El Catedrático Javier Pérez Royo
La judicialización del problema integración o independencia de Cataluña, para quienes pensamos que la segunda opción es espantosa, es el peor de los errores
Javier Pérez Royo -
5 JUL 2013 -
En lo que a la integración de Cataluña en el Estado se refiere,
avanzamos hacia una situación de mayorías contrapuestas. En el conjunto
del Estado, la mayoría considera que la fórmula Constitución más
Estatuto de autonomía es una respuesta adecuada para la integración de
Cataluña en España. En Cataluña, la mayoría considera que ha dejado de
serla. Desde la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la reforma
del Estatuto de autonomía, el binomio Constitución/Estatuto ha dejado de
ser considerado una fórmula de integración por la inmensa mayoría de
los ciudadanos residentes en Cataluña, como han puesto de manifiesto los
resultados de las elecciones celebradas desde entonces y como siguen
poniendo de manifiesto todos los estudios de opinión que se van
conociendo. Pensar que el Estatuto puede recuperar la posición que ha
tenido desde la entrada en vigor de la Constitución hasta la sentencia
del Constitucional (STC 31/2010), es desconocer la realidad. El Estatuto
se ha convertido en una norma odiosa, cuya sola mención suscita
rechazo.
Cada día que pasa, esta situación de mayorías contrapuestas se va
consolidando más. En Cataluña se está poniendo en práctica una
estrategia meticulosamente planificada de rechazo del bloque de la
constitucionalidad realmente existente. Estrategia que tiene como
objetivo la celebración de un referéndum en el que los ciudadanos puedan
decidir acerca la fórmula de integración o de no integración en España.
Frente a esta estrategia, el Gobierno del PP está siguiendo la misma
estrategia que puso en práctica como partido durante la tramitación de
la reforma del Estatuto de autonomía: no participar en el debate y
confiarlo todo al Tribunal Constitucional. Como se recordará, Josep
Piqué intentó que el PP participara en el debate sobre la reforma
estatutaria, pero no lo consiguió y acabó dimitiendo como presidente del
partido. Políticamente, el debate se dio por perdido sin entrar
siquiera en él. Para el PP, el debate sobre la reforma estatutaria no
tenía interés como debate político. Lo único que le interesaba era el
debate que pudiera formalizarse a través del recurso de
inconstitucionalidad.
Lo que hizo como partido en la oposición, lo está volviendo a hacer
como Gobierno de la nación. Aunque parezca increíble, el presidente del
Gobierno está dando a la estrategia independentista en Cataluña una
respuesta similar a la del caso Bárcenas. Políticamente el problema no
existe y, en consecuencia, el presidente del Gobierno no tiene por qué
abordarlo expresamente y dar una explicación a la opinión pública. La
independencia de Cataluña, como el caso Bárcenas, es un asunto de
tribunales, que, en su momento, dirán lo que tengan que decir.
En lo que a Bárcenas se refiere, aunque esa manera de proceder
repugne desde una perspectiva democrática, puede que dé el resultado que
Mariano Rajoy espera. Ustedes hablan de Bárcenas y yo hablo de lo que
quiero, ha dicho esta misma semana en el Congreso de los Diputados.
Parlamentariamente, ese es el recorrido del caso Bárcenas. Los
tribunales decidirán.
Pero, en lo que toca a la independencia de Cataluña, esa manera de
proceder es suicida. Cataluña no es Bárcenas. La integración de Cataluña
en España no es un asunto de tribunales. Es la cuestión política más
importante con la que tienen que enfrentarse la sociedad española y su
Estado constitucional. No puede tener una respuesta exclusivamente
judicial. La posición de España no puede reducirse a la sentencia del
Tribunal Constitucional.
Porque en tales circunstancias no puede no crecer la mayoría social
catalana contrapuesta a la mayoría social española en lo que a la
integración de Cataluña en España se refiere. Y 2014 es un año clave, en
el que van a coincidir la celebración de los 300 años de la derrota que
rememora anualmente la Diada, la celebración del referéndum en Escocia y
el comienzo del ciclo electoral con la celebración de las elecciones
europeas. ¿Es tan difícil imaginar lo que va a ser la Diada de 2014?
2014 es un año clave para el debate político sobre la integración o
independencia de Cataluña en España. En Cataluña el debate se está
preparando minuciosamente y se están sentando las bases para una
convergencia enormemente amplia sobre un objetivo común: la celebración
de un referéndum. Si se deja que el debate continúe desarrollándose de
esta manera, la mayoría puede ser aplastante y acabará imponiéndose,
además, la calificación del referéndum como una consulta sobre el
derecho a decidir, que es un eslogan imbatible.
Cataluña no es Bárcenas. La judicialización del problema integración o
independencia de Cataluña, para quienes pensamos que la segunda opción
es espantosa, es el peor de los errores.
Artículo comentado por El Singular Digital:
Dret a Decidir - Pérez Royo avisa Rajoy que la seva estratègia amb Catalunya és “suïcida”
El catedràtic de Dret Constitucional de la Universitat de Sevilla, Javier Pérez Royo, avisa avui en un article al
diari ‘El País’, que l’estratègia que està seguint el president
espanyol amb Catalunya és “suïcida”. Pérez Royo fa un símil entre
l’actitud de Rajoy amb el cas Bárcenas i amb l’independentisme català i
assegura que en ambdós casos la seva manera d’actuar és la mateixa:
“políticament el problema no existeix”.
....Finalment el constitucionalista andalús avisa que “si es deixa que el
debat continuï desenvolupant-se d’aquesta manera, la majoria pot ser
aclaparadora i acabarà imposant-se, també, la qualificació del
referèndum com una consulta sobre el dret a decidir, que és un eslògan
imbatible”.
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