28 d’abril del 2024

Breu història de Montserrat, per 'Esguard Històric'

 


 📜 L'any 888, quan es consagrà el monestir de Ripoll, Guifré el Pilós el dotà amb diverses esglesietes que havia conquerit al "locum quem nominant Monte Serrado", és a dir, al "lloc que anomenen Montserrat" i que datarien d'entre els ss.VI-IX.

Al s.X s'hi fundà el monestir de Santa Cecília, que posà sota el seu control les esglesietes montserratines contra el dret que hi tenia Ripoll. L'any 1023, l'abat Oliba rebé de Berenguer Ramon el Corbat i Ermessenda de Carcassona, comtes de Barcelona, confirmació de la jurisdicció ripollesa sobre Montserrat.

Per afirmar la preeminència de Ripoll al massís, Oliba erigí l'església de Santa Maria en monestir i inicià els treballs per convertir-la en cenobi, bastint un nou edifici romànic que acolliria una comunitat benedictina vinguda de Ripoll.

Al s.XII Montserrat ja tenia fama pels miracles atribuïts a la intercessió de la Mare de Déu. Creixien els pelegrinatges i les donacions, moltes en agraïment pels favors obtinguts en moments d'angoixa o perill.

D'aquest moment data la talla de fusta que, ennegrida durant segles pel fum de les llànties i ciris que l'envoltaven, hom acabaria anomenant "la Moreneta".

Reis com Pere el Gran o Pere el Cerimoniós pujaren a Montserrat en episodis difícils de llurs regnats per demanar intercessió. L'any 1399 s'escrigué el "Libre Vermell de Montserrat", recull dels cants dels pelegrins a la Muntanya Santa.

L'any 1493 els Reis Catòlics feren dependre Montserrat del monestir de Sant Benet de Valladolid. Tot i que els primers abats sostingueren l'esplendor montserratina, a finals del s.XVI els recels entre monjos catalans i castellans derivaren en un conflicte obert que requerí la intervenció del virrei.

Durant la Guerra del Francès, els francesos destruïren el monestir (1811) però els monjos amagaren la imatge, salvant-la. Montserrat patí les desamortitzacions però la comunitat es mantingué i amb l'exclaustració dels monjos de Valladolid en quedà desvinculada.

A mitjans s.XIX s'inicià la reconstrucció del monestir, que fou elevat a basílica. Verdaguer li'n dedicà el "Virolai" (1880) i Montserrat fou erigida patrona de Catalunya (1881). Des de 1915 se'n celebra la festivitat el 27 d'abril.

https://www.facebook.com/share/v57zGRKRmcfhZGdT/

 

 

__

Sijena, ¿quien quemó el monasterio?: Los datos que aportan la "Causa General" conservada en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca, sobre qué sucedió el 1936

 
Sijena, 1936: La "Causa General", los datos conservados en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca, archivo compilado por Franco
 
 
Las columnas libertarias salidas de Barcelona no fueron las que quemaron el monasterio oscense, pese a lo que se ha manifestado hasta ahora.
 
 
VIERNES, 5 DE MAYO DE 2023
 
El insigne monasterio de Santa María ubicado en la localidad de Villanueva de Sijena (Huesca) ha sido noticia en los últimos tiempos como consecuencia de dos sentencias judiciales. Dichas sentencias tienen que ver con su patrimonio artístico y han enfrentado a las comunidades de Cataluña y Aragón. A raíz del asunto, se han publicado numerosas noticias de prensa y artículos de opinión, en alguno de los cuales se intentaba demostrar algo que se viene afirmando de forma acrítica desde hace tiempo: la responsabilidad de la Generalitat de Cataluña en el incendio y saqueo del monasterio durante la Guerra Civil española. Otras veces lo que se ha dicho es que fue quemado por “los catalanes” o por “milicias venidas de Cataluña” —en el mejor de los casos—, lo que se ha convertido en un mantra repetido hasta la saciedad con muy mala idea. Así pues, responsabilizar sin pruebas a una comunidad vecina, al gobierno de la Generalitat o a su presidente, el malogrado Lluís Companys, está poniendo de manifiesto una intencionalidad que nada tiene que ver con el ejercicio de la ciencia histórica.

(He añadido una numeración a las fuentes documentales para seguir mejor el texto. Cuca de Llum)
 
1) El caso es que esta explicación de los hechos se ha aceptado, como decíamos, acríticamente y ya forma parte del discurso popular; cualquiera que visite Villanueva de Sijena y su monasterio podrá comprobarlo: de hecho, el viajero o el turista encontrará allí un cartel informativo donde se alude a esta versión de los hechos. Con todo, para quien esté interesado en lo que aconteció en Villanueva de Sijena entre julio y agosto de 1936 es fundamental la lectura de la Historia de Sijena”, de Julio Arribas Salaberri, editada en Lleida en 1975. Arribas, sijenense ilustre y testigo directo de los hechos —fue secretario del Ayuntamiento en ese momento y escribano del Comité local—, apuntó que la responsabilidad de la destrucción del monasterio fue del Comité local; dicho llanamente: que la llevaron a cabo habitantes de aquella localidad. Menciona, además, que en los primeros días del alzamiento, llegaron dos hombres y dos mujeres de Barcelona que demostraron un comportamiento muy violento.
 

 
 
Extrañamente, en la reedición de su libro por parte del Instituto de Estudios Sijenenses, aparecida solamente dos años después, se suprimieron todos los detalles de los hechos. 2) Anterior al relato de Arribas, tenemos el de Juan Manuel Palacios, cronista efectivo del Real Monasterio de Sijena, que en 1955 afirmó que el 25 de julio “el Comité ejecutivo de la Villa” tomó posesión del monasterio, aunque no menciona quién fue el responsable de la quema. 3) Igualmente, en la introducción de su obra Arde Sijena (2011), Miguel Ángel Pascual Ariste llega a la misma conclusión que Arribas y afirma con rotundidad que el incendio fue provocado por “los miembros del Comité, con el auxilio de unos forajidos que llegaron en un coche y camión procedentes de La Almolda”.
 
 Algunos historiadores e interesados en el tema han especulado con la idea de que el incendio fuese provocado por alguna de las diversas columnas libertarias, salidas de Barcelona, que pasaron por allí camino del frente, pero las fuentes no lo confirman. Sorprende, en este sentido, que, a la hora de dirimir la autoría de la destrucción, no se invoque la relevancia de un documento fundamental: 4) la Causa General conservada en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca.

 
 
 Algunos han utilizado documentos de dicha causa para explicar, de forma parcial, qué ocurrió en Villanueva de Sijena en esos fatídicos días, aunque llama la atención que en la articulación del relato de lo sucedido no se aluda a la Hoja de Estado número 3, con fecha de 2 de octubre de 1940, firmada por el alcalde y el secretario del Ayuntamiento. En este documento, consultable en la red a través del portal PARES (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte), constan los desmanes y crímenes cometidos en la localidad y, lo que es más importante, sus supuestos autores con nombres y apellidos. Son diez nombres. Varios de ellos aparecen en el relato de Arribas Salaberri e incluso hoy día algunos de estos apellidos están presentes en la localidad.
 
 
 
 En la Hoja de Estado apuntada, junto a la fecha de 30 de julio de 1936, se lee:
 

 
 
 Incendio, profanación, saqueo total, robo y destrucción completa, llegando incluso al desenterramiento de monjas del Real Monasterio de Sijena”.
 
 
 

Se señala como causantes a las diez personas indicadas y se añade una frase terrible: “y la casi mayoría de vecinos”.  Sorprendente y doloroso para los actuales habitantes del pueblo, puedo imaginármelo.


La Causa General promovida por el gobierno franquista es una fuente cuyo valor historiográfico está fuera de toda duda, pero, a pesar de ello, los especialistas en la Guerra Civil saben que las informaciones que ofrece siempre han de contrastarse. Se ha señalado que la objetividad de dicho proceso fue dudosa —y es cierto—, aunque en nuestro caso, el relato de Arribas Salaberri permite corroborar lo que allí se afirma. Sea como fuere, la Causa General es consultada frecuentemente por los historiadores interesados en el conflicto, pero también se ha utilizado en otros asuntos. Es el caso de uno de los dos litigios judiciales a los que aludía al principio: el de las pinturas murales románicas que embellecían el monasterio, arrancadas y salvaguardadas en plena Guerra Civil y hoy custodiadas en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC). La sentencia de un tribunal de Huesca (4 de julio de 2016) incorpora en sus fundamentos jurídicos (artículo noveno) un documento de la Causa General presentado por el Ayuntamiento de Villanueva de Sijena en el que un testigo parecía querer responsabilizar del incendio a “milicianos procedentes de Cataluña”, aunque finalmente acabó afirmando que ignoraba quién fue el causante real. Sorprende, por tanto, que el consistorio sijenense y el abogado que lo representa, conocedores de los contenidos de la Causa General, no aportasen el documento en que se responsabiliza de los hechos a los vecinos de la localidad.
 

            En la página 6 (estado 3) se afirma que la destrucción del monasterio de Sijena la llevaron a cabo los habitantes de Villanueva: "30-7-1936. Incendio, profanación, saqueo total, robo y destrucción completa, llegando incluso al desenterramiento de monjas del Real Monasterio de Sijena", como personas sospechosas de participar en el delito aparecen 10 que se han citado en la comisión de un delito posterior "y la casi mayoría de vecinos". En los folios 17-18 se relata el asesinato del sacerdote del monasterio, Antonio Montull Carulla, "en los primeros días" de la guerra: "Se presentó un automóvil conducido por unos desconocidos, al parecer catalanes, que les acompañaban dos mujeres, los cuales después de hablar con los dirigentes marxistas del pueblo de Villanueva de Sijena, marcharon al susodicho Monasterio de Sijena procediendo a la detención del citado sacerdote, al que después de mil mofas e insultos lo llevaron al puente de hierro de la carretera de Bujaraloz a la estación del Tomillo donde le dispararon varios tiros con las pistolas que éstos y sus acompañantes llevaban, hasta que le dejaron por muerto a unos dos kilómetros del pueblo de Villanueva, regresando a éste, donde como una graciosidad contaron el hecho. Seguidamente salió para el citado punto el vecino Manuel Cerezuela Mallen, con una escopeta y una lata con gasolina, y como al llegar encontrara al precitado sacerdote aún con vida y dispuesto a lavarse sus heridas en el río, este individuo le disparó varios tiros con la escopeta que llevaba, los que le acabaron de producir la muerte, rociándole a continuación con la gasolina y prendiéndole fuego. Según manifestación del referido Cerezuela Mallen, le acompañó su convecino Antonio Fuentes Torres, los ambos se hallan detenidos en la prisión provincial de Huesca", termina el relato del jefe del puesto de la Guardia Civil en Sena, fechado el 2 de abril de 1943.

 
 

A
lgunos lectores se preguntarán qué interés puede tener, a estas alturas, saber quiénes fueron los responsables del incendio de Santa María de Sijena. A mi parecer, no lo tiene, salvo para acabar con las especulaciones interesadas de aquellos que han llegado a relacionar burdamente la quema del monasterio y el posterior arranque de las pinturas murales, y para rebatir con pruebas y documentos lo afirmado por algunos académicos. A día de hoy no existe ninguna evidencia que permita aseverar que el monasterio lo quemaron milicianos llegados de Barcelona que se hallaban bajo la autoridad del gobierno catalán. Ni una sola. En cambio, el expediente de Villanueva de Sijena contenido en la Causa General, así como el testimonio directo de Arribas Salaberri, apuntan hacia los propios vecinos de la localidad.

 
Ante la evidencia, es de suponer que todos aquellos que alguna vez han acusado del incendio a los catalanes, a las milicias catalanas, al president Companys o la Generalitat de Cataluña, deberían reflexionar de forma serena y profunda. Hoy en día, las relaciones entre Aragón y Cataluña ya están lo suficientemente revueltas como para que nos enzarcemos en según qué discusiones y, mucho menos, cuando, como en esta ocasión, parece que no hay debate posible. Algunos dicen que la memoria histórica no es importante, que no hay que abrir heridas del pasado, pero casos como el de Villanueva de Sijena demuestran todo lo contrario. Por todo ello conviene reivindicar la necesidad de conocer, pues la verdad nos permitirá vivir con más dignidad.

 El País. Alberto Velasco Gonzàlez - Conservador del Museu de Lleida.

 
 
 
PARA SABER MÁS:

Recomendamos clicar en "Sixena" o en el índice de etiquetas del blog para ver otros artículos, unos 12; asimismo recomendamos este libro de Flocel Sabaté, catedrático de Historia en la Universidad de Lleida:


__

24 d’abril del 2024

El profesor se da cuenta de que un alumno es buen lector si...

 

 

Llibres: Italo Calvino "Per què llegir els clàssics"

"Por qué leer los clásicos"

El libro de Italo Calvino es una buena lectura para este verano y nos ayudará a hacer "nuestra" lista de clásicos. Una de sus reflexiones era: “no os creáis que los clásicos se han de leer porque ‘sirven’ para algo. La única razón que se puede aducir es que leer los clásicos es mejor que no leer los clásicos”


Así empieza el libro Italo Calvino: "Clásicos son estos libros de los que se suele oír decir: 'Estoy releyendo...' y nunca 'Estoy leyendo'
 
 
 
 
 
 
 
 
Ramon Torra Puigdellívol
¿Qué títulos son clásicos universales, los verdaderos bestsellers, que han dejado y dejan huella, pero no salen en las listas de los top ten ni aparecen en las librerías por Sant Jordi? Hay muchas obras que aún hoy se leen y algunas se hacen leer y criticar, en las facultades y no de Letras, precisamente, sino de Derecho, Medicina o Arquitectura, para modelar la formación de los alumnos.


Obras puestas en la cima de la literatura universal hay muchas. Nada que ver con los bestsellers de hoy, muchos prefabricados, escritos por encargo, sin calidad literaria, con un marketing que los programa para una aceptación masiva y los sube al primer lugar de ventas para desaparecer del mapa en poco tiempo. 

¿Alguien recuerda los últimos premios Nadal, Planeta, Ramon Llull, Josep Pla o Sant Jordi, por citar sólo los de Barcelona? Algunos recordaréis Nada, de Carmen Laforet, el primer Nadal y el primer premio de todos, pero la gran mayoría de obras premiadas pasa sin pena ni gloria, aunque se haya elegido, previamente, el personaje famoso que debe ganar: en 1994 ganó el Planeta Camilo José Cela y renunciaron a recibirlo tanto Miguel Delibes como Ernesto Sábato, que no quisieron entrar al juego cuando se lo propusieron. 

Premios literarios-literarios, hoy no quedan ya que todos son comerciales. Aquí tenemos: Premi Nadal (1944, Editorial Destino, hoy Planeta); Premio Joanot Martorell (1947, Aymà Editores, hoy Enciclopedia Catalana-Òmnium Cultural y desde 1959 Premi Sant Jordi); Premio Planeta (1952, Editorial Planeta); Premi Josep Pla de narrativa (1968, Editorial Destino, hoy Planeta; Premi Ramon Llull de literatura catalana (1981, Editorial Planeta). 

Volvamos a los clásicos: podemos hablar de Homero, de Sófocles, de Virgilio, de Ovidio, de Dante, de John Milton, de Ramon Llull, de Joanot Martorell y del resto de títulos salvados de la hoguera en el Quijote..., y podríamos seguir con Balzac, Petrarca, Cervantes, Lope de Vega, Quevedo, Shakespeare, Dostoievki, Molière, Verne, Saint-Exupéry, Rablais, Tolstoi, Machado, Darío... y no acabaríamos.

Hoy os quiero hablar de Perché leggere i classici en la versión castellana Por qué leer los clásicos, obra póstuma de Italo Calvino. Italo Calvino fue un escritor italiano nacido en 1923 en Santiago de las Vegas, Cuba, y muerto en 1985 en Siena, Italia. Afiliado a las brigadas Garibaldi y después al PC, deja el partido en 1957. Inicia estudios de agronomía, los deja y en 1947 se gradúa en literatura en la Universidad de Torino. Publica su primera novela El sendero de los nidos de araña y comienza a escribir, en las filas del neorrealismo italiano, en temas fantásticos y alegóricos. 

Cabe citar la trilogía Nuestros antepasados: El vizconde demediado, El barón rampante (boníssim!) y El caballero inexistente, narraciones fantásticas; Marcovaldo, es decir las estaciones en la ciudad, crítica al mercantilismo del mundo actual con un estilo poético y preciosista donde el protagonista es un personaje bufo, moderno, salvaje, que va a buscar la naturaleza en medio del asfalto de la ciudad y donde sólo encuentra el caos, y El castillo de los destinos cruzados que Calvino consideraba uno de sus mejores libros y el más fantástico de todos. Fue nominado al Premio Nebula (USA) a la mejor novela fantástica. 

Calvino sabía que, aunque haya clásicos universales, todo el mundo tiene su lista y en este escrito aparecen aquellos por los que él sentía una particular admiración, pero que el clásico de cada uno es aquel que no puede serte indiferente y que sirve para definirte a ti mismo en relación y -tal vez- en contraste con él. 

Calvino comienza el libro con esta definición de clásico:
  • Clásicos son estos libros de los que se suele oír decir: Estoy releyendo... y nunca Estoy leyendo...
Releer..., aspecto muy importante en cuanto a la lectura de un libro. La juventud comunica a la lectura un sabor particular y una particular importancia; en la madurez se aprecian muchos más detalles, niveles y significados. Toda relectura de un clásico es una lectura de descubrimiento como la primera. Martí de Riquer decía que es muy importante releer, ya que cuando se relee un libro se descubren muchas cosas que habían pasado por alto en la primera lectura, y el actual Papa, Jorge Mario Bergoglio, explica que para las vacaciones descansaba rezando y leyendo –releyendo- los clásicos y añadía: ¡Cuánto hemos perdido culturalmente en la ruptura con lo clásico. 

Cuando un clásico funciona como tal, establece una relación personal con quien lo lee: si no salta la "chispa" no hay nada que hacer. Leer un clásico por primera vez en la edad madura es un placer extraordinario. 

Calvino continúa con otras definiciones de clásico:
  • Clásicos son aquel libros que constituyen una riqueza para quien los ha leído
  • Un clásico es un libro que nunca termina de decir todo lo que tiene que decir
  • Los clásicos son esos libros que nos llegan trayendo tras de sí la huella que han dejado en las culturas
  • Es clásico lo que tiende a relegar la actualidad a la categoría de ruido de fondo
  • Es clásico lo que persiste como ruido de fondo incluso allí donde la actualidad más incompatible se impone
  • Los clásicos sirven para entender quiénes somos y dónde hemos llegado
Calvino termina sus reflexiones con una frase lapidaria: no os creáis que los clásicos se han de leer porque "sirven" para algo. La única razón que se puede aducir es que leer los clásicos es mejor que no leer los clásicos. 

Hay que leer Por qué leer los clásicos, es una buena lectura para este verano y nos ayudará a hacer "nuestra" lista de clásicos.



Altres llibres recomanats a la Cuca de Llum a l'etiqueta o tag  a l'arxiu del blog, i algunes entrades d'escriptors clàssics:  

 

Un tast d'alguns clàssics catalans o internacionals, publicats a la Cuca de Llum:
 


 
 

 
 
 
 
(Post amb 86 visites)



….

La col·lecció Bernat Metge celebra el centenari: la seva història travessa un segle de cultura catalana

 La col·lecció Bernat Metge celebra el centenari: la seva història travessa un segle de cultura catalana

 

 
Què té a veure la publicació d’una col·lecció bilingüe de clàssics grecs i llatins amb la construcció d’una identitat? A priori semblaria una idea estrambòtica, romàntica si es vol, però això no ho pensà un intel·lectual impulsiu i catalanòfil, Joan Estelrich, quan va convèncer un mecenes no menys genial i catalanista, Francesc Cambó, per projectar Catalunya al món mitjançant “una xarxa de catalanitat” d’intercanvi editorial internacio­nal. Idea admirable, si no fos perquè el ressò d’una col·lecció en català de clàssics grecollatins difícilment transcendiria els àmbits acadèmics, per no dir que a Catalunya hi havia una tímida tradició de llatinistes i els especialistes en grec que es comptaven amb un parell de dits de la mà. Era aquella una època gloriosa on romania viu l’enorme pes de la tradició clàssica i on tot país de cultura tenia la seva col·lecció bilingüe de clàssics grecs i llatins, on Homer i Virgili, Aristòfanes i Plaute, Demòstenes i Ciceró, Plató i Sèneca, Heròdot o Titus Livi servien de plataforma de cultura, d’impuls de llengües vernacles i d’identitats nacionals.
 
 
 El març del 1922 s’anunciava a la premsa tota una biblioteca d’Alexandria de 300 volums. El nom triat per a la col·lecció tenia una càrrega simbòlica enorme, alhora que revelava que Catalunya no havia comptat amb una tradició humanista de renaixement del món clàssic. El secretari del rei Joan I, Bernat Metge, cap al 1400 havia portat el català al seu nivell més excels amb Lo somni, i realment era un somni l’empresa d’una col·lecció de vocació popular, és a dir burgesa, per a un país acabat de sortir d’una Renaixença i necessitat encara de més odes a la pàtria.
 
 Més enllà del compromís de ­país,­ dels diners de Cambó i de la passió dels dos cònsols que havien fundat la nova república de les lletres catalanes van intuir que un jove poeta i hel·lenista, que havia completat estudis a Múnic becat per la Mancomunitat de Catalunya, Carles Riba, havia de ser l’ànima veritable i el seny de la col·lecció, la persona que aportés ciència a l’emoció patriòtica. Un indret simbòlic acollí la seu d’aquella tríada capitolina, un espai que simbolitzava el signe dels nous temps del que volia ser Catalunya, al número 30 de la Via Laietana, i que anunciava al país i al món que la Bernat Metge havia de ser el fonament sòlid d’uns valors clàssics eterns al servei d’un projecte de país i d’una llengua.
 
 
 El primer volum de la col·lecció, De la natura, del romà Lucreci, es va presentar a l’hotel Ritz el 9 d’abril del 1923. Tenia estampada la silueta de l’Asclepi trobat a Empúries per Josep Puig i Cadafalch el 25 d’octubre del 1909, descobriment evocat per Eugeni d’Ors com el temps d’uns déus que servirien d’inspiració per a la reconstrucció nacional, cultural i europea, el noucentisme, immortalitzat al Saló de Sant Jordi del Palau de la Generalitat per Joaquim Torres-García en un mural al·legòric sobre la comunitat de la pàtria al voltant de la llengua. Aquesta moda hel·lènica es plasmà amb fotografies d’Estelrich o de la ballarina Àurea de Sarrà vestits a la grega. Tot plegat estava a punt per a l’inici d’una col·lecció per subscripció que havia de guarnir les biblioteques i els salons de la burgesia catalana.
 
 
 Els Records de Sòcrates de Xenofont posava al mercat a finals del 1923 el primer autor grec. El traductor no podia ser un altre que Riba, l’única persona apta per traslladar al català la paraula de l’historiador atenès tal com brollà de la font grega.
 
 Aquell any en què veié la llum Ciceró acabà, però, amb un mal presagi crepuscular: el cop de Miguel Primo de Rivera. El català a l’escola i la senyera eren prohibits, i bona part de les institucions del país corrien la mateixa sort funesta. No menys desconcert i ràbia va provocar el possibilisme de Cambó, que es debatia entre el seu catalanisme i la consciència de classe burgesa, que veia en la dictadura, com a la Roma antiga, una excepció institucional limitada en el temps que serviria per regenerar el sistema parlamentari espanyol. Aquella socie­tat dividida i expectant amb el que havia passat a Rússia el 1917 apostava a parts iguals per fiar-ho tot a la CNT i a la revolució o col·locar els interessos de classe i la moral conservadora per sobre de les lleialtats nacionals. La polarització es produí dins mateix de la Bernat Metge i la dictadura no va romandre només sis mesos; les veus dels partits van ser condemnades a l’ostracisme, però contra pronòstic la Bernat Metge prosseguí la seva tasca tot i la mirada impenitent de la censura. Paradoxalment, la dictadura no prohibí una col·lecció de clàssics grecs i llatins que funcionava per subscripció, amb un poder de subversió que no ultrapassava els salons i les biblioteques de les cases de la burgesia. En aquells anys, reveladorament, veieren la llum La ira de Sèneca, amb traducció de Carles Cardó, la Defensa de Sòcrates de Plató, per Joan Crexells, el Brutus de Ciceró, a cura d’Eduard Valentí i la Constitució d’Atenes d’Aristòtil, per Ferran Mayoral. Semblava com si els clàssics hagueren d’estar ara al servei de la defensa de la democràcia i la denúncia de la tirania, i a favor d’una oratòria política condemnada al silenci. La llista de títols, amb una mitjana de sis per any, va ser impressionant, i demostrava que aquell somni donava resultats excepcionals: Tibul, Properci, Plini, Tàcit, Plutarc, Horaci, Ovidi, Catul, Polibi, Apul·leu... Quant paganisme en les hores foscants per a la llibertat i la modernitat, quina tossuderia i agosarament a editar poetes de moral qüestionable, fet que censurava el diari catòlic El Matí per posar obres tan sensuals en mans femenines i donar veu a Adela Maria Trepat i Anna Maria de Saavedra, dues dones, per traduir Les metamorfosis d’Ovidi. Només un autor cristià entre tant pagà, sant Cebrià, l’Epistolari del qual sortí de la impremta el 1929 i en edició de Josep Vergés i mossèn Tomàs Bellpuig. El pudor era norma en aquells anys, i sovint els traductors —i això passaria inclús fins als anys setanta amb les edicions d’Aristòfanes i l’autocensura del prevere Manuel Balasch—, davant del Pedicabo ego uos et irrumabo de Catul, “Us la fotré pel cul i per la boca”, preferien traduir “Us demostraré com soc home”, com si l’alta cultura grega i llatina fos aliena a la grolleria, i sobretot perquè la moral dels subscriptors burgesos votants de la Lliga havia de mantenir, com el mateix Cambó, un hipòcrita equilibri combregant en públic i mantenint les amants en privat.
 
 Des del 2016 s’ha impulsat una Bernat Metge Essencial, assequible per a tots els públics
 
 
 
 El 1926 es fundà l’Editorial Alpha, segell editorial que aixoplugaria totes les publicacions promogudes pel mecenes de la Via Laietana, i la Bernat Metge veia com augmentaven per patriotisme les seves subscripcions, 1.800 el 1918. Fins i tot, Cambó igualava el grec al llatí creant una càtedra de llengua i literatura grega per a Riba, ja que només Lluís Segalà i un parell més havien mantingut viu el grec a la universitat. Riba demostrà de nou la seva suficiència acadèmica amb les Vides paral·leles de Plutarc, i amb una tria de personatges, Ròmul i Soló, que destacaven alhora per la defensa de grans principis i la manifestació de grans contradiccions. Cambó i Estelrich presumien amb orgull d’una cinquantena de volums de la Bernat Metge; més il·lús era el seu convenciment que amb la caiguda de Primo de Rivera havia arribat l’hora que la Lliga liderés la transició cap a una Espanya monàrquica i constitucional.
 
 El 14 d’abril del 1931 una massa eufòrica cridava davant Via Laietana, 30, «Visca en Macià! Mori en Cambó!». Esquerra Republicana de Catalunya arrasava a les urnes i la somiada República Catalana es transformava en Generalitat de Catalunya, autònoma però dins la República Espanyola. No s’auguraven bons temps per a la Bernat Metge, vista des de sectors d’esquerra, juntament amb l’Enciclopèdia Catalana, com una arma de la burgesia. Com si d’un veritable àugur es tractés i intuís com blindar-se del que havia de venir, Riba, aleshores ja professor a la Universitat de Barcelona, apostava el mateix any per Èsquil i la tragèdia grega, gènere polític i baluard de la democràcia. Josep Carner valorà la traducció com un abraonament que faria del català una “gran llengua literària” i “una recerca apassionada de l’impossible”.
 
 Mentre flirtejava amb el feixisme, Estelrich predicava per tot Europa la bona nova i diagnosticava aleshores el que ha estat un mal endèmic del ­país: “No hi haurà eixida favorable per al catalanisme mentre estiguem dividits a mort esquerra i dreta”. Aquesta divisió s’accentuà amb la Guerra Civil i la Bernat Metge sobrevisqué confiscada per la Generalitat de Catalunya, amb l’edició d’un Plutarc el 1937 on apareix Riba com a comissari de la Generalitat. La guerra allunyava el poeta i Cambó i s’enduia per davant il·lusions i vides. Amb la derrota Riba seria depurat i molts col·laboradors iniciaren el camí cap a la intempèrie de l’exili exterior o interior. La gran família estava trencada i des del 1938 no apareix un sol volum de la col·lecció. Estelrich, però, va aconseguir el permís de la censura franquista perquè el 1942 aparegués un nou volum de Plutarc, les vides d’Alexandre i Cèsar, amb el nom de Riba censurat a la portada, i potser perquè el règim veia en el rei macedoni i el polític romà els models admirats per tots els dictadors. La col·lecció no s’aturà; Cambó encarregava nous volums i Estelrich dirigia incansable la col·lecció des de París.
 
 
 Per al franquisme, no era una amenaça ni inquietava que fos en català, potser perquè era per subscripció
 
 
 La història de la col·lecció, després de la mort de Cambó el 1947, continuà fins als nostres dies, de seguida de la mà de Ramon Guardans, marit d’Helena Cambó, i dirigida de facto per Riba fins a la seva mort el 1959, quan es va crear un Consell de Direcció format per llatinistes i hel·lenistes. Aleshores, com deia el poeta Joan Oliver, a Catalunya només dues institucions funcionaven: la Bernat Metge i el tren de Sarrià. Però com alertà un jove Carles Miralles en una elegia a Serra d’Or, els volums naixien morts, no arribaven enlloc. Aquest va ser el debat dominant des de finals dels seixanta: quins eren els nous destinataris de la col·lecció; si arribava realment a les llibreries o només funcionava per subscripció i s’havia d’adquirir a la mateixa Fundació; si, com ja apuntà des de l’inici Riba, havien de ser edicions bilingües, amb l’edició no sempre acurada del text en llatí i grec, o només traduccions; si es pagava o no els traductors; si el projecte veuria el seu final en aquella Espanya grisa de la dictadura franquista; de qui era patrimoni... D’optimisme no en faltava, però el cert és que les subscripcions anaven disminuint i els volums exhaurits ja no es reeditaven. Aviat la Bernat Metge va passar a ser una troballa feliç de mercat de vell i només un parell de llibreries de Barcelona comptaven amb la col·lecció més o menys completa. Però el cert és que la nòmina d’autors no parava de créixer, i des d’aleshores les edicions s’encarregaven a filòlegs professionals: Josep Alsina, Eulàlia Vintró, Francesc J. Cuartero, Miquel Dolç o Antoni Seva, entre molts altres. A l’Espanya franquista la Bernat Metge no era vista com una amenaça ni inquietava que fos en català, potser perquè, com en el passat, una col·lecció per subscripció no desafiava el règim com sí que ho podria fer des de les prestatgeries d’una llibreria.
 
 
 El cert, però, és que la Bernat Metge ha arribat fins als nostres dies, amb cent anys d’història i històries, grà­cies a la família Guardans Cambó i sobre les espatlles de la filòloga Montserrat Ros. Inclús fa uns anys una selecció de la Bernat Metge va arribar als quioscos, a les llibreries i a les escoles de la mà del diari Ara i fins i tot el president Pasqual Maragall va regalar una col·lecció completa a la fira del Llibre de Guadalajara (Mèxic), dedicada a Catalunya el 2004. El reconeixement institucional arribà amb el Premi Nacional de Literatura, l’any 2009, a Introducció a la Ilíada de l’hel·lenista Jaume Pòrtulas. Des del 2016, ja propie­tat de la cooperativa Som*, i a càrrec de Raül Garrigasait, nova ànima de la col·lecció i autor d’un llibre fonamental sobre aquesta fascinant història ("Els fundadors"), s’ha impulsat una Bernat Metge Essencial, assequible a tots els públics, que no vol viure d’unes subscripcions a la baixa. Com sempre, la seva existència no pot fer pensar a obtenir beneficis, però sí a invertir en un enorme capital simbòlic de més de 400 títols amb què un petit grup d’idealistes i filòlegs entusiastes han perseverat tossudament per fer dels clàssics grecollatins una tradició ben arrelada al país i una de les millors defenses de la llengua catalana. El noble somni que ara fa cent anys impulsà la seva fundació continua encara avui dia el seu viatge feliç cap a Ítaca.
(....)
 
 (Article de El País, no trobo la referència exacta)
 
 ...............
 
(Article publicat 5 anys abans, quan la Bernat Metge feia 95 anys:)

La imprescindible col·lecció Bernat Metge canvia de casa 

 

'Ara Llibres' relleva l’Institut Cambó per seguir fent créixer el catàleg i impulsar el fons editorial
 
 
 22.03.2017 - Jordi Nopca - diari ARA
 
 
Barcelona. El polític i advocat Francesc Cambó va repetir durant anys i en situacions ben diverses una consigna que va acabar fent-se realitat: “Si jo fos milionari, m’agradaria fundar alguna cosa important de cara als clàssics”. Després de ser un dels impulsors de la Lliga Regionalista de Catalunya, de passar per l’Ajuntament de Barcelona -on va ser regidor-, de fer de ministre de Foment i de convertir-se en un dels motors de l’Estatut d’Autonomia del 1919, Cambó va fer fortuna gràcies a “unes accions” i “uns béns llunyans”, com recordaria anys més tard el traductor Miquel Dolç. Gràcies a aquest cop de sort Cambó va poder tirar endavant la creació, l’any 1922, de la Fundació Bernat Metge, dedicada a la traducció del bo i millor de la tradició literària grega i llatina.
 
 
Noranta anys de feina de la Fundació Bernat Metge. Des d’aquell moment, la col·lecció de llibres ha crescut a un ritme lent però inexorable, incorporant textos d’Homer, Plutarc, Sòfocles, Ciceró, Plaute, Virgili, Aristòfanes, Píndar, Catul, Plató, Heròdot i un llarg etcètera de noms indispensables per entendre la cultura occidental. Inspirada per la francesa Guillaume Budé -que enguany celebra el centenari-, la Bernat Metge ha publicat 417 clàssics en 95 anys de recorregut, i el gruix del seu llegat és equiparable a iniciatives impulsades en cultures amb un nombre de parlants molt més gran que la llengua catalana: es pot comparar amb la Budé, la britànica Loeb, la italiana Lorenzo Valla i l’espanyola Gredos.
 
 
Impuls per arribar al centenari
 
Vinculada a la família Cambó-Guardans des dels seus inicis, la col·lecció emprèn a partir d’ara un nou rumb: la família l’ha venut al grup Som (abans Cultura 03), que publica revistes com Sàpiens i és propietari de l’editorial Ara Llibres. “És una iniciativa i un repte apassionant, que ens omple d’una il·lusió immensa -explica Joan Carles Girbés, director editorial d’Ara Llibres-. Volem donar una nova vida a la Bernat Metge: posarem en valor tot el que s’ha fet fins ara, revitalitzant l’immens fons editorial, però continuarem afegint nous títols”. Girbés recorda que hi ha “obres imprescindibles encara incompletes” a la col·lecció, com les Tragèdies d’Eurípides Tragèdies i la Ilíada d’Homer Ilíada. Aquests títols s’afegiran a altres encàrrecs que veuran la llum abans del centenari de la col·lecció, com ara la Metafísica d’Aristòtil Metafísica , les Tragèdies de Sèneca Tragèdies , La guerra jueva de Flavi Josep La guerra jueva i la continuació de les Lleis de Plató Lleis . “Publicarem quatre títols anualment -promet Girbés-. De moment el preu serà el mateix que ara, 36 euros per volum, però tenim la intenció d’arribar a algunes llibreries, cosa que ara no passava. I volem donar nova vida a la feina feta durant tot aquest temps”. El rigor habitual dels volums de la Bernat Metge està assegurat gràcies a la continuïtat de l’editor de la col·lecció, Raül Garrigasait, que està vinculat al projecte des de fa pràcticament una dècada.

 

Oriol Soler, president de Som, considera que la “revolució digital ha deixat un missatge clar: la potència està en els continguts, no en les formes”. El grup té la intenció de fer créixer l’abast social de la Bernat Metge renovant i ampliant els subscriptors -actualment n’hi ha uns 500; en el seu millor moment n’hi havia hagut 2.000-, impulsant una pàgina web i dinamitzant les xarxes. L’última operació important al voltant de la Bernat Metge va ser quan l’ARA en va distribuir fins a tres mil col·leccions de 50 volums, l’any 2011.

 

En aquests llibres hi ha l’essència de la civilització occidental -diu Soler-. Volem que la casa dels clàssics sigui gran i forta”. Per aquest motiu impulsaran actes com el d’ahir a la tarda al CaixaForum de Barcelona, en què l’escriptor i traductor Joan Francesc Mira va repassar la història de la col·lecció. Que la conferència tingués lloc al CaixaForum no és cap coincidència: “Estarem al costat d’aquesta iniciativa d’una manera constant -assegurava Valentí Farràs, director del centre cultural-. La Caixa farà una aportació econòmica -que no s’ha fet pública- per a l’edició dels nous títols, i de moment ha comprat cinc col·leccions senceres de la Bernat Metge: una d’elles estarà disponible a la biblioteca del palau Macaya i les altres quatre seran donades a universitats o càtedres de tot el món que destaquin per la seva difusió dels clàssics grecs i llatins. Les paraules de Farràs són una bona promesa de futur de la nova etapa de la Bernat Metge: “El món canvia, però les coses bones persisteixen”.

 

Grans traductors per a llibres enormes

El repte de traduir textos amb tants segles d’antiguitat és altíssim, però els resultats que han aconseguit bona part dels col·laboradors de la Bernat Metge són excel·lents. La traducció de l’ Odissea d’Homer de Carles Riba n’és una de les fites -també es va ocupar de Sòfocles i Èsquil-, però també són remarcables les aportacions de Joan Crexells, Manuel Balasch, Marçal Olivar, Jaume Berenguer, Miquel Dolç, Carles Cardó i el tàndem format per Adela Maria Trepat i Anna Maria de Saavedra. Entre els traductors actuals destaquen Montserrat Ros i Antoni Seva.

 
 
 
(Aquest post ha rebut 67 visites)
 
 
 PER A SABER-NE MÉS:
 
 
_

José Saramago: tenemos un 40% de analfabetos funcionales que leen pero no entienden.

 

Entrevista a José Saramago:

"Estan haciendo un planeta para ricos, cada vez más ricos...

 (Vídeo corto visto en Facebook, debe estar también en YouTube):

https://www.facebook.com/share/r/1p6SGVGALtJmEmeY/ 

 

LA ENTREVISTA ENTERA LA TENEIS AQUÍ VALE LA PENA:

>>  https://youtu.be/i2vARBxzjaE?si=iFu8CnKBTuDzk2Ly

 

__

"Sant Jordi té una rosa", de Josep Maria de Segarra

  
Amb ella té més sang a dins les venes,
per plantar cara a tots els dracs del món.
                                      
                         Josep Maria de Segarra


Josep Maria de Segarra (1894-1961)

 






(Aquesta entrada ha rebut 1091 visites)
 
 
__

Carles Puigdemont presenta el seu programa per les eleccions al Parlament del 12-Maig 2024