08/10/2012 - Editorial ForumLibertas.com

El
Estado del Bienestar basado en un sistema público de pensiones necesita
entre 2 y 3 hijos por mujer para garantizar su viabilidad. España esta
lejos de este objetivo, un 36% lejos.
Sabemos que toda economía madura crece basándose en la creatividad y la
innovación, pero hemos olvidado que ambas dependen del rejuvenecimiento
de la población. Cerca del 80% de las contribuciones creativas están
completadas a la edad de 50 años, el vértice se sitúa entre los 30 y 40,
pero nuestra población tiene ya una edad media de 40,8 años. Cada
lustro, la esperanza de vida aumenta algo más de un año. Hoy, con 65 se
pueden esperar otros 20 años adicionales. Sume a esto la edad a la que
los jóvenes se incorporan al trabajo y pague este gasto (enseñanza
sanidad, jubilación, etc.) con los años realmente trabajados. Verá que
sin más niños esta ecuación es insostenible. En el 2050 España será
inviable, pero los trastornos que ocasiona todo esto harán notar sus
efectos mucho antes. Cuando salgamos de la crisis, si aciertan allá por
el 2018, año mas, año menos, empezaremos a entrar en el túnel de la
caída demográfica que será evidente en la década siguiente.
Existe
otro factor decisivo: la relación entre población y productividad,
porque es la disponibilidad de personas creativas la que impulsa la
tecnología, y no a la inversa. Esto es así desde hace miles de años
(M.Kremer, Population Growth and Technological Change: 1,000,000 B.C.-1990),
y sigue siéndolo. Los datos a partir de 1975 sobre Japón, Alemania, y
Gran Bretaña, España, Alemania, Francia y Estados Unidos constatan la
relación más fecundidad-mejor productividad. España
presenta una productividad total decreciente desde los máximos de los
años sesenta hasta los resultados negativos a partir del 2000, parejo al
descenso de la fecundidad. Solo la crisis mediante el recurso demoledor al desempleo masivo ha cambiado este signo.
Los
hijos han dejado de ser una bendición para ser una carga, incluso un
castigo, porque solo un mal de esta naturaleza merece ser abortado.
Se aducen razones económicas, pero globalmente considerado esto es
falso. En los quince años de bonanza los catalanes no han tenido más
hijos, ni quienes tienen más ingresos componen familias más numerosas.
La causa es otra. Más profunda y destructiva: la que caracteriza a un
pueblo que cree que puede tener futuro sin tener hijos.
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