
El tribunal, en el que también están representados Noruega y
Liechtenstein, aporta un matiz muy interesante: Islandia no está
obligada a pagar, ya que “el fondo de garantía de depósitos fue incapaz
de hacer frente a sus obligaciones en el caso de una crisis sistémica”.
Se abre la puerta así a que en otras situaciones límite los Estados no
devuelvan el dinero de sus ahorradores extranjeros.
Un portavoz comunitario se apresuró ayer a contestar que Bruselas se
aferra a que las obligaciones de los fondos de garantía de depósitos se
mantienen “vigentes también si hay una crisis sistémica”. Pese a todo,
la Comisión Europea asegura que necesita tiempo para estudiar el fallo.
“La sentencia es también buena para Holanda y Reino Unido. Si hubieran
ganado, eso supondría que el Estado nación es responsable de todos los
depósitos bancarios, algo que ningún país quiere”, añade Jon Danielsson,
de la London School of Economics.
Tras la bancarrota, los Gobiernos de Londres y Ámsterdam usaron sus
arcas para compensar a los clientes del banco islandés. Poco después
iniciaron el proceso legal que ayer llegó a su fin, ya que la sentencia
—que Reikiavik considera “una satisfacción considerable”— no admite
recurso.
Lo paradójico del caso es que, pese al apoyo de los tribunales, Islandia ha acabado por pagar gran parte del dinero
que le reclaman. Reikiavik ya ha reembolsado unos 3.300 millones de
euros, cerca de la mitad del total desembolsado en Icesave, la marca con
la que operaba fuera de la isla el banco Landsbanki, una de las tres
entidades financieras que quebraron en 2008 y llevaron al país entero a
la bancarrota. La cantidad ya pagada supone más del 90% del mínimo
garantizado que el Estado estaba obligado a devolver.
Por una parte, Londres se queda lejos de su objetivo de lograr la
devolución de todo el dinero invertido –que supondría que cada islandés
pagara unos 12.500 euros- con sus correspondientes intereses. Pero por
otra, el Gobierno ya ha anunciado que continuará pagando el mínimo
garantizado. Así que, pese a la sentencia, los contribuyentes, de una
forma u otra, acabarán pagando una parte de los excesos cometidos por
sus banqueros.
http://economia.elpais.com/economia/2013/01/28/actualidad/1359389838_926993.html
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