10 de desembre del 2012

Extremadura y los 1.000 euros por estudiante




ForumLibertas.com
Extremadura va a iniciar un programa, al menos así lo ha anunciado, para promover que los jóvenes que no han terminado la Secundaria acudan a la escuela para lograrlo. A cambio de ello, tendrán como incentivo 1.000 euros. Es una forma de combatir el fracaso escolar, que resulta extraordinariamente elevado en toda España y algo por encima de la media en el caso de aquella comunidad autónoma. La medida ha recibido críticas. Esto no debería llamar especialmente la atención ya que loa enseñanza, siempre que se aborda algún tipo de cambio, despierta por algún lado críticas. Existe en nuestro país una extraordinaria dificultad para alcanzar el consenso, y así nos va. Pero es que el caso extremeño merece una consideración específica.

La pregunta de fondo es si se debe incentivar o no para que obtengamos una mejora en los resultados escolares. La respuesta, creemos que es obvio, es que todos coincidiremos en afirmar que sí. La cuestión es cómo. Para muchos, pagar 1.000 euros para hacer algo que es obligatorio, estudiar, resulta una injusticia, porque no se premiará a los mejores sino a los peores. Es todo lo contrario de una sociedad que busque la excelencia, una sociedad meritocrática.

Entonces, ¿cómo combatir esta plaga? Seguro que no con un ministro como Wert, que convierte en campo de batalla lo que tendría que ser un espacio de consenso, sin que esto quite nada de positivo en parte de las medidas que contiene su borrador de ley.

No se puede resolver la educación de los hijos que no estudian sin contar con los padres ni atender el problema, porque detrás de un niño o joven que no estudia, en la mayoría de ocasiones, hay una familia que tiene dificultades, del tipo que sean, para realizar su función educativa. De ahí que a quien se tuviera que estimular económicamente es a las familias con hijos, y por una doble razón. En primer lugar, por el simple hecho de tenerlos, porque ello significa dos cosas vitales para nuestro futuro inmediato: la primera, la formación de capital humano; y. segunda, la posibilidad de equilibrar más y mejor el sistema público de pensiones. Sin una media ligeramente superior a los dos hijos por mujer en edad fértil, el sistema público de pensiones que tenemos es absolutamente inviable (esto sin hablar del problema añadido del paro). Pero, además, si estos hijos aprovechan en gran medida sus estudios conseguiremos personas con una mayor productividad en un futuro.

De ahí que las familias deberían tener una doble ventaja: sobre todo para aquellos que tienen dos o más hijos; y también en los resultados que fueran obteniendo ellos a través del transcurso de la enseñanza. Esto sí que tendría sentido y no resultaría una injusticia, porque los que mejores objetivos consiguieran serían precisamente los que tendrían una recompensa. Y así se podrían corregir deficiencias y limitaciones, a veces de naturaleza económica, que los padres tienen en orden a velar por el buen rendimiento escolar de sus hijos.