Financieramente la explicación no es muy compleja. Es fácil entender que cualquier prestamista se ve más tentado de correr riesgos con quien tiene recursos que con quien carece de ellos, razón por la cual la deuda crece sin generar excesivos miedos. Se pide prestado para pagar las operaciones vencidas y la deuda se alarga en el tiempo. Y ese fue el esquema que la corona española siguió durante decenios garantizando sus obligaciones con las riquezas que llegaban de América y las concesiones de estancos, monopolios y demás explotaciones en las riquísimas e inexplotadas colonias.
El problema fundamental de la deuda nunca es la cantidad que acaba siendo indiferente, sino el puntual y correcto cumplimiento de las obligaciones pactadas. La quiebra llega cuando se consolidan los impagos y ya no hay confianza en el emisor – deudor.
Desde aquella primera bancarrota filipina declarada por el rey prudente hasta el repudio de la deuda de la II República por el gobierno de facto del general Franco, España ha dejado de cumplir sus compromisos en más de una decena de ocasiones que vamos a repasar en estas líneas:
(Al meu entendre ARA els polítics de l'oligarquia de l'altiplà:
El acceso de los Borbones al trono tras la muerte de Carlos II el Hechizado supuso una mejora en la gestión de las cuentas públicas. Los gobiernos de Felipe V pusieron cierto orden en las finanzas españolas al articular la creación de un gobierno más moderno, a imagen del francés, con funcionarios a sueldo del estado. Además, tras la guerra de sucesión, la paz ayudó a retomar con garantías el comercio con América y Filipinas lo que ayudó grandemente al desarrollo económico. También se profesionalizó y simplificó la Hacienda que permitió recaudar impuestos en todo el reino para financiar al estado.
El largo reinado del primer Borbón (1700-1746) estabilizó las finanzas del país que no sufrieron reforma alguna hasta el reinado de Carlos III que trajo de Nápoles la lotería y la creación del Banco de San Carlos, una entidad – antecedente del Banco de España – encargada de convertir en oro los vales reales – títulos de deuda al portador admitidos como dinero fiduciario y a cuya crisis dedicaremos una próxima Nota -, descontar los efectos al 4%, contratar los suministros militares y pagar la deuda exterior. La entidad, enteramente constituida con capital público, sobrevivió a duras penas hasta 1829, año en que fue absorbida por el Banco de San Fernando.
Tras un siglo de tranquilidad, la decisión de Carlos IV de declarar la guerra a la Francia revolucionaria tras la muerte de Luis XVI y Maria Antonieta, llevó a España a la ruina. Las diversas campañas militares se financiaron mediante la emisión descontrolada de vales reales cuyos intereses fue imposible satisfacer declarando la corona en 1799 el impago de intereses.
>> Espanya,
500 anys de pensament antieconòmic, 21 fallides del pagament del deute
d'Estat. Una vergonya silenciada als llibres de història.

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