22 de maig del 2010

Hereu anuncia una economía restrictiva… derrochando en la publicación de un libro de autopropaganda

El varapalo de la consulta sobre el futuro de la Diagonal obliga al Ayuntamiento de Barcelona a replantearse su política económica, ¿lo hará?

El Ayuntamiento de Barcelona y su alcalde Jordi Hereu han enarbolado la bandera del conservadurismo económico tras el fiasco de la consulta popular sobre el futuro de la Diagonal, la principal calle de la capital catalana que la cruza transversalmente.

Parece que la ciudadanía ha tenido que explicarte al Consistorio barcelonés que estamos en época de crisis y, por lo tanto, lejos de una situación que permita prodigarse en reformas urbanísticas monumentales innecesarias.
Tras derrochar tres millones de euros en publicitar la consulta popular y proponer un proyecto que iba a costar 170 millones de euros, Hereu se vio obligado a aceptar una considerable derrota en las urnas. Las cifras hablan por sí solas: el 79,8% de los participantes en la consulta popular votó no reformar la Diagonal y la propuesta preferida por el alcalde logró sólo el 11,38%. Pero la gran vencedora fue la abstinencia, solamente participaron un 12,17% del 1.414.783 de personas llamadas a votar.
Ese fiasco ha abierto una crisis en el Gobierno municipal. Hereu destituyó ipso facto al Primer teniente de alcalde, el socialista Carles Martí, tras conocerse que la opción C había ganado de forma abrumadora en la consulta de la reforma de la Diagonal. La segunda víctima política fue la gerente de sistemas de información del Ayuntamiento de Barcelona, Pilar Conesa, que renunció a su cargo.

Hereu se legitimó como entendedor del mensaje ciudadano y admitió los múltiples fallos durante el referéndum (el sistema informático mostró numerosas incidencias, incluso cuando el propio alcalde votó ante las cámaras). El político entendió la necesidad de dar un giro a la línea de gastos del Ayuntamiento y afirmó haber “leído con claridad el mensaje de los barceloneses”. Hereu admitió que no era el momento de realizar esta consulta ya que “se ha formulado una pregunta inadecuada en un momento inadecuado” y afirmó que ahora tocaba “luchar contra la crisis”.

“Un instrumento de acercamiento se ha convertido en el símbolo del alejamiento de las preocupaciones de los ciudadanos”, afirmó el número uno de los socialistas en Barcelona y lo interpretó como “un aviso”. 

El Ayuntamiento sigue malgastando el dinero público

 Poco le ha durado al Consistorio su política de economía ahorradora. Lejos de prodigarse en ejemplos, el Ayuntamiento de la Ciudad Condal edita ahora un libro del todo innecesario que celebra los treinta años del gobierno democrático municipal, ¿no se suelen hacer las celebraciones cada cuarto de siglo?

El libro, de gran formato, se titula Trenta anys al Servei de Barcelona (‘Treinta años al servicio de Barcelona’) y repasa los diferentes mandatos de las sucesivas alcaldías que se han sucedido desde 1979.

El libro, que responde a parámetros de autobombo institucional, explica las características de los diferentes mandatos poniendo especial énfasis –merecen, según el Consistorio gobernado por el PSC, especial relevancia- a tres momentos protagonizados por socialistas: los mandatos de Narcís Serra, Pasqual Maragall y Joan Clos.

Cabe preguntarse la relevancia que merece una celebración de este tipo para, en un contexto de recesión en el que el Gobierno central ya está aplicando severos recortes sociales, prestarle tanta atención y esfuerzo económico a este tipo de celebraciones del todo partidistas.
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EL NOSTRE COMENTARI:   L'alcalde continúa enviant-me textes i fotos amb tots els nous parterres de la ciutat, en total dues revistes sense cap interès...excepte l'autobombo.  No les podrien suprimir?