16 de febrer del 2012

A subasta la última 'joya' de Gaudí



Nadie duda que el arquitecto Antoni Gaudí fue un genio que empleó sus conocimientos y habilidades en todo lo que creó, fuera un enorme edificio o un pequeño accesorio, incluso el más banal. Es el caso de la tapadera del pozo de agua que construyó junto a la Sagrada Familia con la intención de poder seguir contempando su interior, a la vez que ofrecía una mayor protección y evitaba posibles caídas. Más de un siglo después, y tras 70 años en manos privadas, la tapa se subastará el próximo día 1 de marzo en la sala de subastas Balclis de Barcelona, con un precio de salida de 120.000 euros.

La pieza, de hierro forjado, de 112 centímetros de diámetro y 50 de altura, estuvo ubicada en el recinto exterior de la Sagrada Familia, tal y como certificó en 2010 el exdirector de la Cátedra Gaudí Joan Bassegoda. Según el experto, el cierre del pozo fue creado en 1911, después de 28 años de haber comenzado las obras en la Sagrada Familia ante el aumento del número de viviendas que se estaban construyendo alrededor del templo. En ese momento, Gaudí, como hizo en muchas otras obras que creó, no optó por una tapadera plana y sencilla que tapara la boca del pozo, sino que quiso que una vez colocada el agua se pudiera seguir viendo el agua, según explicó Bassegoda en su estudio.


Vista cenital de la tapa que creó Gaudí para el pozo de la Sagrada Familia.

En la reja, calificada de escultura de hierro por el Bassegoda, se pueden ver las características formas ondulantes y orgánicas que llenan toda la obra del arquitecto. Además, si la tapadera se observa desde arriba (imagen de la derecha), presenta el aspecto de tres corazones enlazados.
Bassegoda también pudo documentar que la tapadera se salvó gracias al celo de Gerard Alegre, uno de los herreros que colaboraron durante 15 años con el arquitecto. Al estallar la Guerra Civil se la llevó a su casa cuando el templo fue abandonado, y eso evitó que acabara fundida. Y allí estuvo hasta que en el año 2000, uno de sus hijos la vendió a los actuales propietarios, que han decidido ahora subastarla.

Incluso Bassegoda recoje en su informe que Gaudí, tras ser atropellado por un tranvía en la plaza Tetuan, el herrero Alegreel herrero Alegre le acompañó en sus últimas horas de vida, ya que tenía su taller al lado, en el pasaje de Bocabella, número 3.

En opinión de Enric Carranco, experto de la sala de subastas Balclis, la obra tiene un precio de salida barato en comparación con el de las dos últimas obras que se han subastado del personalísimo arquitecto: un biombo que perteneció a la Casa Batlló, que se vendió en 2007 por 1.385.000 dolares, y uno de sus típicos bancos de madera y hierro que se subastó en Christie's por 384.750 euros.

Según Carranco, se da la circunstancia que en España no se subastan desde hace 20 años obras del reusense. Esto y el hecho de que la reja de hierro sea una de las pocas obras del arquitecto, sino la última, que permanece en manos de particulares, hace que la subasta del próximo mes de marzo haya despertado ya interés, al poco tiempo de anunciarse.