en zonas urbanas y problemáticas de Europa.





















(clicar sobre cualquier imagen para agrandarla) (este dibujo si está a escala)

 Don Jordi Hereu, Alcalde de Barcelona, inició la sesión dando la bienvenida y efectuando las presentaciones.
Todos los conferenciantes estuvieron de acuerdo en que la ingeniería actual dispone de los conocimientos y las técnicas necesarias para realizar, con éxito, proyectos suburbanos muy complejos bajo monumentos importantes aunque los terrenos sean blandos y estén saturados de agua.

No pasaron de ahí.

Fueron presionados y preguntados varias veces para que manifestaran que podía garantizarse la seguridad del Templo de la Sagrada Familia mientras se ejecutaban las obras del AVE en la calle Mallorca.

Se negaron en rotundo a manifestarlo.

Adujeron que no conocían el proyecto y que no podían definirse.

Me ofrezco a explicárselo sobre el terreno, que es donde mejor se ven las cosas.













(Dibujo que muestra los elementos que componen el problema con claridad. PERO NO ESTAN A ESCALA ni el túnel, ni los cimientos del Templo, ni los pilotes. Véase la imagen anterior con LO MISMO, la Sagrada Familia, sus cimientos y el AVE, pero a escala)

La construcción del túnel del AVE tan cerca del Templo de la Sagrada Familia presenta riesgos mucho más acusados que la de las obras necesarias para realizar los proyectos presentados en la citada jornada.

El señor Hereu abandonó el auditorio nada más efectuar la presentación, por lo que no pudo oír ninguna de las ponencias.
Don Ramón García Bragado, concejal de Urbanismo de Barcelona, se fue durante la segunda intervención.
Sin embargo y, sorprendentemente, tanto ellos dos como otros miembros del Ayuntamiento y varios representantes de la prensa y de otras instituciones, han manifestado, en diversos medios, que las conclusiones de la jornada representaban una aprobación implícita del trazado del Ave por la calle Mallorca.

Es, absolutamente, falso.


Cada obra tiene sus peculiaridades y puede requerir actuaciones muy distintas de las que requieren otras que parecen análogas.
Peter Jakobs, el jefe del proyecto del túnel del Metro que atraviesa Colonia, puso el dedo en la llaga.

Manifestó que, para proyectar y construir una obra delicada, era preciso considerar las estructuras de los edificios cercanADIF ha manifestado que ha encargado a la empresa INTEMAC la inspección de los edificios próximos a las obras del Túnel.
Es cierto, pero el trabajo, absolutamente indispensable para realizar un proyecto responsable y prudente, no se ha realizado en el caso del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia.
INTEMAC solicitó permiso a la Junta Constructora del Templo para efectuarlo.
La Junta, dado que el objetivo del trabajo era, solamente, detectar posibles defectos, dejar constancia de ellos y poder rechazar, más tarde, reclamaciones sobre los mismos, negó el permiso.

El proyecto se redactó, en consecuencia, sin que se efectuara el informe y, por tanto, de una forma irresponsable y temeraria.
El estado de las cosas era tan poco razonable que técnicos de ADIF y del Patronato reanudaron las conversaciones y acordaron que era necesario realizar un estudio sobre la interacción entre el Túnel y el Templo antes de ejecutar las obras y, a la vista de los resultados, tomar las medidas oportunas que podrían consistir, incluso, en variar el trazado.


El Patronato presentó unas condiciones para permitir que se realizaran todas las inspecciones que fueran necesarias y ADIF, afortunadamente, las ha aceptado.                                                       

El proyecto aborda, solamente, los efectos sonoros de las vibraciones. No considera su incidencia en la estabilidad de las estructuras.
Las producidas por el paso de los trenes del AVE junto al Templo de la Sagrada Familia pueden ser muy peligrosas.
Las vibraciones se trasmiten desde el punto en que se producen a los distintos elementos de las estructuras y, si entran en resonancia en ellos, pueden causar su ruina.
Existen cantantes que pueden romper copas de vidrio con su voz.
Está rigurosamente prohibido que una tropa atraviese un puente marcando el paso, pues no sería la primera vez que uno se derrumbara por ello.
El que un elemento entre en resonancia depende del camino que tenga que recorrer la perturbación para llegar a él, del material de que está compuesto, de su longitud, de su sección y de las tensiones a que está sometido.

Los trenes del AVE van a pasar, si se mantiene el trazado previsto, increíblemente cerca del Templo de la Sagrada Familia.



















(De iquierda a derecha: Cimientos de la Sagrada Familia, los pilotes que se han propuesto en el proyecto como medida protectora, y túnel del AVE - a escala: "El Templo correrá más peligro si se hace la pantalla que si no se hace")

La estructura de éste tiene un sinfín de columnas, de treinta tipos geométricamente distintas, todas extremadamente esbeltas, construidas con materiales diferentes y que irán sufriendo tensiones variables, a medida que se vayan construyendo las zonas que falta ejecutar.

El peligro de que alguna entre en resonancia no es, pues, despreciable y existe la circunstancia agravante de que, como la estructura está concebida como un antifunicular, el desplome de un elemento podría causar la ruina de todo el conjunto.

Los prestigiosos ingenieros industriales Don Rafael Casals y Don Santiago Cardenal han efectuado un minucioso estudio de este complicadísimo tema y las conclusiones a que han llegado no son nada tranquilizadoras.  
                                                                                                            Gaudí era un genio. Uno de los mayores que ha dado la arquitectura.
Quiso dar la máxima espiritualidad a la obra y lo consiguió dotándola, gracias a su maravillosa intuición, de la mayor esbeltez que permitían las leyes naturales, pero desconocía que se iba a llevar el túnel de un tren de alta velocidad por la calle Mallorca y, por tanto, no pudo tenerlo en cuenta y no lo consideró.
Eso hace que sea una imperdonable temeridad y un disparate mantener el trazado por donde está previsto.

La mayoría de los visitantes se quedan desconcertados cuando entran a la nave principal y no entienden como pueden mantenerse en pie, ni las columnas ni las ramificaciones que sostienen las bóvedas.

Debe tenerse en cuenta que la obra debe alcanzar los 172 metros y que ahora tiene, alrededor de 70.
Consiguió, mediante un funicular de cargas, que todos los elementos estructuralesdel Templo trabajasen a compresión.
 
                              
Los prestigiosos arquitectos Margarit y Buxadé se están ocupando, con una dedicación y un cariño digno del mayor elogio, en calcular las armaduras de los distintos elementos para que no se produzcan pandeos y se soporten debidamente los esfuerzos.
 

Jan Dinglinger manifestó que lo importante de un túnel es la forma en que se construye y no lo que hay en la superficie.
Es un disparate.

No es lo mismo, lo diga quién lo diga, construir un túnel bajo una chabola o un terreno libre de construcciones que bajo el Templo de la Sagrada Familia.
El Proyecto Básico planteaba una alternativa que discurría por la calle Valencia entre la Avenida Diagonal y la calle Castillejos, evitando el paso junto al Templo de la Sagrada Familia. Se rechazó porque los tramos de conexión entre las calles Valencia y Mallorca pasaban por debajo de unos bloques de vivienLa conclusión a que se llegó en la jornada sobre túneles del pasado 7 de Abril del 2008, fue, como hemos dicho, que existen conocimientos y
técnicas suficientes para realizar, con éxito, proyectos suburbanos muy complejos bajo monumentos importantes aunque los terrenos sean blandos y estén saturados de agua.

Ningún ponente se atrevió a manifestar, en cambio, que pudiera garantizarse la seguridad del Templo de la Sagrada Familia si se efectuaban las obras del AVE previstas por la calle Mallorca.
No parece sensato, en consecuencia, proyectar el trazado por la calle Mallorca.

El señor Hereu anunció que se va a crear una comisión externa, integrada por expertos de distintos países, para que efectúe un seguimiento de la obra.
La Generalitat creó, el mes de diciembre pasado, el Comité de Túneles y Obras Singulares para realizar la misma función.
El que haya varios organismos de control no aumenta la seguridad de una obra.
Se podrían crear diez más y la seguridad no aumentaría.
Lo más probable es que se entorpeciesen unos a otros y dificultasen la buena marcha de los trabajos.
He visto fracasar muchas empresas por haber sido encargadas a dos o más personas.
El señor Hereu ha manifestado que su objetivo es apartar la decisión del ámbito político y centrarla en el técnico.
 

El ámbito técnico, el económico, el legal el mediático e, incluso, el político están pidiendo, a gritos, que se cambie el trazado.

Desde el punto de vista técnico tenemos que hacer varias consideraciones:
Es imposible asegurar que una obra no se vaya a caer, pero puede y debe proyectarse de modo que, antes de caerse, avise con fisuras y grietas, dando tiempo a evacuar a las personas que estén en su interior o en sus inmediaciones y a efectuar las reparaciones necesarias para evitar que se produzca un derrumbe.

Los hormigones razonablemente armados avisan antes de caerse.
Los hormigones en masa o poco armados tienen una rotura frágil y rápida.
Las estructuras de los bloques de viviendas son estructuras normales, con cuantías de armaduras del orden de 80 kilogramos de hierro por metro cúbico de hormigón y, en consecuencia, avisan antes de caerse.

La estructura del Templo de la Sagrada Familia es pobre en armaduras en algunas zonas ya que está diseñada para que solo se produzcan compresiones y, en consecuencia, tendría una rotura frágil e instantánea.

Es completamente distinto, desde un punto de vista estructural, un terreno blando, saturado de agua, si ésta está estancada o circulando e, incluso, la velocidad de circulación es fundamental para tomar decisiones técnicas adecuadas.
El subsuelo de Barcelona no sólo es blando y saturado de agua.















(Las siglas SP indican el punto de los sondeos. Nota: el dibujo en un color u otro entre punto y punto de sondeo es una extrapolación del dibujante a su buen saber y entender, no tiene más datos que los puntos de sondeo. Clicar para agrandar la imagen)


 
Está constituido, en la zona que nos ocupa, por unos grandes lentejones de arcillas margosas, de color marrón verdoso, y otros, más pequeños, también de arcillas margosas, pero de color gris negruzco, embebidos en arenas.
Está surcado, como puede verse en la imagen, por numerosas e importantes corrientes subterráneas que van desde las zonas montañosas al mar
.














Plano de las rieras de Barcelona señalando las que cruza el trazado del AVE. (clicar sobre la imagen para agrandarla)

Podemos ver en la otra figura un corte geológico del terreno que existe bajo el Templo de la Sagrada Familia.
Las arenas están representadas en color amarillo y las arcillas margosas en color verde. Los lentejones de arcillas margosas que están secos y se inundan, se entumecen, aumentan de volumen y suelen producir grietas en los edificios que tienen encima o que estén cerca.

Los lentejones de arcillas margosas que están saturados y se secan, se retraen, disminuyen de volumen y suelen producir grietas en los edificios que tienen encima o que estén cerca.
La retracción de los lentejones descomprime las arenas, facilita que éstas sean arrastradas por las corrientes subterráneas, y aumenta, de forma muy importante, la probabilidad de afecciones y la importancia de las mismas.
 
Es por tanto imperativo, evitar efectuar actuaciones que propicien que lentejones secos se inunden o que lentejones saturados de agua, se sequen.

Si se construyera el túnel del AVE, con una sección circular de unos 12 metros de diámetro, más que la altura de una casa de cuatro pisos, por la calle Mallorca, se crearía una especie de presa que interferiría la circulación de las corrientes subterráneas y propiciaría que algunas zonas, de aguas arriba, se inundaran y otras, de aguas abajo, se secaran.
Constituiría, pues, una temeridad irresponsable, el construirlo.

La pantalla de pilotes que se propone, como medida protectora, es una obra que producirá más vibraciones, será objeto de más incertidumbres y causará más asientos en el entorno, que el mismo túnel.
Agravará, de forma ostensible, el efecto presa del túnel, favorecerá la conversión de regímenes de circulación lentos a rápidos y, para colmo, estará mas cerca del Templo que el propio túnel.
El Templo correrá más peligro si se hace la pantalla, que si no se hace.

Es un ejemplo claro de que, algunas veces, es peor el remedio que la enfermedad.

Desde el punto de vista económico deben considerarse varios factores:
El profesor Keit Bowers manifestó, en la jornada del 7 de Abril, que los terrenos suelen bajar unos 25 milímetros, como media, tras el paso de una tuneladora y se mostró orgulloso de que solo hubieran bajado 6, en las obras que se habían realizado en Londres.

Reconoció que se produjeron grietas en numerosos edificios y que se tuvo que pagar, con generosidad, la reparación de los daños.

Los daños serían inmensamente mayores, si se produjera un siniestro en el Templo de la Sagrada Familia que en unas casas particulares.

El coste de la pantalla no es, ni mucho menos, despreciable y su ejecución requiere bastante tiempo y el tiempo, en una obra, representa mucho dinero.

Siempre que se produce un daño relativamente importante o un siniestro, se suspenden los trabajos hasta que se descubren las causas y se calibra si es conveniente o necesario, por motivos técnicos, políticos o sociales, repararlo y tomar nuevas medidas, antes de continuar.
Todo ello representa tiempo y, en consecuencia, dinero.
Los perjuicios que se causan a terceros hay que compensarlos.
Todos los camiones, hormigones, bloques de piedra y materiales acceden a las obras del Templo de la Sagrada Familia por la calle Mallorca.
Habría que suspender algunas tareas mientras se construyese la pantalla de protección y abonar los salarios de las personas que trabajan en ellas.
Son arquitectos, escultores, canteros, ferrallistas, albañiles, encofradores e, incluso, peones que llevan muchos años en la obra, están muy especializados, porque las obras del Templo de la Sagrada Familia son, absolutamente, distintas a las demás.
Constituiría un despropósito imperdonable el despedirles.
Sería muy difícil, prácticamente imposible, volver a reunir un equipo tan excepcional y bien acoplado como el que existe ahora.

Desde un punto de vista legal se evitarían los problemas que podría causar el artículo 35 de la Ley de Regulación del Patrimonio Cultural del Parlamento de Cataluña que dice:                                                   
En los entornos de los inmuebles de interés nacional se prohibe cualquier movimiento de tierras que conlleve cualquier alteración grave sobre la morfología y la topografía del territorio.

El Templo de la Sagrada Familia no solo es un Monumento de Interés Nacional sino que la UNESCO ha concedido, a la Cripta y a la Fachada de la Natividad, la calificación de Patrimonio de la Humanidad por su valor cultural, universal y excepcional.
Es imposible negar que la sustitución de arenas y arcillas margosas por un túnel de hormigón de 12 metros de diámetro y una pantalla de 240 metros de largo y 42 de profundidad, formada por pilotes de metro y medio de diámetro, separados dos metros entre ejes, constituye una alteración grave de la morfología del territorio.

Desde un punto de vista mediático y político, parece evidente que, si surgieran problemas en unas viviendas, podrían pasar desapercibidos y no tener gran trascendencia, pero que, si se produjeran daños de importancia en el Templo de la Sagrada Familia, los periódicos de todo el mundo lo publicarían en primera página, sería uno de los mayores escándalos ocurridos en mucho tiempo, y la mayoría de los ciudadanos no lo perdonaría nunca.

Hay quienes creen que, cuando unas obras se vigilan con cuidado y se efectúan correctamente, no se producen accidentes.

Es, totalmente falso.

El riesgo cero no existe.

El que no es aceptable, sí.