08/01/2013 Sígueme en Twitter: @jmiroardevol
Estaba escuchando tan ricamente el programa 'La Mañana' de la COPE
cuando, una vez más, y lo digo así porque es recurrente, se empezó a
hablar de Cataluña y de los catalanes en unos términos que me parecen
brutalmente injustos y que faltan a la más elemental verdad.
Por
ejemplo, una tertuliana, no sé quién era, y me refiero al programa del
día 7 de enero, explicaba que una amiga suya madrileña, que lleva diez
años viviendo en Cataluña, le había contado que sus hijos sí que hablan
el castellano, pero que era gracias a sus esfuerzos en casa porque si no
fuera así no lo hablarían. Lo cual significa que todos aquellos que no
tengan una familia que se exprese en castellano no lo deben dominar.
Pues,
de acuerdo con esta 'demostración', mis hijos y los compañeros de mis
hijos, y el 47% de la población debería ser en cuanto a los niños
ignorantes en la lengua castellana y no es así. Mis hijos se expresan,
como demuestran sus notas, en un castellano muy bueno. Con acento
catalán, claro, porque no son de Valladolid, pero es que esto supongo
que también vale. Su capacidad estilística, gramatical y ortográfica es
incluso mejor que la que poseen en catalán, seguramente porque la
gramática catalana tiene una mayor complejidad que hace algo más difícil
el aprendizaje. Mis hijos son perfectamente bilingües, se desplazan de
una lengua a la otra sin ninguna dificultad y han estado sometidos a
esta vilipendiada inmersión lingüística. No solo esto, sino que
profundizan en el dominio de una tercera lengua, que en un futuro será
una cuarta. Y no será porque en nuestra casa seamos políglotas, al
contrario. En nuestro hogar somos catalanes monolingües, por
consiguiente algo falla en el razonamiento de la tertuliana, y, lo que falla, es sencillamente reconocer la realidad.
Parece
mentira este tipo de planteamientos existiendo tantas verificaciones
objetivas de que el nivel de dominio del castellano en los alumnos
catalanes es tan bueno como el que pueda poseer cualquier otra comunidad
autónoma, en términos estadísticos incluso está ligeramente situado por
encima de la media, lo que significa que hay comunidades autónomas
monolingües españolas que presentan peores resultados. ¿Cómo desde tan solo 600 kilómetros de distancia se pueden decir estas cosas? Como afirmar que La Vanguardia
o El Periódico, por el simple hecho de estar realizados en Cataluña,
son la 'caverna mediática', o leer o quejarse de que los acusen a
quienes se empeñan en mamporrear continuamente lo catalán de
cavernarios, sin darse cuenta de que su actuación cotidiana va en esta
línea.
Es
seguro que en Cataluña hay cosas que se hacen mal, otras que se hacen
medio mal y otras que se hacen bien. Como en el conjunto de España,
variará el tipo de cosas, pero la condición humana más o menos es la
misma.
Ya está bien de vivir enfrascados en reduccionismos siempre predispuestos a lanzarse los trastos los unos a los otros.
Ya está bien que determinadas emisoras de radio y de televisión, en las
que por desgracia mi Iglesia tiene una presencia activa, se
caractericen precisamente por adoptar esta línea. ¡Ya está bien!
Josep Miró i Ardèvol, presidente de E-Cristians y miembro del Consejo Pontificio para los Laicos
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