ÀLEX GUBERN / BARCELONA / Día 24/06/2010 - 11.26h
El tópico en política señala que no hay mejor manera de dilatar un asunto que convocar una comisión de expertos. Un ejemplo claro es el que afecta a la Sagrada Familia y a las obras del AVE: con la tuneladora Barcino avanzando sin descanso hacia su destino en la estación de Sants —a 10 metros diarios y con la Sagrada Familia de por medio—, el anuncio de la creación de un grupo de expertos para seguir las obras es lo único que ha concedido el Ministerio de Fomento, una comisión que debería empezar a trabajar el 30 de junio, según anunció el ministro José Blanco, pero de la que por ahora no se tiene ninguna noticia. Desde Fomento se señaló ayer a ABC que es un tema que «no está parado». Como se dice, «estamos trabajando en ello», aunque a un ritmo que hace entender que Fomento juega claramente a la política de hechos consumados: en septiembre Barcino debe haber alcanzado ya el tramo crítico de la Sagrada Familia.
Comisión sólo de control
En cualquier caso, la comisión que propone Fomento sólo será de seguimiento, y no tiene la facultad decisoria para proponer un cambio de trazado, que es lo que solicitó el martes el pleno del Congreso de los Diputados junto con una moratoria de dos meses en los trabajos.
El pronunciamiento del Congreso —que se suma al que ya hicieron en su momento el pleno del Ayuntamiento y el Parlament en contra del actual trazado— parece haber ablandado un tanto la postura hasta ahora mantenida por la Generalitat, de absoluta alineación con las tesis de Fomento. Así, el conseller de Obras Públicas, Joaquim Nadal, se mostró ayer partidario también de crear una comisión de expertos que opine sobre el túnel del AVE, y dictamine, lo que es novedad, si es necesario introducir medidas de protección suplementarias.
En declaraciones a TV3, Nadal aseguró que, si de él dependiera, crearía un comité de expertos para evaluar las posibilidades de rectificar a estas alturas las obras que ya se están llevando a cabo a pocos metros de los cimientos de la Sagrada Familia y encargaría una auditoría. No dijo nada sobre la necesaria moratoria en los trabajos que debería permitir que la opinión de los expertos pudiese, por una cuestión de fechas, llevarse a la práctica.
La postura de Nadal, sin embargo, tiene su revés, ya que en lo que parece ser una táctica coordinada con Fomento, dirigió su mirada hacia las propias obras de construcción del templo, reclamando que la auditoria sobre el túnel se extienda también a la propia Sagrada Familia, para saber si el templo «tiene problemas estructurales propios» que pudieran condicionar las obras. Las dudas de Nadal se sustentan en el supuesto informe definitivo de los expertos de la Unesco —que la institución deberá ratificar en su reunión de julio en Brasilia—, en el que alerta de la aparición de grietas en el templo por exceso de carga en la fachada del Nacimiento.
En declaraciones a ABC, el presidente de la Junta Constructora del templo, Joan Rigol, señaló que dichos problemas en la fachada ya se están corrigiendo, y que la postura de Nadal pidiendo una comisión es un cambio positivo. Con todo, sostiene Rigol, que empiecen a sembrarse dudas sobre la seguridad de la propia Sagrada Familia es una estrategia deliberada para desviar la atención del verdadero peligro: esto es, el túnel del AVE.
En la misma línea, el responsable de CiU de infraestructuras en el Parlament, Josep Rull, señaló que la petición de Nadal está bien como reflexión teórica», pero cae por su prpio peso si no se acompaña de una petición de suspensión de las obras que permita, si se da el caso, aplicar lo que propongan los expertos.
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