9 de gener del 2012

A pesar de la gravedad de la crisis, España es el único país donde crece el empleo público

Entre 2008 y 2011 el número de funcionarios creció un 12,3% acumulado y cada español paga por ello 2.700 euros al año. En Francia, Alemania, Italia, Grecia o Portugal ha descendido

Isabel Ordóñez-España es sin duda uno de los países más castigados por la actual crisis económica. Sin embargo, mientras en el conjunto de la Unión Europea (UE) se ha reducido el número de funcionarios (-1,8%), España es el único gran país europeo donde crece el empleo público.

Tanto es así que entre 2008 y 2011 el número de funcionarios en la Administración Pública española se incrementó en un 12,3% acumulado, según informó recientemente la Cámara de Comercio de Barcelona. De esta manera, el empleo público le cuesta a cada español unos 2.700 euros a año.

De hecho, el coste que representa ha registrado un incremento nominal del 68,5% en los últimos diez años, pasando de los 1.600 euros por habitante en el año 2000 a esos 2.700 diez años después.

Por contra, todos nuestros vecinos han reducido su número de funcionarios. Francia, por ejemplo, lo ha hecho en ese periodo en un 5,8%, Alemania un 0,2%, y lo mismo ha ocurrido en Italia, Grecia o Portugal.

Además, teniendo en cuenta el periodo 2000-2007, el número de empleados en el conjunto de la administración pública en España creció un 27%, el repunte más elevado de los 27, junto con el de Grecia, pero muy en línea con el aumento registrado en el sector privado.

En los últimos diez años, el número de empleados en el sector público español creció en números absolutos en cerca de 460.000 personas, pasando de 966.000 en el año 2000 a 1.425.750 en 2011, y 156.000 de estos puestos de trabajo se han creado a partir de 2008.

Ante esta situación, la Cámara considera necesario reajustar la dimensión de las administraciones públicas en España para ganar eficiencia. La institución critica que ni la crisis ni la necesidad obligada de reducir el déficit han frenado esta tendencia ascendente.

La Cámara de Comercio considera que, a pesar de que la dimensión de la estructura pública es aún inferior a la de Alemania o Francia, el fuerte incremento del coste de personal “no es justificable si no va acompañado de una mayor productividad”.