MARC PASTOR | Barcelona | 07/04/2010 | Actualizada a las 09:40 | Participación / La Vanguardia
Desde el 22 de febrero, los vecinos de calle Pare Manyanet con Josep Soldevila sufrimos con más resignación que entusiasmo las obras del AVE durante 24 horas al día, siete días a la semana. Entendemos de la importancia del proyecto y de la celeridad con la que debe estar terminado, pero pedimos algo de respeto para nuestro descanso.
Las obras nocturnas, a las que personalmente no me opongo, no deberían ser nunca ruidosas ni impedir el sueño de los ciudadanos. Por desgracia, se están convirtiendo en una verdadera tortura psicológica para los que las sufrimos. El fragmento de vídeo solo es una muestra de la madrugada del pasado día 4 de abril.
La Guardia Urbana no puede hacer nada porque tienen permiso para hacer obras, pero dudo que sea legal someter a semejante escándalo durante toda la noche (a lo del día ya no nos queda más remedio que aceptarlo), tantos laborables como festivos. Para más inri, en la nave industrial de Rambla Prim que colinda con las obras, durante varios días se instaló una fiesta 'rave' (rAVE, valga la ironía) con música máquina a todo volumen de día y de noche.
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