Lo que ocurre en Catalunya es algo tan importante, tan vivo y sorprendente que no deja de sorprenderme cómo lo viven los poderes españoles: negando esa realidad y ocultándosela a la ciudadanía.
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Desconfío de mi propio juicio, pues siempre pensé
que la "gente de letras" sabía muchas cosas de asuntos literarios y
culturales que me atraían, pero hace mucho tiempo que aprendí a
desconfiar de su juicio sobre los avatares de la vida personal y social.
Con excepciones que alegran e iluminan, ni caso, ya que suelen repetir
lugares comunes aunque con ingenio o sentenciosidad. Sin embargo, a
veces esa gente tiene algún rasgo de fantasía que pasa del extremo del
lugar común al de la genialidad.
Un compañero de
trabajo con el que he conversado antes sobre poesía y filosofía me
suelta "lo de Cataluña es un plan genial de Rajoy". Me deja
desconcertado, como hace poco que nos tratamos busco en su cara si me
habla en broma o en serio, y no consigo discernir. Asevera, "estoy
convencido de que es un plan" y ya mi mente empieza a preguntarse qué
clase de plan será ése. Se sonríe y afirma con rotundidad, "estoy seguro
de que Rajoy y Mas lo pactaron".
Un nuevo golpe a
mi entendimiento, intento imaginarlos poniéndose de acuerdo en un lugar
secreto y dándose la mano. Creo que acierto a soltar una serie de frases
inconexas, "pero qué dices. Que no, hombre…", y por el estilo. Me
repongo momentáneamente y le pregunto si realmente él cree que los
catalanes son más tontos y personas menos informadas que nosotros. Él me
cuenta que están adoctrinados a través de TV3, eso se lo oyó a un
periodista catalán en un programa de televisión. En ese momento debo
replicarle que hay gente para todo pero ya me tiene superado, estoy a su
merced. Me deja K.O. con el golpe definitivo, sonríe con ojos pícaros y
me suelta "para partir al PSC. ¿No ves como lo deja? Rajoy es
inteligentísimo, es un plan genial".
Me repuse
nuevamente y rebatí su opinión, le conté que hace años que observo con
curiosidad, difícil de explicar, a los catalanes y que tengo amigos y
relaciones en Catalunya que me permiten decir que eso es un disparate y
que es un asunto mucho más serio.
No sé decir si
aquella fue una conversación seria o humorística, no estoy completamente
seguro pero me inclino a creer que él habló en serio. Mi compañero
ahora se ha transformado para mí en un desafío intelectual, parecía un
hombre muy formal pero tiene una mente de imaginación alegre y sin
límites. Podría haber argüído que, visto desde ese punto de vista tan
mezquino y partidario, el problema de Mas no es el PSC sino ERC, pero no
valía la pena, la misma idea de Mas y Rajoy tramando en secreto la
destrucción del PSC era tan inverosímil que sólo pude sonreír con risa
amarga. Lo que ocurre en Catalunya es algo tan importante, tan vivo y
sorprendente que no deja de sorprenderme cómo lo viven los poderes
españoles: negando esa realidad y ocultándosela a la ciudadanía. No sé
lo que se oirá en Catalunya pero fuera de allí se oyen todo tipo de
disparates, no se trata de que sean opiniones distintas o contrarias
sino disparatadas.
El poder autoritario necesita
ciudadanía desinformada para llevar adelante sus políticas. En relación
con lo que ocurre en Catalunya el grueso de la ciudadanía española está
completamente desinformada. Personas que se dicen de derechas o de
izquierdas repiten con mayor o menor contundencia o enfado los mismos
comentarios de las televisiones y emisoras de la ultraderecha. La
hegemonía de esas ideas es lo que le permitirá al sistema político
español que la sociedad acepte como natural una medida política
antidemocrática: prohibir la celebración de una consulta. Las preguntas
que quieren ser sometidas a votación nos parecerán peores o mejores pero
son preguntas, no es una proclamación de independencia. El mismo
resultado no tiene por que ser jurídicamente vinculante, otra cosa es
que politicamente sí lo sería.
Los dos partidos de
ámbito estatal que son el tronco del sistema político ya han estrechado
su abrazo y tendrán a la mayoría de la gente detrás. Por lo que leo, la
prensa catalana está dividida acerca de la independencia e incluso
acerca de que se celebre un referéndum en contra de la decisión del
Gobierno de Rajoy pero, quitados algunos medios en la Red, la prensa
española está completamente de acuerdo en su línea editorial: apoyan al
Gobierno y no quieren que se celebre el referéndum. Unos sostienen una
verdadera campaña de agitación españolista y otros lo hacen con más
finura, con tribunas constantes siempre en la misma dirección e
informaciones sesgadas. No tiene sentido argumentar una y otra vez que
Catalunya no sería viable económicamente, que le iría mal, que el
Gobierno no les permitiría entrar en el euro, que nadie les hace caso
por ahí fuera (bueno, excepto la BBC)…
Imaginar esos
escenarios sombríos obliga por decencia intelectual a imaginar la
viabilidad de una España sin Catalunya, cómo le iría, qué estado era ese
que vetaba la entrada en la UE de uno nuevo para perjudicarlo… Y es un
fraude culpar a la "burguesía catalana" si no se habla inmediatamente de
la burguesía madrileña o española, que también defiende sus intereses
particulares. Y es una doblez decir que el conflicto le interesa a los
nacionalistas catalanes pues se podría decir con tanta razón que le
interesa a los nacionalistas españoles y, muy en concreto, al Gobierno.
Pues Rajoy con su posición consigue que la preocupación nacionalista
española deje en segundo plano sus políticas antisociales.
De hecho, si Rajoy fuese un presidente responsable tendría que
empezar por pedirle perdón a los catalanes por animar campañas xenófobas
contra esas personas. Lo de recurrir el estatut ante el Tribunal
Constitucional fue un desastre político pero es coherente con su
ideología pero animar boicots es algo imperdonable, cómo van a creer los
catalanes que es también su presidente.
En todo
caso mi compañero, amante de la filosofía y la poesía, no accederá a los
medios de comunicación catalanes y sólo se informará por esos otro
medios españoles. Unos medios que reducen el conflicto a los intereses
de unos partidos para ocultar la verdad: que hay millones de ciudadanos
allí que están reclamando esa consulta. Cuando se reduce esa demanda a
un juego de siglas se le falta al respeto a todas esas personas.
Estoy convencido de que, sin quitarle hondura política en absoluto, en
el fondo este pleito tiene mucho de dignidad herida por parte de los
catalanes. Desde Catalunya se buscó renovar la integración catalana en
un proyecto compartido con un nuevo "estatut": el estatut aprobado por
el parlamento catalán mantenía la integración de la nación catalana en
España. Pero, en nombre de España, el Tribunal Constitucional negó la
constitucionalidad del reconocimiento nacional que pretendían y ahora el
Gobierno y sus apoyos les dicen que no pueden consultarse a si mismos.
¿Qué les queda sino marcharse? La propaganda acaba cegando a los mismos
que la difunden, acaban creyéndosela, creen que los catalanes son unos
críos inmaduros que simplemente se han emocionado y que ya se les pasará
cuando vean que no pueden hacer nada.
No dudo de
que estén emocionados, lo están; de un modo distinto a los que agitan la
rojigualda. Pero me parece que no se les va a pasar y que la mayoría de
la sociedad catalana, y en consecuencia Catalunya como país, ya no
forma parte de ningún proyecto compartido que se llame España. La
mayoría de los catalanes ya han cruzado mentalmente una raya, contemplan
a España desde fuera y no se ven dentro. Creo que ya es una realidad
que más de la mitad de la población ya se imagina como un estado aparte.
La nación española de Franco se basó en el sometimiento absoluto de
las personas, se basaba en el sometimiento, pero por la fuerza no
existen proyectos compartidos. Una España que tenga sometidos a los
catalanes por la fuerza no es una democracia.
(( Comentario en el Facebook: El
gran error político, fue PP PSOE, igual TC, esto no tiene marcha
atrás, ¿Cómo explican
al pueblo Espanyol, que un grave error suyo llevó la
INDEPENDENCIA a Catalunya? ))
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