16 de novembre del 2009

Inconvenientes del trazado del AVE en Barcelona - Mariano Ribón, ingeniero de Caminos

Noviembre 2009- Algunos técnicos calificados y varias personas que han demostrado un gran sentido común, se han dirigido, en repetidas ocasiones, al conseller Don Joaquín Nadal y al alcalde Don Jordi Hereu, manifestándoles, a veces con argumentos de peso, su enorme preocupación por los riesgos que entraña la construcción del túnel del AVE Sants-La Sagrera por el centro de Barcelona.

Su contestación siempre ha sido la misma:

Que comprendían y agradecían la preocupación pero que debían estar tranquilos porque las obras iban a ser las más vigiladas y mejor construidas del mundo.

Los responsables de la Junta de la Sagrada Familia denunciaron a la Audiencia Nacional, el jueves 22 de Octubre de 2009, que la pantalla de protección de pilotes, pilotes previstos totalmente encamisados en el Proyecto de Construcción y que solo se han conseguido encamisar en sus primeros doce metros, se estaba construyendo 83 centímetros más cerca del Templo de lo que indicaban los planos.

Solicitaron una suspensión cautelarísima de las obras, acompañando fotografías y un acta notarial.


Los magistrados de la Audiencia Nacional pidieron a ADIF que aclarara los motivos del error y las consecuencias que podía tener para la estabilidad del Templo.

Los representantes de ADIF respondieron con una mentira.

Respondieron que se trataba, solamente, de un error de replanteo, que no tenía ninguna importancia, que no había nada construido y que, en consecuencia, solo había que corregir el error de replanteo y construir la pantalla donde indicaba el proyecto.

Los representantes de ADIF sabían, perfectamente, que se habían construido varios pilotes y algunos metros de los muretes, en la calle Mallorca y entre las calles Cerdeña y Marina, en cuyo interior debía seguir la ejecución de pilotes, mal ubicados, pero consiguieron que la Audiencia Nacional denegara la suspensión cautelarísima.

La Junta del Templo presentará un recurso de súplica, hay un plazo de cinco días para hacerlo, que tiene probabilidades de prosperar porque es difícil que ADIF pueda ocultar, durante mucho tiempo, la realidad de los hechos.

No creo que ni el señor Nadal ni el señor Hereu se atrevan a volver a decir que será la obra más vigilada y mejor ejecutada del mundo.

Parece ser, eso es lo de menos, que se han tomado o se van a tomar, medidas disciplinarias contra el operario que cometió el error.

Lo que procedería, a mi entender, es el cese fulminante de quienes han planeado o legalizado un trazado por el centro de Barcelona que no representa, aparentemente, ninguna ventaja para nada ni para nadie.

No presenta ninguna ventaja económica ya que, además de que es, inicialmente, considerablemente más caro que los podrían discurrir por El Vallés o por el litoral, ya se han efectuado cambios, apenas iniciadas las obras, como la inclusión de la pantalla de pilotes para proteger el Templo de la Sagrada Familia o la modificación de varios pozos de ventilación y evacuación de emergencia para utilizarlos, también, como accesos para efectuar trabajos de mantenimiento de la tuneladora, que incrementan, de forma muy importante, el coste previsto.

Es el trazado que, con toda seguridad, exigirá aumentar más el presupuesto previsto para resolver los numerosos imprevistos que surgirán para solucionar interacciones con tuberías de agua, alcantarillas, líneas eléctricas, conducciones de gas, servicios telefónicos etc.,etc.



No representa ninguna ventaja para la ciudad de Barcelona porque pone en peligro monumentos patrimonio de la humanidad como La Pedrera, el Templo de la Sagrada Familia y otros que, como el Conjunto del Ensanche, no lo son pero deberían serlo.

No representa ninguna ventaja para los barceloneses porque discurre bajo tierra, en todo el recorrido entre las Estaciones de Sants y la Sagrera.

No representa ninguna ventaja para el mismo AVE porque adultera su sentido de tren de alta velocidad y lo convierte en un metro urbano.

No tiene sentido que un tren que efectúa el trayecto Madrid-Barcelona en poco más de dos horas, tarde unos treinta minutos en atravesar Barcelona.

No representan ninguna ventaja para la seguridad las salidas de emergencia, consistentes en escaleras de unos 30 metros de altura porque no parece razonable suponer que personas de cierta edad puedan subir unas escaleras, equivalentes a las de una casa de 9 ó 10 pisos, huyendo, precipitadamente, de un siniestro.

Algunos metros urbanos tienen salidas de emergencia del mismo tipo pero, en ellos, las estaciones suelen estar muy cerca unas de otras y los viajeros pueden escapar caminando por el túnel hasta la más próxima.

El túnel Sants-La Sagrera tiene 5.640 metros.

No representan ninguna ventaja para la seguridad, ni la presa que constituye el túnel de 12 metros de diámetro, equivalente a la altura de una casa de cuatro pisos ni la pantalla de supuesta protección del Templo de la Sagrada Familia porque interferirán las corrientes de agua que circulan desde las montañas al mar por el subsuelo de Barcelona y propiciarán que algunas zonas se eleven, al inundarse, y otras se depriman, al desecarse, con las negativas consecuencias que pueden suponerse para las casas, alcantarillas, conducciones de agua y gas, etc., etc., construidas en ellas.

No representan ninguna ventaja de seguridad las vibraciones que se van a producir durante las las obras ni por el paso de los trenes para las estructuras de los edificios próximos a la traza, algunos construidos hace más de cien años, para la del Templo de la Sagrada Familia con sus esbeltísimas columnas inclinadas, de longitudes y secciones muy variadas y con agrupaciones arborescentes que no hacen demasiado improbable que pueda producirse una catástrofe por el efecto resonancia ni para evitar que se produzca el desprendimiento de algúnos aplacados de los que decoran las bóvedas de la nave central, lo que podría producir daños muy graves a personas que estuvieran en el interior del Templo.

No representará ninguna ventaja, el túnel de 5.640 metros de longitud, que atraviesa, casi de lado a lado Barcelona, para el desarrollo de la ciudad, porque dificultará y en algún caso, imposibilitará la instalación de nuevos servicios que, con toda seguridad, harán falta en un futuro más o menos próximo.

No representará ninguna ventaja que el AVE pase por el centro de Barcelona porque los más de 83.000 vecinos afectados por su proximidad, tendrán que sufrir, primero, el polvo, los ruidos y las fisuras en sus casas que se originarán a causa de las obras y, más tarde, las vibraciones que producirá el paso de los trenes.

No representará ninguna ventaja la ocupación de calzadas de calles con maquinaria y materiales porque, entre otros inconvenientes, dificultará el tráfico rodado por la zona y, en algunos casos, la llegada de los camiones, hormigones y materiales necesarios para continuar las obras del Templo de La Sagrada Familia.

No representará ninguna ventaja la ocupación de las aceras de calles porque perjudicará a los comercios de la zona, que disminuirán sus ventas, y, en algún caso, a las más de 10.000 personas que visitan, diariamente, el Templo de la Sagrada Familia porque les producirá confusión y les limitará la movilidad.

¿No existe, entonces, ninguna ventaja para nadie?

Sí, un beneficio económico para los fabricantes y los vendedores de las tuneladoras y quizás, también, para algunos altos cargos que hayan recibido comisiones pues, aunque no tengo pruebas para asegurarlo, todo parece indicarlo.

No sería la primera vez.