Los expertos reclaman extremar las precauciones con esta tecnología y restringir su uso en las escuelas y espacios públicos
14/08/2013 - Los dispositivos inalámbricos -teléfonos móviles, 
ordenadores portátiles y tabletas- se han vuelto tan omnipresentes que 
sería difícil imaginarse la vida sin ellos. Si bien es cierto que estos 
aparatos han revolucionado la manera de comunicarnos, también crean campos electromagnéticos
 –radiaciones no ionizantes- que, cuando se emiten en niveles 
suficientes, pueden calentar los tejidos biológicos, según se desprende 
de varios estudios y reconoce la propia Unión Europea (UE). Diversos 
especialistas y algunas asociaciones ciudadanas han empezado a exigir 
más precaución con el uso del wi-fi y las nuevas tecnologías, especialmente en espacios públicos, como escuelas y hospitales.
Aumento de las radiaciones en el colegio
La implementación del Programa Escuela 2.0, cuyo objetivo era sustituir el libro por el portátil y extender el acceso a internet en los centros educativos en cuatro años a partir de 2009, motivó a algunos padres a crear la Plataforma escuelas sin wi-fi. Pero cuando el PP llegó al poder, abortó este plan alegando falta de presupuesto y cada comunidad autónoma elaboró su propia estrategia para implementar las nuevas tecnologías en las aulas. La asociación decidió entonces centrar su actuación a nivel autonómico impartiendo cursos en escuelas donde informan del riesgo de contaminación electromagnética.
La implementación del Programa Escuela 2.0, cuyo objetivo era sustituir el libro por el portátil y extender el acceso a internet en los centros educativos en cuatro años a partir de 2009, motivó a algunos padres a crear la Plataforma escuelas sin wi-fi. Pero cuando el PP llegó al poder, abortó este plan alegando falta de presupuesto y cada comunidad autónoma elaboró su propia estrategia para implementar las nuevas tecnologías en las aulas. La asociación decidió entonces centrar su actuación a nivel autonómico impartiendo cursos en escuelas donde informan del riesgo de contaminación electromagnética.
Aunque 
muchas escuelas se han quedado fuera del programa, las clases con 
portátil continúan impartiéndose en miles de centros educativos del 
país. Por ejemplo, en Catalunya hay más de 2.200 centros adheridos al 
eduCat 2.0, un programa menos ambicioso que el conocido 1x1 –un portátil
 por alumno -, pero que también persigue el objetivo de digitalizar las 
aulas.
La fundación Vivo Sano
 calcula que un niño escolarizado entre los 3 y 16 años pasará más de 
10.000 horas recibiendo probablemente las radiaciones electromagnéticas 
procedentes de dispositivos sin hilos. Alfredo Suárez, director de la 
fundación y miembro de la Plataforma escuelas sin wi-fi,
 comenta que un niño que asista a uno de estos centros, si tiene el 
router al lado o está obligado a utilizar portátil, “no tiene más 
remedio que verse sometido a esas radiaciones”. No obstante, reconoce 
que no se puede prescindir de las ventajas que brindan las nuevas 
tecnologías y aboga por hacer un “uso racional” de estas.
La suma de dispositivos, lo que más preocupa 
“Una red wi-fi o un portátil no supone ningún problema, sino un montón funcionando a la vez”, opina Joan Carles López, experto en Geobiología y radiaciones del hábitat. Recuerda que los aparatos inalámbricos –ordenadores y teléfonos móviles- también se convierten en emisores de ondas electromagnéticas. La cuestión ha llevado a la Generalitat de Catalunya a elaborar un informe sobre los niveles electromagnéticos en las aulas de las escuelas e institutos públicos. Las mediciones que se han llevado a cabo hasta el momento “han dado muy por debajo del límite establecido”, señalan fuentes del Departament d’Ensenyament.
“Una red wi-fi o un portátil no supone ningún problema, sino un montón funcionando a la vez”, opina Joan Carles López, experto en Geobiología y radiaciones del hábitat. Recuerda que los aparatos inalámbricos –ordenadores y teléfonos móviles- también se convierten en emisores de ondas electromagnéticas. La cuestión ha llevado a la Generalitat de Catalunya a elaborar un informe sobre los niveles electromagnéticos en las aulas de las escuelas e institutos públicos. Las mediciones que se han llevado a cabo hasta el momento “han dado muy por debajo del límite establecido”, señalan fuentes del Departament d’Ensenyament.
“La normativa es muy permisiva”, lamenta López. La Comisión Europea detalla algunas recomendaciones
 sobre la materia, pero son los Estados miembros los responsables de 
proteger a sus ciudadanos de los efectos potenciales de los campos 
electromagnéticos. Para López no se trata de resistirse a usar las 
nuevas tecnologías, sino de utilizarlas con “sentido común”. Explica que
 en el 80% de las casas que visita “hay más radiaciones que en la 
calle”, por eso pide que la gente tome “conciencia” y haga “higiene 
eléctrica”.
La UE cuenta con un marco regulador vigente que 
limita la potencia emitida por dispositivos de telecomunicaciones 
móviles. Fabricantes y operadores de equipos de telecomunicaciones 
inalámbricas en la UE deben cumplir la Directiva 1999/5/CE (1), que 
establece un marco reglamentario para la puesta en el mercado, de libre 
circulación y la puesta en servicio en la UE de los equipos de radio y 
terminales de telecomunicaciones. Esta directiva incluye requisitos 
esenciales en materia de protección de la salud y la seguridad de los 
usuarios y el público.
Las conclusiones de los estudios 
Pero, ¿realmente hay fundamento para afirmar que los dispositivos inalámbricos son perjudiciales para la salud humana? En su página web la Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que la principal consecuencia de la interacción entre la energía radioeléctrica y el cuerpo humano es el calentamiento de los tejidos. En el caso de las frecuencias utilizadas por los teléfonos móviles, la mayor parte de la energía es absorbida por la piel y otros tejidos superficiales, de modo que el aumento de temperatura en el cerebro o en otros órganos del cuerpo es insignificante.
Pero, ¿realmente hay fundamento para afirmar que los dispositivos inalámbricos son perjudiciales para la salud humana? En su página web la Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que la principal consecuencia de la interacción entre la energía radioeléctrica y el cuerpo humano es el calentamiento de los tejidos. En el caso de las frecuencias utilizadas por los teléfonos móviles, la mayor parte de la energía es absorbida por la piel y otros tejidos superficiales, de modo que el aumento de temperatura en el cerebro o en otros órganos del cuerpo es insignificante.
¿Y qué ocurre con las redes wi-fi?
 “La exposición del cerebro al teléfono móvil, como lo utilizamos más 
cerca de la cabeza, es mucho más alta que la de un router wi-fi o un 
portátil”, argumenta Elisabeth Cardis, responsable de radiaciones del 
Centre de Recerca en Epidemiologia Ambiental (CREAL), que ha participado
 en los estudios Interphone y Mobi-kids
 sobre el uso de celulares y el riesgo de sufrir cáncer de cabeza y 
cuello. “La exposición a las radiaciones del wifi es más elevada por el 
ordenador que por el router”, y arguye: “Pero el portátil no lo utilizas
 al lado de la cabeza, sino a un metro o 60 centímetros del cuerpo”, por
 lo que “si la fuente de radiofrecuencia no está pegada a la cabeza, el 
nivel de exposición es muy bajo”.
En este sentido, uno de los 
estudios epidemiológicos de mayor envergadura que se han realizado sobre
 la materia, Interphone, donde participaron 13 países, no reveló un 
aumento del riesgo de dos tipos de tumores -glioma y meningioma- con el 
uso del teléfono móvil a lo largo de un periodo superior a los 10 años. 
Sin embargo, se encontraron ciertos indicios de un aumento del riesgo de
 glioma en las personas con más horas acumuladas de uso del celular. 
Cardis, investigadora principal del estudio, indica que tampoco es 
descartable que “hubiera sesgos” en la investigación puesto que la gente
 que padece un cáncer se suele preguntar cuál ha sido la causa y puede 
atribuir fácilmente su enfermedad al móvil.
Por otro lado, los 
pacientes que participaron en el estudio empezaron a hacer uso de la 
telefonía móvil a una edad más tardía que los jóvenes de hoy en día, ya 
que un cáncer o tumor puede tardar años en manifestarse. Por este motivo
 la OMS considera que se deben ahondar las investigaciones en estos 
grupos de población. En estos momentos, se están llevando a cabo 
diversos estudios que investigan los posibles efectos sobre la salud de 
niños y adolescentes.
El resultado de investigaciones como esta 
ha llevado a la Agencia Internacional para la Investigación sobre el 
Cáncer (IARC), integrada en la Organización Mundial de la Salud (OMS), a
 clasificar la radiofrecuencia EMF (RF) asociada al uso de teléfonos 
móviles como posible carcinógeno para
 los humanos (Grupo 2B). Las incógnitas que existen en torno a los 
efectos sobre el cuerpo humano que puede tener una exposición prolongada
 a dispositivos inalámbricos motiva a los expertos a recomendar tomar 
algunas medidas de precaución, que se detallan a continuación:
- 
Alejar el teléfono de la cabeza, hablar con el manos libres o mandar 
mensajes de texto contribuye a minimizar la exposición a las 
radiaciones.
- Colocar el punto de acceso wi-fi 
por lo menos a un metro de lugares donde las personas suelen permanecer 
por más tiempo, como camas, mesas, sofás o zonas de juegos.
- La transferencia de grandes archivos de datos o streaming
 multimedia sólo debe realizarse cuando la conexión establecida entre el
 dispositivo portátil y el punto de acceso en una habitación es de buena
 calidad para evitar retransmisiones, que conducen a los ciclos de 
trabajo más altos y las exposiciones más altas.
- Es aconsejable 
que los consumidores adopten el uso de equipos terminales que 
implementan protocolos de telecomunicaciones con control de potencia. 
Cuando estos están disponibles, por ejemplo, ECO DECT en lugar de DECT.
- En los lugares donde se usa una conexión Wi-Fi con frecuencia la cobertura debe ser lo suficientemente buena.
-
 Los puntos de acceso deben estar apagados cuando no estén en uso, 
porque, incluso cuando no se utiliza la conexión wi-fi, el aparato envía
 señales de baliza sobre cada 102 metros.
- En espacios públicos 
es preferible instalar una sola red Wi-fi que de cobertura a todos los 
equipos o volver al antiguo sistema de internet por cable.
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