Domingo, 3 de febrero del 2013 - Ignacio Escolar
¿Dónde estaba el Tribunal de Cuentas con Gürtel, con Bárcenas, con Ideas, con Pallerols,
con Fundescam o con el Palau? Como de costumbre, mirando hacia otro
lado. El Tribunal de Cuentas es quien vigila la contabilidad de los
partidos y sus fundaciones, pero está por llegar el día en que un gran
caso de corrupción salga de sus informes. El nombre es engañoso: este tribunal
no es ningún juzgado, no depende del Poder Judicial. El órgano que
vigila la financiación de los partidos está dirigido... por los
partidos. Sus 12 consejeros los nombra el Congreso y el Senado. En ese
consejo hoy se sientan independientes como Margarita Mariscal de Gante (exministra del PP), Lluís Armet (exsenador del PSC) o Manuel Aznar
(hermano del expresidente). Sus informes sobre las cuentas y las
donaciones de los partidos acumulan un enorme retraso. El último es
sobre el 2007, sobre la contabilidad de hace seis años. Es completamente
inútil: el delito de financiación ilegal prescribe a los cuatro años.
El asunto es aún más grave porque los partidos políticos no están bajo
la revisión directa de la Agencia Tributaria. Salvo que se llegue a un
juzgado, es solo el Tribunal de Cuentas quien vigila; los inspectores
fiscales no miran ahí. El PP bloqueó la renovación del tribunal durante
los años de Zapatero, así que la derecha mantiene la mayoría en
el consejo desde hace más de 15 años. Se supone que el consejo es
independiente y no le debe nada a nadie, pero la realidad es que su
nombramiento depende de los partidos y que muchos de los consejeros
--los que mejor se portan-- acaban repitiendo durante décadas en un
sillón muy bien pagado: 112.578 euros al año (más antigüedad), coche
oficial, dos secretarias y otros 6.000 euros al año para gastos. Al
dejar el cargo también tienen derecho a una pensión de hasta 180.000
euros.
El colmo de este sistema podrido de fiscalización se resume en una anotación en la supuesta libreta de Bárcenas: una «donación» de 3.000 euros de un tal Ubaldo Nieto.
Es el nombre de quien fue consejero del Tribunal de Cuentas a propuesta
del PP durante 22 años. La fecha de ese apunte contable es el 2 de
marzo del 2004, en plena campaña electoral de Rajoy contra Zapatero. En ese momento, Ubaldo Nieto
era el presidente del Tribunal de Cuentas. En resumen (presuntamente,
claro): quien vigilaba para evitar la financiación ilegal financió
ilegalmente al vigilado. Así que la próxima vez que escuchen a un
dirigente del PP explicar pomposamente que la contabilidad de su partido
está «auditada por el Tribunal de Cuentas», cambien la frase, verán
como la tomadura de pelo queda mucho más clara. Donde pone «auditada por
el Tribunal de Cuentas» pongan «auditada por nosotros mismos». Sonará
igual de creíble que esa investigación interna con declaración jurada
(por Snoopy) que han puesto en marcha en Génova 13 como muestra de su
ejemplar transparencia.
(El Tribunal de Cuentas publica sus resultados con 5 años de retraso. Los delitos con Hacienda prescriben a los 4. Cuca de Llum)
Recientemente Cuca de Llum ha publicado otro artículo sobre el Tribunal de Cuentas, las conclusiones coinciden, lo cual es muy interesante:
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