25 de novembre del 2015

Cómo ve Gabriel Magalhães a los catalanes, por Enric Juliana

Gabriel Magalhães


3- Magalhaes y la bola del Niño Jesús.

Gabriel Magalhães regresa a Barcelona para presentar en el auditorio de La Pedrera el libro El dret al futur / O direito al futuro, un compendio de los escritores catalanes y portugueses que a lo largo del último siglo han escrito o se han interesado por el iberismo. Iniciativa editorial del Institut Ramon Llull y la Universidad de Lisboa, en la que, junto con otros autores, he participado con un texto sobre el periodista Agustí Calvet, Gaziel. Magalhães, voz portuguesa en las páginas de La Vanguardia, nació en Luanda (Angola), país en el que su padre hizo el servicio militar y trabajó como geólogo. Se educó en el País Vasco (siempre en la senda de la geología paterna) y se formó académicamente en Salamanca. Actualmente es profesor de Literatura en la Universidad de la Beira Interior, una de las regiones de Portugal más próximas a Castilla. Conoce muy bien la cultura española clásica y ahora se está adentrando –con entusiasmo- en la cultura catalana. “Es la pieza que me faltaba para acabar de conocer la complejidad hispánica”, suele explicar.

A Magalhães de Catalunya le interesa el complejo juego de equilibrios entre sus componentes lingüísticos y culturales, la convivencia entre el catalán y el castellano, que juzga ejemplar. Le interesa, también, la tenacidad catalana. “Voy entendiendo el momento político. De la misma manera que hay un quijotismo castellano y un quijotismo portugués (el sebastianismo), creo que también hay un quijotismo catalán. Veo que los catalanes se apasionan con las ideas que pretenden cambiar la realidad mediante la ética; ideas redondas como la bola que sostiene en sus manos el niño Jesús de la Virgen de Montserrat. Creo, sin embargo, que la fortaleza de Catalunya está en su capacidad para el equilibrismo y el pacto. Seguramente ese equilibrismo provoca cansancio, mucho cansancio en este tiempo de crisis, pero yo diría que esa capacidad para el equilibrio y el pacto interno es su mayor fortaleza. No la dejen perder”.

Al marchar, Magalhães me promete una extensa carta, una carta de las de antes, sobre su última visita a Barcelona. Y me adelanta la siguiente conclusión: “Cuánto más aprendo sobre Catalunya, más la comprendo y menos la entiendo en su conjunto: es como un mosaico en perpetuo movimiento, imposible de fotografiar, porque siempre algo que se ha movido, y la imagen resultante termina teniendo alguna parte desenfocada”.  


(Magalhães ha escrito en La Vanguardia opiniones que me parecieron interesantes sobre Catalunya y los catalanes, me parece que hay que leer cuanto escriba sobre el tema. Publicado por primera vez en la Cuca de Llum el 01.12.2013 - Cuca de Llum)